Capitulo Ocho

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Nada me pertenece todo es de J.K. Rowling.

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Después de hablar con Sirius los chicos se dirigieron a las cocinas de Hogwarts a pedirles a los elfos si podían hacerles algo de desayunar y llevárselos a la torre de los premios anuales, una vez en la torre y lejos de oídos chismosos los chicos se pusieron a platicar en cual seria la estrategia en caso de que los atacaran cuando fueran esa tarde a la casa de los Granger, después de planear varios posibles escenarios decidieron que por el momento no podían hacer nada mas para prepararse.

—Bueno si me disculpan voy a ir a dormir un poco, ustedes también deberían hacerlo —dijo Harry a los dos premios anuales levantándose del sofá donde se encontraba sentado.

—Lo se, apenas dormimos un poco mas de tres horas la noche anterior. —dijo Hermione reprimiendo un bostezo.

—Los veo a las tres en la entrada del gran comedor para irnos a Hogsmeade.. —dijo Harry antes de salir de la torre de los premios anuales.

—Bueno nosotros igual nos vamos, los vemos luego. —dijo Pansy mientras apuraba a Ginny y a sus otros dos amigos a salir de la torre.

—Supongo que voy a tratar de reponer un par de horas de sueño. —dijo Hermione a Draco antes de retirarse a su habitación dejando al rubio en la sala común.

Poco después Draco subió a su habitación siguiendo el consejo de Potter trato de conciliar el sueño sabiendo que en los últimos días no había estado durmiendo mucho, se encontraba agotado y no seria de ninguna utilidad en caso de un ataque en esas condiciones.

Se encontraba echo un ovillo tirado en el frío suelo en los calabozos da la mansión Malfoy, su cuerpo se sacudía con violentos temblores sentía dificultad para respirar sabia que la única razón por la que lo mantenían con vida era porque el señor tenebroso sospechaba de Snape y en caso de que lo matara necesitaría alguien con su habilidad en pociones siendo el la mejor opción ya que el mismo Snape se había encargado de entrenarlo. Escucho pasos acercándose por el pasillo antes de que el hombre que se hacia llamar su padre entrara violentamente azotando la puerta de su celda.

—Que patética criatura eres me das vergüenza. —escupió el hombre mientras que con se pie le propinaba una fuerte patada sin importarle el daño que pudiera causar.

No tienes nada que decir asqueroso animal, ni orgullo tienes deja de llorar y levántate no mereces el apellido Malfoy. —grito el hombre enfurecido sus ojos llenos de venas rojas le deban un aspecto desquiciado, sujetándolo del cabello lo obligo a levantarse.

Camina demuestra que tienes algo digno de un Malfoy. —dijo el hombre mientras le propinaba un golpe con su bastón en las rodillas, obligando le a caer de nuevo.

Patético, solo eres un sucio animal anda arrástrate como el gusano que eres. —dijo el hombre mientras observaba con un malévolo placer como su hijo se encogía en el rincón de la celda.

—CRUCIO. —grito el hombre poniendo todo el odio y desprecio que sentía por su hijo en esa sola palabra, el hombre reía desquiciadamente mientras observaba a su hijo retorcerse de dolor.

Broken ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora