Nadie se iba a enterar de lo malo que era ser yo. Mi mamá cree que soy feliz, pero no lo soy, me las ingenio para detener el dolor y las lágrimas frente a ella.
Es lunes, lo que significa, colegio, o mejor dicho infierno. Sí, no soy fanática de la escuela, ni de las materias que ésta posee. Sólo voy porque mi mamá cree que debo estudiar para ser algo en la vida.
Algo en la vida, ¡Ja! y más ja. No creo en esa idiotez de que seré algo si estudio. Tan sólo miren en que época me tocó vivir, en donde los gobernadores y reyes viven haciendo de las suyas y los pueblos apenas tienen para comer. Ésta es la peor de todas las épocas definitivamente. Encierran en la cárcel, a personas que van a máxima velocidad en sus autos, cuando deberían lanzar a los asesinos, narcotraficantes y padres golpeadores ahí dentro.
En fin, me dejaré de estupideces y me iré a la escuela, ¿qué otra me queda?.
-Querida, ¿dormiste bien?- la voz angelical de mi madre inundo mis oídos.
-Sí- mentí con una sonrisa- Ya me voy, se me hace tarde- me acerqué y planté un beso en su mejilla pintada con rubor. Revisé que tuviera todas las cosas en mi mochila, sí, completa, ahora vamos al lugar donde se realizan traumas severos. No tomaré el autobús, es una caja de sesos mal formados andante. Me iría en mi confiable bicicleta, le quité la cadena y antes de irme, acaricié el cuello de mi preciosa gata, Noa.
En el camino, veía a la viejita que pasea a su perro todos los días, a una de las vecinas que es entrenadora profesional, con sus cuadros marcados y tamaño monstruoso, cualquiera se confundiria pensando que es un hombre, a mí me pasó. A veces veo a mujeres salir de su casa, todas diferentes, obviamente es lesbiana, no solo por eso, un día mamá me mandó al supermercado y al regresar pasé por su casa, amable le regalé una sonrisa y ella me guiñó.
Fue un suceso muy raro, pasando de eso, llego a mi destino poniendo cara de asco.
-Jodete- digo al edificio, aunque sé que sólo si estoy drogada me contestará.Encadeno la bici al poste de parada.
La mochila está sumamente pesada, agh. ¿Quién crearía un lugar en el que los niños son corrompidos?. Camino a mi casillero, el cual se puede personalizar, yo sólo le puse mis siglas con pintura roja. Sip, sólo soy ordinaria, ¿para que desperdiciar material en un casillero que sólo usare unos años?. Comienzo a estornudar, mierda como odio esa sensación, cierro la puerta y me encamino a mi primera clase.
*
Ya en el almuerzo me encuentro con Thalia y Gale, mis amigos, que aunque son populares siempre tienen tiempo para mí. Bueno, cuando no los solicitan otros populares.
-Hola Caro- me saluda Thalia, dándome un beso aplastado en la mejilla.
-No hagas eso- digo riéndome, limpiandome el brillo labial que me había dejado.
-Te encanta- dice ella, guiñándome un ojo. Sonrío, amo a esta tipa.
-Tal vez no te gusten sus besos, pero los míos siempre te deben gustar- intervino Gale, besándo mi mejilla igual.
-Da igual, ambos son igual de empalagosos- bromeo.
-Pero nos amas- dijeron al unísono.
-Touche- murmuré, metiendome una uva en la boca.
-Habra una fiesta, preciosa- habló Thalia- ¿Vendrás?
-Lo siento pero no, tú sabes que no me gustan las fiestas, después de lo de aquella vez.
-Oh...¿aún no lo superas?- la voz de Thalia parecía de disculpa hacia mí. Pero no tenía por que ponerse así, no es su culpa lo que sucedió aquella vez.
-No- me limité a responder.
-Lo siento- la escuché.
-¿Por qué?, no fue tu culpa- le aclaré .
*
El resto del día, me di cuenta de que Thalia se había sentido realmente mal al no acordarse de tal suceso, el cual no debería afectarle a ella, sino a mí.
Lo que sea, ya es hora de irme. Pero apenas es lunes, veremos que pasa mañana, bueno, no creo que nada interesante.
Alexasprayberry.
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|Carolyn| - Andy Biersack.
Fantasy"Yo vengo,te protejo, alejo la soledad y trato de darte una mejor vida, ya no estarás sola Carolyn"