12. Grupo.

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Son todos o ninguno.

C A P Í T U L O   1 2

Mi idea principal siempre fue develar la gran leyenda, no adentrarme a ella

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Mi idea principal siempre fue develar la gran leyenda, no adentrarme a ella. Hice todo lo contrario.

Mi plan era salvar a la chica que entró a la casa. No lo hice.

Mi fundamento en este mundo ha sido conservar mis ideales. Así lo he hecho.

Mi límite ha sido no matar. Lo he conservado.

Me prometí, más por obligación, actuar como un Axel contrario a mí mismo. Lo he intentado.

En mi plan no estaba el experimentar el sentimiento de un Particep. Así lo hice.

Y tampoco estaba el sentimiento del enfrentar a mi grupo. Así lo estoy haciendo.

Cuando Abrahel y Lilit se dispusieron a unirse al grupo, yo experimenté varias emociones que, lo admito, fueron muy contradictorias. En el bosque, cuando lo dijeron, me sentí aliviado porque dos aliadas iban a estar más cerca de mí y me salvarían en más de una ocasión entre los eventos del grupo y todo eso que tenga que ver con sangre.

Pero luego, en la fiesta, me sentí culpable. Sé que mi grupo no es exactamente mi grupo, sin embargo, no puedo dejar de verlos como tal. Al dejar entrar a las chicas, más que todo al rostro nuevo de Abrahel, mi cuerpo sintió que los estaba traicionando porque les estaba mintiendo o, peor que eso, los estaba colocando en una situación de vida o muerte sin que ellos realmente lo supieran.

Por un momento, creí que viviría con eso hasta salir de aquí porque no tenía otra opción. Hasta que apareció la lógica de Berto.

Fue, más que una luz de inteligencia, un golpe de realidad que vino con grito incluido. Me decía algo como: "Estás bien menso si crees que ellos no se darán cuenta, que son tu grupo y que probablemente te conozcan desde pequeño, y Abrahel sí. Bueno, quizás al entrar aquí ya te diste cuenta de eso".

Sí, a veces mi cerebro es bien duro conmigo mismo. Pero parece no funcionar en los momentos importantes.

Aunque el punto es, que espero que todo salga bien como lo ha sido hasta ahora. O, bueno, a medias. Estaba en un camino de dos intercepciones, uno me llevaba a un abismo y el otro apenas era estable. No sabía cuál era cuál, pero tampoco podía quedarme sentado a mitad de él.

No duré mucho con Berto en su habitación. No había mucho de qué hablar y tampoco podía convencerlo de algo que sabía que debíamos hacer. Fue bonito el sentimiento de apoyo del Particep, pero hay que volver a poner los pies sobre la tierra.

La prueba verdaderamente había acabado. De alguna forma, al convencer a Berto de que Lilit y Abrahel eran mi única salida, el grupo las aceptó. No voy a decir que festejaron y les empezaron a hablar, a contar sus secretos y chismes, pero al menos no han sido tan apáticos.

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2019 ⏰

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Lo que ocultan las sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora