VII

379 56 18
                                    

-¿Fred?
El menor simplemente le dirigió la mirada al rubio.
Ya era la primera mañana que vivía allí. Bueno, que intentaba vivir allí. La noche había sido extremadamente silenciosa, sin los gritos de Freddy cuando oía un grillo que no le dejaba dormir.
Luego en la mañana, habían tantos cuartos que no habría podido encontrar el comedor sin que el mayordomo le explicará donde estaba.

-¿Si...?

Estaba más despeinado de lo normal e intentaba inspeccionar una máquina de café, cosa que hizo reir a Golden.

-Eso es una maquina de café.

-¡Ah, ah...! ¡S-si...y-ya lo sabía!
-Movía las manos para todas las direcciones intentando parecer seguro.

Uno pensaría que ellos no debían vivir juntos. Hace poco tiempo que se conocían. Mejor dicho, muy poco tiempo
Bueno. Golden pensaba exactamente lo mismo. Que había comentido un error al invitar a ese chico. Ya qué. Como dije antes, solo hacía dos días que se conocían.
No era lo "común" encontrarse a alguien, pasar un día con esa persona y decirle: "¡Ey ven a vivir conmigo!"
Pero...había algo más. Algo que no llegaba a entrecerrar las dos paredes sentimentales que dividían a las dos almas que recientemente se habían conocido.
Algo inexpresable y expresable al mismo tiempo. Como un clavel en una hermosa mañana de primavera, floreciendo sin que nadie le haga cambios, sin que nadie tiña sus bellas hojas. Simplemente floreciendo por su cuenta.

-Bien. Porque casi apretas el botón qué deja salir todo el café súper caliente.

-¡L-lo siento! Eh...

-No importa. Ven, desayunemos

Después de todo. Golden no podía dejar a su amigo. Tenía un misterio y un propósito que resolver, saber, porque tenía que traerles los hermosos claveles blancos cuando estaba en coma.

-¿Cómo va tu cita con Chica, necesitas ayuda? Soy bueno cantando serenatas-Comentó de los más divertido Fred.

-T-todo va bien, hasta ahora. Es una gran s-sorpresa.

Golden parecía en un simulacro de alerta. De lo más nervioso, con sus pálidas manos temblando acompañadas por sus estrechas palabras.

-Es h-hora...

-Vamos tigre, no seas timido y dile-Respondió con ese acento tan caracteristico de él

-Lo haré-Intentó no destruir lo primero que veía por el estrés. "Todo va a salir bien" Pensaba una y otra vez, para así, poder creerselo el mismo.

Caminaron a la escuela como de costumbre, Fred intentando calmar al rubio y Golden pasando sobre todas las rocas que sus pies encontraban por el sendero.
Entraron al pasillo del colegio, donde estaba lleno de amontonados posters de Clubs.
"Unete al club de Arte, ¡hay comida!" "Club de Relajación"
Y la lista seguía hasta perderse en el tablero del letrero

-Creo que debería unirme a ese-Bromeó Golden.

Unos gritos despertaron su atención, corrieron a la sala de música para encontrarse a un pelirojo y a una rubia. Gritandosé entre ellos.

-¡Foxy, basta, Golden es un miembro super importante de la banda ¡Creo que por el somos buenos! ¡Y además es mi novio!

-¡No me importa!

-¡Cállate! ¡Yo lo amó y él también me amá a mi!-lágrimas bajaron de sus cristalinos ojos, ahora reflejados en una tempestad de distintos tonos de violeta- ¡El es una de las pocas personas que me aman! ¡Ni siquiera se para que sigues en la banda! ¡TU NO ERES NADIE PARA JUZGARLO!

Foxy paró en seco. Ella le había dado donde más le dolía.
El corazón.

-¡Bien. Entonces me voy!-Agarró su triángulo y salió dando pequeños pasos en el suelo de madera, sin parecer notar a Golden y a Fred-¿Sabés qué, Chica? Yo te amo.

Y con esas últimas palabras, el pelirojo abandonó la sala corriendo, está vez, adonde nadie lo viera llorar.
¿Por qué tenía que seguir amando a esa chica? Nadie lo  sabía, ni siquiera él mismo.
Solo sabía una cosa. No volvería a ser el mismo.

"Clavel"-Goldred #FNAFHSYume #PremiosFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora