2. Quit haunting me your only dead.

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Sky se encontraba realmente débil al despertar. No era consciente de lo que sucedía a su alrededor a causa de los medicamentos que le habían puesto. La sentaron en una silla de ruedas y la movilizaron hasta una habitación. Tenia un aspecto demacrado y enfermizo. Otro pinchazo tomó lugar en su antebrazo, y cayó profundamente dormida.

Horas después, Sky despertó, mirando a su alrededor sin expresión alguna en su rostro. Una de las enfermeras tomó su brazo y la guió fuera de la habitación, para dejarla sentada en un banco de los pasillos. Sabia perfectamente la razón por la que estaba allí, nuevamente. Sus delirios se hicieron presentes en el salón de clases. Nunca hubo nadie fuera del colegio, ni mucho menos un chico pidiendo auxilio. Habían varias personas más a su alrededor. Pero un chico de ojos verdes no apartaba la mirada de ella. Tenía vendado su brazo y un poco de sangre sobresalía entre la tela. Sus ojos estaban hinchados y se lograban ver unos cuantos cortes a simple vista por su antebrazo.

—Buen día, Sky—la enfermera le sonrió falsamente y le miro con lastima—.

Le pusieron nuevamente en la silla de ruedas, y el chico de ojos verdes miró a la enfermera con un desprecio inigualable. Entraron a un gran cuarto y tomaron entre sus brazos a Sky, para sentarla en un sillón cercano.

—Tienes quince minutos para ducharte, cariño —dijo la enfermera, con un tono alegre—.

Las palabras se negaban a salir de la boca de Sky. Sentía su garganta seca y se encontraba un poco mareada. Dando lentos pasos, se incorporó en la ducha y se deshizo de sus prendas. Pequeñas gotas de agua comenzaron a caer sobre su espalda, dándole una sensación de relajación. Sky envolvió su cuerpo en una toalla y en menos de tres minutos ya estaba lista.

Salió por el pasillo, viendo a otras personas inestables merodeando por allí. Buscó con la mirada al chico que había logrado ver antes, haciendo caso omiso a sus insistentes voces. Y entonces le vio sentado en otro banco con la mirada pérdida y bajo los efectos de los medicamentos.

Una anciana con esquizofrenia se le acercó y puso su mano en el hombro de Sky.

—Cielito, si morirà qui. Cielito, cercando l'uscita. Questo davanti ai vostri occhi.

Sky se puso histérica y comenzó a correr por los pasillos mientras dos enfermeros la perseguían. La agarraron de los brazos y ella forcejeaba con ellos. El chico de ojos verdes apareció entre el pasillo corriendo. Tiró de aquellos hombres y sacó a Sky de allí. Las lágrimas caían por su rostro y veía unas sombras alrededor de ella.

—Todo ira bien, Sky —dijo a la vez que envolvió sus brazos alrededor de ella—.

—¿Cómo sabes mi nombre? No me hagas daño, no, por favor.

Dijo Sky, mientras pataleaba y sus lágrimas caían sin control por su rostro. Aquel chico puso su dedo en su mejilla y limpio las lágrimas levemente.

—Lo vi en tu registro. No lo haré.

Esquizofrenia. {Ashton Irwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora