Hoy es sábado, en la noche.Pienso seriamente en ir a esa fiesta a la que me invitaron.Pero es adentrarme en un suceso del cual he estado escapando.
No, ya es hora de ir tomando riendas diferentes, necesito sentirme bien.Viva.
Y no conseguire eso, aquí sentada con Noa en mis piernas.La aparto suavemente de mí, para luego subir y cambiarme.No dejare que me tiren, ya lo han hecho muchas veces.
Me decido por un vestido strapless color verde esmeralda y unos tacones negros que saqué del armario de mamá.
Ya bañada, con todo listo, me aplique el polvo, el rimel y delineador.Como ni tenía auto, llamé a uno de los pretendientes desesperados que tengo, para irme con él.Cuando salí, casi se cae de espaldas.No es para tanto, oh bueno si un poco, tomando en cuenta el hecho de que tiene tiempo que no me visto así.
-Hola, Sam- le saludo amable.
-Carolyn...- dice mirándome de abajo hacia arriba.Ay.
*
Bien, ya ni se donde estoy, a ver, llegué y lo primero que hice fue ir a pedirle al bar-man una copa de lo más fuerte que tenía.
Ahora estoy aquí, tirada en el suelo de algún cuarto del lugar.
Debo irme, pero no puedo ponerme de pie sin que me tiemblen las piernas.Agh, esto es inaudito.¿Qué le habrá puesto ese imbécil a la bebida?.
-Ayuda- digo con la voz débil y aguda.Sé que nadie vendrá, si antes estaba sola ahora estoy casi muerta en vida.
-Carolyn...- escucho en la penumbra de ese cuarto oscuro, no tengo abiertos los ojos por completo, ni podría siquiera.Hay una luz casi tenue, detrás de la silueta de un hombre...
-Ayuda- gimoteo, ya con la fuerza medida.
Sentí como me levantaba del frío suelo.
-¿En qué pensabas?- escucho su voz.
Nisiquiera yo se en que estaba pensando al hacer esto.
El perfume del hombre misterioso era algo increíble.No olía a esos perfumes baratos que usan los demás, éste en especial me recordaba a... oh diablos.Es él.
-Andy, ¿eres tú?- pregunté con la poca fuerza vocal que tenía.
-¿Creías que no iba a darme cuenta de que saliste?- su voz parecía de burla.
¡Ah!
Iba a llorar, lo sabía.No me equivocaba, estoy llorando en éste instante.
-Ya no llores, cariño- me susurro, mientras salíamos del dichoso club.Mis ojos por fin pudieron abrirse.Aleluya.
-¿Y Julie?- se me escapó esa pregunta, maldición, mi voz sonó como la de una niña de diez años.Que vergonzoso.
-No nos iremos en Julie- lo escuche decir.¿Qué quiere decir con eso?, no pensara irse caminando hasta casa.
-¿Le tienes miedo a las alturas?- preguntó.
¿Qué clase de pregunta es esa?.
-Sólo un poco, ¿a que vi...-
Me calle, por tener la boca abierta a más no poder, Andy saco sus preciosas alas negras justo cuando entramos a un callejón.
-Sujetate, Carolyn- me sonrio, y no pude evitar soltar una lágrima final.
Se elevó y solté un gritito que el ahogo con su enorme mano.
-Apenas vamos dejando el suelo y tú ya estas gritando- volvió a mostrarme la sonrisa.Estoy segura de que me sonroje.
Después de unos cuántos intentos, me acostumbré a la altura.Toda la ciudad alumbrada se veía preciosa.Realmente hermosa.
Cuando llegamos, mi mamá no estaba.No se a donde iría tan tarde.Al llegar a mi habitación, me dejó suavemente en la cama.
-Debiste decirme que ibas a salir, para acompañarte- dijo, acariciando mi cabello.
-No te dije, por que no te he visto en estos días, y lo que quería era quitarme tu presencia de la mente- le dije con algo de coraje, pero me duele demasiado la cabeza hasta para fruncir el ceño.
-¿Querías olvidarte de mí?- me fijé en sus impactantes ojos azules.
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|Carolyn| - Andy Biersack.
Fantasia"Yo vengo,te protejo, alejo la soledad y trato de darte una mejor vida, ya no estarás sola Carolyn"