Only you/ Part 01

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El sonido de las trompetas mezclado con las guitarras y las fuertes voces de los cantantes retumbaban fuertemente a las afueras de la gran mansión, provocando que hasta los vidrios de las ventanas retumbaran sonoramente.
Su gruesa voz sonaba con fuerza, segura de sí y llegaba hasta mi balcón sacándome violentamente de mis sueños.

Con un movimiento brusco me puse de pie, sintiendo en las plantas de los pies, el helado suelo de mármol, provocando un escalofrío que subió por toda mi espalda dorsal y se posó sobre mi cuello.
Corrí hacia la ventana del balcón y con ambas manos deslice las suaves cortinas de seda blanca por lados opuestos, permitiéndome observar una mejor vista de lo que había originado aquel agradable sonido.

A unos metros de mi balcón, sobre tierra, se encontraba Guillermo con un gran grupo de mariachis cada uno con sus respectivos instrumentos; todos llevaban puestos sombreros y trajes blancos, decoraciones con forma de rosas rojas decoraban las mangas y cuellos de estos, mientras que ramas con espinas verdes lamían parte de los bolsillos subiendo hasta los botones a medio abdomen formando bordados sencillos pero elegantes.
Sobre su rostro tenían pintura y negra, remarcado un aspecto de calavera, resaltando los pómulos, las cuencas de los ojos y parte de las mejillas, dibujando sobre estas, dientes. Sin embargo, Guillermo era la excepción, su traje era, a diferencia de sus compañeros negro sin con bordados blancos por todas las esquinas y parte del pecho. Su sombrero a juego con el color, aunque tenía pequeños hilos de encaje entrelazados por el filillo de su sombrero.
Su rostro también estaba maquillado pero sus bien definidas facciones aún se hacían notar, el traje negro simplemente encajaba de una manera extraordinaria en su fornido cuerpo, marcando sus bien definidos brazos y muslos.

Con la mano temblorosa llena de expectación, tape mi boca ocultando una sonrisa mientras que Guillermo entonaba con voz gruesa una canción, quitándose el sombrero manteniéndolo entre sus manos, dejando ver su despeinado cabello y algo sudado cabello.

No podía dejar de sonreír. Guillermo era un chico simplemente único.

-Deberías bajar con el, Emi- dijo una pequeña y débil voz a mis espaldas.
Con un sobresalto gire la mirada hacia atrás, logrando visualizar a mi pequeño hermanito, Alexander desde el marco de la puerta.

Su piel blanca y cabello negro hacían que se viera más pálido de lo normal combinándose con la pijama azul rey de lana que llevaba puesta.

Una sonrisa se asomó por mi rostro.
-¿No es increíble?- le indique con la mano que se acercara para que admirara mejor el lindo paisaje que tenía frente a mis ojos.- Nunca me habían traído una serenata tan grande...- apenas murmuré.

Con ambas manos tome el pequeño y algo regordete cuerpo de mi hermano y lo alcé hasta mi pecho, dejando que él enrollara su brazo por mi cuerpo mientras yo lo tomaba por el tronco, cargándolo.

Los ojos de mi hermano brillaban con intensidad y asombro, admirando felizmente a Guillermo.

-¿El es con el que te casarás?- preguntó con su voz chillona.

Guillermo nos observaba sonriendo mientras movía la mano con un ademán cantando a todo pulmón.

Asentí con la cabeza.
-Así es, seré la señora Estrada dentro de una semana- le di un pequeño y suave beso sobre su frente.

-Ooooh-dijo alargando la o profundamente.-Pero...- frunció el ceño- ¿Qué diferencia hay si se casan a que te visite como lo hacían tus otros novios? ¿Te vas a ir de la casa, Emi? ¿Me vas a dejar?- Sus brillantes ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras su boquita hacia un puchero.

-Oh, claro que no pequeñito- dije estrechándolo fuertemente- Casarse es un paso muy especial en la vida de dos personas, porqué significa que ambas personas se aman y quieren pasar el resto de su vida con la otra- sonreí de lado.- Por eso tienes que escoger a alguien muy especial. - con la llema de mi dedo le quite una lágrima que caía por su mejilla.

Sorbió su nariz.
-¿Y tú lo amas, Em?-

Baje la mirada perpleja ante la pregunta de mi hermanito.
Con todos los asuntos que había tenido, nunca me había preguntado si realmente sentía algo por Guillermo.

Lo miré desde arriba con la boca en línea, observándolo detenidamente como sonreía y cantaba al son de la música.

Abrí la boca para responder cuando una voz femenina proveniente de la puerta llama mi nombre.

-Emilia, tu prometido está esperándote abajo...

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https://youtu.be/CBvCrix8Lrw

Este capítulo se dividirá en dos, por lo que será la misma canción.

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