Capítulo 13

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-¿Y bien? ¿A dónde iremos?- pregunté despreocupadamente.

-Quiero que conozcas a alguien especial - Niall tomó mi mano; esto me hizo sentir una punzada de no sé que en el estómago, que a decir verdad no se había sentido del todo mal.

Cada vez más nos acercábamos a la zona hotelera; algo moderno para lo que había sido Roma en mi opinión, aún así le daba un toque contemporáneo a la ciudad y eso me resultaba agradable.

Llegamos a la entrada de un hotel; no era tan grande, le calculaba unos 6 o 7 pisos. Por dentro la decoración estaba enfocada en la Grecia antigua; grandes columnas sostenían el techo e imponentes pinturas se alzaban en las paredes.

Mientras que las puertas de acero inoxidable del elevador se cerraban, yo apreciaba el techo de la recepción; algo sumamente elaborado con diferentes tallados de espirales probablemente hechos a mano.

-Wow, este hotel debe costar una fortuna- pensé en voz alta cuando ya nos encontrábamos en camino hacia el quinto piso.

-Para nada, ¿recuerdas que trabajo administrando hoteles?- asentí con la cabeza- bueno, esta cadena de hoteles es administrada por mi papá así que...

-Es gratis- terminé la frase por él. La verdad me encontraba sorprendida, yo nunca me hubiera imaginando entrando en hoteles como este; y no quería.

-Llegamos- avisó Niall; nos encontrábamos en el quinto piso, por un pasillo recubierto de alfombra roja con pequeños detalles dorados en las orilla. 507; ese era el cuarto de la hermana de Niall. Sí, íbamos a ver a su hermana; más bien me la iba a presentar. Sentía un poco de nervios; y pensar que la había creído su novia, que tonta había sido!

-Daniela! Estamos aquí!- Niall llamo a su hermana cuando al fin habíamos entrado a la suite; porque eso era, una suite con tres grandes secciones. Una de ellas, el gran balcón, ahí había una gran mesa de patio con cuatro sillas alrededor.

Sin darme cuenta, Niall se había separado de mi lado. Hipnotizada por la vista que se apreciaba desde el balcón, me encaminé hacia ahí y posé mis manos sobre los barrotes color café oscuro; sin duda una vista impresionante.

Mientras aspiraba el fresco aire de la tarde, una voz me sacó de mis pensamientos.

-¿Dónde está? Ya la quiero conocer!- una voz femenina y clara; Daniela.

Los pasos se acercaban y di la vuelta preparándome para el encuentro. Daniela sin duda era hermosa, tenía los mismos ojos que su hermano, el cabello era más oscuro que el de Niall pero tenían el mismo tono de piel. Esbelta, alta, todo lo que cualquier mujer podría querer.

Al instante en que nuestras miradas se cruzaron, una sonrisa se le dibujó en la cara y no pude evitar sonreír también.

-Hola, me llamo Daniela, tu debes ser ____- me recibió con un abrazo- traes loco a mi hermano y no lo culpo- me miró de arriba a abajo y me guiñó el ojo. Yo reí sonrojada y un poco sorprendida por el comentario.

-Daniela...-empezó a decir Niall.

-No le hagas caso ____- Daniela lo interrumpió- es tan insoportable aveces. Seguí riendo; sin duda Daniela me caía bien.

-Hey! No me arruines la reputación con ____!

-Hola! Puedo escuchar todo lo que dicen!- interrumpí al fin la batalla de argumentos entre hermanos.

-Oh lo siento ____, como dije, Niall es insoportable- Niall estaba a punto de decir algo más pero Daniela salió volando hacia la cocina.

Niall me miraba nervioso, yo solo me acerqué a él y puse mis manos en sus hombros; tranquilizandolo, besé su mejilla delicadamente y el sonrió en respuesta con sus mejillas ligeramente rojas. Se veía tierno y al mismo tiempo sexy. Otravez esa sensación en el estómago que me hacía perder el hilo de mis pensamientos.

-____, espero que tengas hambre porque mandé a traer unos platillos de un restaurante muy bueno- Daniela salía de la cocina con platos blancos, me dispuse a ayudarle a colocar bien la mesa y luego todos nos sentamos a comer.

La tarde había transcurrido excelentemente bien; Daniela era agradable y me trataba como si fuéramos amigas de toda la vida.

Habíamos planeado otra salida los tres para el día siguiente; esta vez iríamos a conocer unas cuantas iglesias y templos famosos de la ciudad.

Ya de camino hacia el apartamento, Niall y yo íbamos caminando mientras las luces alumbraban el piso húmedo por la llovizna que había caído. Nuestros dedos estaban entrelazados y no decíamos ninguna palabra, nuestras miradas se cruzaban cada minuto y yo sentía que algo estaba creciendo en mi; algo distinto, algo que me hacía sentir diferente en todos los sentidos, sentía que nada me faltaba es este momento. Sólo lo quería a él; sus manos gentiles, sus brazos protectores, su mirada celeste que me llenaba de mariposas el estómago, su sonrisa perfecta y cálida, él, simplemente él.

Nos paramos en una pequeña plaza, fuimos a la fuente en el centro de esta y nos sentamos en la orilla; aún con nuestras manos entrelazadas, nos miramos y había una fuerza que no me permitía apartar la mirada de la suya, él tampoco se había apartado.

-____...-empezó a decir con su tan masculina y relajante voz- no sé lo que me está pasando, pero cada vez que te veo me haces sentir distinto, y creo que te estoy empezando a querer más de lo que pensaba.

-Niall...- no me dejó terminar; puso su dedo índice en mis labios, luego con el dorso de su mano acarició mi mejilla y se acercó lentamente hacia mi. Su mirada posada en mis labios, yo dejándome llevar por las sensaciones, un pequeño rose por su parte y por el mío me hizo comprender; me estaba enamorando.

Un Amor PasajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora