3. Ayuda.

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Axel se sostiene de la primera soga que ve entre el abismo.

C A P Í T U L O   0 3.

Me siento en un gran vacío oscuro y sin fondo, mientras que múltiples recuerdos de mi vida llegan a mi cabeza como un huracán y hacen que un mareo se interponga en mí ser

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Me siento en un gran vacío oscuro y sin fondo, mientras que múltiples recuerdos de mi vida llegan a mi cabeza como un huracán y hacen que un mareo se interponga en mí ser. Oscuridad. Mucha oscuridad. Oscuridad infinita. Obsesiva. ¿Con qué era obsesivo? ¿Y por qué lo era?

—¿Qué harás con él? —escuché una voz femenina entre la eterna noche.

Se me hacía familiar, me traía recuerdos. Memorias de tres niños jugando. Inocentes, felices... puros.

—Eso no te importa, solo necesité de tu fuerza para traerlo hasta aquí —escuché otra voz—. Puedes irte.

—Claro que me importa —parece que hace un motín—. Por ejemplo, si lo descuartizas, quiero sus ojos. Me encanta el iris que tiene. Siempre lo ha hecho.

Y ahí fue cuando abrí mis ojos de golpe, que al parecer siempre estuvieron cerrados.

Lo primero que noté es que estoy sentado en una silla de madera con las manos y pies amarrados a ella, además estoy amordazado con un pañuelo.

Lo segundo que vi fue a dos chicas hablando, una frente a la otra.

Una me daba la espalda, su melena era de un castaño fuerte. Tan fuerte, que me pareció peinado de una muñeca Barbie.

La otra me llamó más la atención por su cabello rojizo, levemente alborotado. Ella estaba casi de frente hacia mí, solo le podía ver la mitad de su cuerpo porque la otra chica estaba en el medio de nosotros dos. Sin embargo, no necesité de más para que el aire familiar me llegara.

¿Acaso era Lilit?

Sí, definitivamente era ella.

Por un momento toda la alegría se apoderó de mí al ver que conocía a una de las chicas, pero todo se fue por un abismo al caer en la realidad de que estoy amarrado y levemente mareado por efecto secundario de lo que me hayan dado. Además, hace un frío terrible y el dolor de cabeza no ayuda. ¿En qué estación estamos? ¿Y afecta eso en la locura de esta gente?

Quizás Lilit sea una violadora en este mundo, no hay que descartar ninguna suposición. Aunque creo que no me importaría que me viole. No sé.

—Creo que ya despertó —me observa Lilit de pies a cabeza, mientras que con la mirada le pido auxilio—. Y parece preocupado —añade, y es ahí cuando mi otra secuestradora o violadora se voltea.

Es la misma chica de cabello castaño que me estaba observando intensamente en clase de biología avanzada. La que no aplaudía y se mantenía rígida en su asiento. Ahora, sin que un grupo de estudiantes me pusieran nervioso, puedo detallarla mejor.

Lo que ocultan las sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora