Capitulo Trece

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Todos los personajes y lugares conocidos pertenecen a J.K. Rowling, lo único que me pertenece es cualquier personaje que no reconozcan de las historias originales de la maravillosa J.K. Rowling.

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Theodore Nott se encontraba parado a las orillas del Lago Negro, hace varias horas que el cielo había oscurecido pero no podía convencerse a si mismo de regresar el castillo, desde que Sirius confirmo lo que el ya sospechaba que su padre había escapado de azkaban y que ahora era libre no podía dejar de pensar en el, en lo que estaría haciendo, a que juegos perversos y retorcidos se estaría dedicando, a que pobres inocentes estaría torturando, que es lo que planeaba el y los demás mortifagos.

Podía sentirlo, sentía sus ansias y su nerviosismo todo eso combinado con una oscura y retorcida emoción que no era del todo capaz de identificar pero tan solo el sentimiento le helaba la sangre, toda su vida había sido capaz de sentir lo que su padre sentía cada una de sus emociones o la carencia de ellas en ocasiones, no sabia a que se debía había investigado en miles de libros de magia negra había consultado a brujos oscuros y videntes en el callejón Knockturn sin ninguna respuesta, matando y borrando memorias para asegurar su silencio, el sabia que estaba lleno de oscuridad que era un asesino y que a diferencia de Draco que se vio arrastrado en contra de su voluntad en medio de toda esa oscuridad entre bestias sádicas y sin escrúpulos, ese no fue su caso una parte de el había disfrutado el matar y torturar e incluso si se repetía una y otra vez que no tuvo otra opción que todo lo que hizo lo hizo por sobrevivir, sabia que no era cierto que siempre estaría esa pequeña parte dentro de el que ansiaba y se deleitaba al oír los gritos llenos de sufrimiento, ver la mirada llena de terror de sus victimas antes de morir el sabia que al igual que su padre era un monstruo, uno que usaba la piel de un joven educado, inteligente, refinado, un chico inocente que tuvo una mala vida algunos incluso podrían pensar que era alguien sensible e incluso dulce pero el sabia que había una bestia la propia oscuridad de su alma esperando a desgarrarlo desde adentro.

—Hola Theodore Nott, tienes muchos torposoplos rondando por tu cabeza, seguramente son lo que esta provocando todos esos pensamientos oscuros en ti. —dijo una voz soñadora a su espalda.

—Luna, que estas haciendo aquí. —dijo Theo sorprendido al no haber notado antes la presencia de la rubia Ravenclaw.

—Fui hacerles compañía a los Thestrals, no les gusta estar solos tienden a deprimirse. —dijo Luna con una sonrisa soñadora y su mirada celeste perdida en algún lugar.

—Son horribles y desagradables. —dijo Theo sin molestar en ocultar su desagrado hacia esas criaturas esqueléticas y aladas las cuales asociaba con la perdida de la inocencia.

—Son incomprendidas, a la gente les desagradan y se sienten incómodos a su alrededor por que les recuerdan lo que han perdido, los hace consientes de su propia mortalidad. —dijo Luna con voz serena.

—Supongo que tienes razón. —dijo Theo sorprendido por la forma en que esa chica veía las cosas a su alrededor.

—Que estas haciendo aquí Theodore Nott es muy tarde y mañana tenemos clases temprano. —dijo Luna.

—Podría decirte lo mismo.

—Lo se, bueno me voy a dormir espero que dejes de pensar en la oscuridad que te rodea. —dijo Luna con una sonrisa antes de irse dando pequeños saltitos rumbo al castillo, dejando atrás a un Theo bastante confundido e intrigado por la misteriosa e intrigante rubia.

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Broken ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora