PREFACIO.

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Para saber qué es un lugar, creo necesario saber qué fue.
Stephen King. "IT".

Para nosotros, los pueblerinos que llegan a nacer en Lanstford, se nos hace difícil buscar el recuerdo concreto en el que la leyenda pasa a ser un tatuaje en nuestro cerebro

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Para nosotros, los pueblerinos que llegan a nacer en Lanstford, se nos hace difícil buscar el recuerdo concreto en el que la leyenda pasa a ser un tatuaje en nuestro cerebro. Es algo así como el idioma; que tienes presente que te lo enseñaron de pequeño o lo captaste en la cotidianidad, pero no sabes el momento exacto en el que lo empezaste a dominar. 

Es como un aprendizaje, se podría decir. Aunque no sé la verdadera razón detrás de este aprendizaje.

Nunca entres a la sexta casa de Falle Street,

Nunca pases por la inestable puerta de madera de ese lugar,

Si eres inteligente, no vayas más allá del oscuro pasillo que encontrarás ahí,

Ya que hallarás un peligroso misterio.

En esa casa hay sombras, y ellas te desean.

Huye.

Huye de lo que ocultan aquellas sombras de esa casa.

Antes de mis diez años, muchas veces le había preguntado a mi madre el por qué y el cómo de esa leyenda. Quizás sea uno de los pocos que lo han hecho, porque esta gente tiende a ser ignorante del tema; es como si estuvieran acostumbradas a convivir con la oscuridad, pero no saben lo que precisamente aguarda o esconde esa oscuridad. 

De todas formas, yo no podía ser así, y puede que mi extrema curiosidad sea esa cosa que me impide acoplarme completamente entre el ambiente pueblerino. Es decir, sí, nací aquí, pero nunca me he considerado como ellos, aunque actualmente finjo serlo.

Siguiendo el tema principal, mi querida madre, cuando no me ignoraba o aludía al respecto, me decía que Lanstford, como cualquier pueblo, tiene sus secretos y tradiciones. Sus cosas buenas y malas. Su hermosura y desdichas. Nunca nadie, como yo, le había cuestionado el origen de esa leyenda, pero ella siempre se lo había imaginado como un papel adicional al acta constitutiva del pueblo, con unas reglas específicas y fáciles a seguir. Todo amarillento, viejo, y doblado al estilo de un pergamino. Como si atrás del «El pueblo se fundó con 213 habitantes», hubiera un «Ah, y no entres en la sexta casa de Falle Street, porque una fusión de Chuky, Pennywise, Anabelle y Jigsaw, te va a cocinar y a comer con una lata de soda a un lado».

Claro que no decía eso, pero, para mí y siguiendo el ideal de mi madre, era más sencillo darle un rostro a las «Sombras» que dictaban la leyenda. 

Lo que ocultan las sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora