Tres - He

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Quería llorar.

¿Acaso sería real?.

-Carolyn...- murmuro, mirándome con el semblante serio.

-¿Qué?...- mi voz estaba realmente cortada.No podía.

-¿Quieres llorar?- pregunto y yo tomé la sabana con la que me tapo para ponermela hasta la cabeza.

-No, ahora aléjate- le hablé con la frialdad de un iceberg.

- Sólo me alejaré, porque yo debo estar aquí, muy muy cerca de ti- me puse rígida. ¿Dijo cerca?.

-¿No te puedes ir?- pregunté.

-No- contesto y vi a través de la sabana como se bajaba de la cama.

Ya no traía las alas, era realmente alto, podía calcularle unos 1.90. Para mi punto de vista.

-Por lo que sé de ti, tienes dieciocho, estudias en Lincoln y tienes dos amigos, Gale y Thalia, pero por lo regular siempre estas sola.

-Ajam- asentí bajo la sábana .

-Mmm, duerme- ordenó, y yo como una estúpida sumisa le obedecí.

*

Oh, no quiero ir, ya me desperté pero sigo con los ojos cerrados.

-Buenos días- murmura una voz en mi oído, haciéndome pegar el grito en el cielo.

-¿Qué no era un sueño?- pregunto, intentando levantarme del azote que me di en el suelo.

-Que no- lo veo enderezarse. Ya con la luz del sol se puede ver que tiene tatuajes en ambos brazos. Me pongo sobre mis pies, agh, mi trasero, me acaricio esa parte, hasta que proceso...estoy frente a un hombre.

-Me bañaré - murmuro, sacando ropa del armario.

-¿Quieres compañía?- pregunta.

Casi me caigo en mi trasero de nuevo.

-¡Por supuesto que no!- dije, cerrando la puerta del baño.

¿Como mierda pasó esto?, ¿un ángel?...esto es muy extraño, soy una persona que no cree en nada de "Cristo", lo sé, para muchos eso es algo de señal satanica.No soy amante del diablo ni nada por el estilo, sólo no creo en Dios. Digan lo que quieran pero es mi vida. Y si me iban a enviar uno, ¿por qué tenía que ser un tipo asi de guapo?. ¿No podían enviarme una chica?...

Me deshago de la ropa, pongo el seguro de la puerta sólo por si acaso, comienzo a medir el agua para que no este ni muy fría ni muy caliente, cuando logró mediarla adecuadamente, entro a la regadera, mi cabello castaño se junta de inmediato, gracias al agua. La cierro, tomo la barra de jabón, la humedezco y voy pasandola por todo mi cuerpo.

Y pensar que tengo a un chico fuera de este pequeño cuartito de baño. No puedo analizarlo bien, es lógicamente imposible.

De repente me vino esa sensación horrible. Estornude, justo cuando me ponía el shampoo, se resbaló hasta mis ojos.

-¡Ahh!- grité.

-¿Qué sucede ahí?- escuche a...¿Andy?, sí creo que así se llamaba.

-Nada, nada- contesté, puse mi cara en el chorro de agua, usando mis puños para tallar mis ojos, vaya que dolía. Cuando terminé de asearme, salí. Andrew estaba acostado con mi pelota para el estrés en la mano, lanzándola y atrapándola.

Juro por mi madre, que jamás había visto a alguien tan inquietante y excitante. No mal entiendan, pervertidas. Hablo de la manera sana, se me hace una per... ángel el cual puede tener mucha historia.

-¿Te vas a quedar ahí, mirándome todo el día?- tenía una sonrisa en el rostro. Mierda, me le quedé mirando fijamente, hasta tenía la boca abierta.

Estúpida, recontraestupida y recontraarchiestupida.

-Porquería- musité, aunque aludible para mis cercanos.

-Que boquita- se levantó, caminó hacia mí, hasta ponerse delante.

Trague saliva, no me equivocaba era muy alto.

-Debo irme a la escuela- dije, tomé la mochila y justo cuando iba a salir...

-Te veo abajo- dijo, acercándose a la ventana, saltando de ella.Corrí hacia ésta, me asomé y éste ya estaba en el suelo. El muy maldito cayó como gato.

Esperen, dijo que lo espere. Bajé corriendo.

-Buenos días- saludo mi madre.

-Buenos días, ¿esto es mío?- saludé rápido y me metí para tostada a la boca, tomé el jugo, le di un beso de despedida a mi madre y salí.

|Carolyn| - Andy Biersack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora