Escrito I. Sueños.

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Una persona escribe por diferentes motivos.

E S C R I T O    I.

Todas las personas creen en los misterios, aunque cada quién posee un concepto abstracto al respecto y toman el significado de la palabra de una forma unilateral, muy poco tomando en cuenta la opinión de otro ser

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Todas las personas creen en los misterios, aunque cada quién posee un concepto abstracto al respecto y toman el significado de la palabra de una forma unilateral, muy poco tomando en cuenta la opinión de otro ser.

Para un niño, puede ser un misterio el cómo nacen los bebés.

Para un adolescente, puede ser un misterio el cómo tener tanto dinero como los adultos.

Para un adulto, puede ser un misterio el porqué los niños y adolescentes malgastan tanto tiempo haciendo cosas innecesarias.

Para un anciano, atino que podría ser un misterio el verdadero significado de la vida, y de la existencia de ella más allá de la muerte.

Hay más. Muchos más. Cada individuo tiene su propio misterio, así como la potestad o el poder de resolverlo, si es lo desea.

Para mí, incluso más allá del trasfondo de la leyenda de Lanstford, el mayor misterio son los sueños.

Aquí puedo citar una gran explicación científica de dónde provienen los sueños y cómo se forman, pero me parece extremadamente aburrido y no quiero convertir este pequeño escrito en una actividad que manda una vieja profesora con la simple razón de mantenernos ocupados, el cual ni siquiera voy a entender al leerlo por segunda vez.

No, haré mi propia explicación a través de una metáfora.

Tratar de entender un sueño es como tratar de domar a un toro al estar encima de él. No importa cuánto intentes en no caerte, al final, con el tiempo, lo harás. Y si no tienes ayudantes creo que el toro podría escapar, y no lo volverás a ver, perderás el recuerdo de ese sueño para siempre.

Un punto clave, es que aquí el enemigo no es el toro. Aquí el enemigo es el tiempo y, si quieres combatirlo para resolver algún misterio, creo que se necesitará de ayuda... ayudantes... recursos... un escrito en las últimas hojas de un cuaderno que se supone que debes de utilizar para estudiar, y no como una especie de diario improvisado.

Las personas escriben por diferentes motivos; para enseñar, para demostrar, para aprender, por obligación, para ganar fama, para ganar dinero, para divertir, para expresarse, y la lista podría seguir. 

Yo, por otro lado, lo hago para recordar.

No poseo ninguna discapacidad mental que me proporcione el síndrome de falta de memoria a corto o largo plazo. Sin embargo, como todo ser humano, los sueños tienden a borrarse de mi memoria en un tiempo que ni siquiera puedo saber o identificar, simplemente me queda el rastro fantasmal de que vi algo importante, pero no tengo la voluntad psicológica para recordarlo, tan siquiera, superficialmente. 

Y solo llega a mí cuando, en ocasiones, pasa en la vida real y sufro una especie de Déjà vu, consecuentemente creyéndome alguna clase de profeta.

Lo que ocultan las sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora