Broken Shadows

Capitulo Once

Ningún lugar o personaje conocido me pertenece, solo la trame en especifico de esta historia.

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—Sirius. —dijo Narssica Malfoy con voy débil y entrecortada sin poder detener las silenciosas lagrimas que se derramaban por sus pálidas mejillas.

—Hey Cissa. —dijo Sirius acercándose lentamente a donde se encontraba su prima aun llorando y viendo con una mirada incrédula al animago.

—Viniste realmente viniste.

—Por supuesto que vine, pero ya deja de llorar nunca se que hacer con una mujer llorando. —dijo Sirius acercándose a su prima antes de abrazarla lo que solo provoco que la Malfoy rompiera en sollozos mientras se aferraba al cuerpo de su primo.

Sirius sin soltar en ningún momento a su sollozante prima la dirigió a una banca cerca del roble que guardaba tantos recuerdos de su juventud, se mantuvo sosteniéndola simplemente dejándola llorar sabia que Cissa no era alguien que le gustara demostrar debilidad en publico solo se permitía ser ella misma con unas pocas personas a las que realmente quería y le importaban se alegraba al saber que sin importar los años su prima aun lo seguía considerando parte de ese selecto grupo, después de varios minutos que parecieron eternos la rubia se separo de Sirius dedicándole una sonrisa.

—Gracias por venir. —dijo Narcissa ya mas compuesta.

—Sabes que siempre estaré para ti Cissy, eres mi prima somos familia.

—Supongo que tenia mis dudas sobre si vendrías, ya que nunca hice nada cuando estuviste en Azkaban y cuando te vi en mi juicio no te acercaste a mi pensé que me odiabas. —dijo la rubia con un deje de vulnerabilidad.

—No sabia si querías verme, y el echo que te desaparecieras casi al momento de que me viste...

—Me sentía culpable no sabia que Pettigrew te había inculpado pero si sabia que eras inocente y no hice nada para sacarte de azkaban.

—Ey, no podías hacer nada ni siquiera me dieron un juicio y en ese momento todos creían que quería matar a Harry. —dijo Sirius a su prima que tenia una mirada de culpabilidad en su bello rostro.

—Aun así pude haber echo algo.

—No, no podías tu tenias que cuidar de ti misma y de Draco, así que no hay nada que perdonar Cissy de acuerdo y ahora dime para que me citaste. —pregunto Sirius.

—Sabes que llegaste casi tres horas tarde. —dijo Narcissa cambiando su tono de voz a uno de reproche.

—En realidad estoy aquí desde las nueve solo que tu no viste. —dijo Sirius riéndose de la cara desconcierto de su prima.

—Pero como es imposible.

—Luego te explico, pero antes creo que sera mejor que vayamos a un lugar mas seguro no creo que me hayas contactado solo para ponernos al día o si? —dijo Sirius ofreciéndole su mano a Narcissa.

—De acuerdo, necesito contarte algo. —dijo Narcissa antes de sentir el familiar tirón antes de aparecerse en medio de una sala de estar.

—Donde estamos. —pregunto Narcissa.

—No lo reconoces, observa bien. —dijo Sirius observando como poco apoco el rostro de su prima iba adquiriendo una mirada de reconocimiento.

—Redecoraste, nunca pensé que este lugar pudiera lucir acogedor lo recuerdo tétrico y sombrío. —dijo Narcissa al ver la casa de su infancia.