PRIMER DIA

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Llevo despierta varios minutos, aun mi celular aun no suena con la alarma del despertador, lo cual me molesta porque siempre me levanto con ella, porque hoy no? Quiza porque sigo pensando en mi sueño, en el que me acerco a una chica que esta senda en algun lugar y me mira con ojos totalmente blancos mientras me señala y dice que sere la proxima, lo sentí tan real que por un momento creí que era un recuerdo, pero ya hoy en día las personas atesoran más sus recuerdos por lo que estoy segura que no podría olvidar algo así. Decido que es un sueño y me estiro, cuando escucho unos pasos por el corredor.

-YA CASI! YA CASI! Renee levántate!

Doy vueltas en mi cama mientras trato de ignorar los agudos gritos de mi hermana menor, por más que trate de ahogarlos poniendo la almohada en mi cara sigo sintiendo que me sangraran en cualquier momento si sigue gritando así.

-Renee, tienes que levantarte sino Anya seguirá gritando y en casa no necesitamos otra alarma.

La dulce voz de mi hermano Andrei llega un poco lejana, aunque sé que debe estar al lado de Anya tratando de que no le perfore el tímpano con sus gritos. Creo que fue una mala idea colocar el calendario en el corredor, para que marcaran los días que faltan para su cumpleaños, mala decisión y todo por querer emocionarlos hasta ese día.

-Ya voy, ya voy... El que griten así, solo hará que me tarde más- Escucho como Anya ahoga un grito y Andrei suspira con alivio, mientras yo suelto una risa de victoria. Punto para mí.

Al salir de mi habitación, puedo notar que ya ambos están listos para ir a la escuela, con sus uniformes bien acomodados y sus maletas en los hombros. Aunque son mis hermanos, ellos comparten un vínculo más especial entre ellos, son gemelos y tienen esa extraña manera de moverse casi sincronizados y a veces, hablan entre ellos con miradas. Mi mama dice que exagero, pero los he visto crecer y sé que ellos pueden hacerlo. Anya lleva al Señor Pepperoni en sus brazos, un pequeño perrito de peluche que mi papá le compro hace años atrás, y Andrei lleva un cubo Rubik en sus manitos, que gano en una feria escolar hace poco.

-Vamos Renee! Marca el día! Marca el día! Si lo haces significa que ya casi llegara MI cumpleaños!- Sigue gritando Anya.

-Querrás decir NUESTRO- le aclara Andrei.

-Pero que es todo este alboroto tan temprano, mis pequeños patos- Es la voz de nuestro papá, quien viene saliendo de la cocina junto a nuestra mamá. Todos tenemos el cabello castaño, aunque el de mi madre y el mío es más claro, él y Andrei usan el mismo corte solo que el de papá ya comienza a tener canas. Trae en sus manos el marcador, y alza en sus brazos a mi hermana para que ella marque la fecha, aunque resulta bastante extraña la gran X que puso, a todos nos causa gracia verla agitar sus brazos de emoción, y como mama planta un beso en cada uno de nosotros haciendo que ella se agite más.

-Menos mal faltan ya 10 días, no cielo?- Mamá ha llegado a mi lado y apoya una mano en mi hombro. Luce muy hermosa con su traje de negocios, de color negro con una camisa manga larga bajo su chaqueta. Lleva un peinado alto y bastante elaborado, un sencillo maquillaje y unos tacones altísimos, que la hacen ver bastante elegante.

Andrei se coloca junto a papá y comienza a preguntarle sobre cómo podría armar el cubo, mientras los dos se meten en una conversación que solo ellos entienden, observo como mi hermana se suelta de los brazos de papá y corre a buscar algo en su habitación. Detallo como mi hermano se para junto a papá e intenta hacer que sus zapatos queden alineados con los de él, sé que lo admira mucho y quiere ser como el cuando sea grande, mientras papá lo nota y le alborota el cabello, no puedo dejar de preguntarme porque insiste en llevar uniforme. Mis padres son dueños de una compañía que se encarga de crear drones para ciertas empresas, papá es ingeniero mecatronico, por lo que debe viajar a revisar las operaciones y demás detalles de sus clientes, y mamá se encarga de todo lo administrativo, sin embargo el siempre usa sus grandes botas y pantalones con reflectores, con una interminable cantidad de camisetas blancas. Mamá dice que se ve muy apuesto así, y siempre sonríe al verlo, pero yo sigo preguntándome como puede verse apuesto si siempre usa lo mismo, y mientras observo a mi familia, Anya llega dando saltos al lado de papá y le entrega un papelito rosa.

-Toma papi, esto es lo que quiero para la fiesta, también están los nombres de mis amigas para las invitaciones. Los amigos de Andrei pueden venir si quieren.

En ese momento se escucha el teléfono móvil de mi mamá sonar en la cocina y todos nos dirigimos allí para desayunar. Al momento de entrar caigo en cuenta de que sigo en pijamas y pronto deberé irme a la escuela con los gemelos. Salgo disparada al baño y me ducho como puedo, mientras busco mi uniforme en la habitación. Me miro al espejo... ugh! Mi cabello se enreda mucho justo en los días que llevo prisa, pero trato de arreglarlo lo más que puedo, hoy esta liso en la raíz y casi en las puntas ondulado, trato de hacerme un peinado como el de mamá, en donde obviamente me salió mal y termine armando una sencilla trenza. Al verme en el espejo siento un deja vu, pero lo ignoro, y salgo corriendo de nuevo a la cocina, solo para ver como mis padres suben a su auto y se van, así no más, sin decir nada ni ofrecer llevarnos. Es bastante raro, pero supongo que la llamada era importante para que se fueran así, por lo que desayuno mientras veo como los gemelos se miran y ríen entre ellos, y yo me pierda de la conversación, sintiéndome como una intrusa entre ellos. Al llegar el momento tomo mi bolso y subimos al coche con Paolo, el chofer que siempre ha estado desde que tengo memoria.

-PAOLO-LO-LO-LO-CO! Adivina, anda adivina- Grita Anya tan pronto subimos al auto.

-ANY-NA-NA-NA-TA! No sé de qué me hablas pequeña- Dice Paolo, quien obviamente sabe de qué habla mi hermanita, solo que le cambia el juego fingiendo no saber a veces las cosas.

-Como que no sabes? Si dentro de poco pasara algo que cambiara al mundo!-Dice ella.

-Oh, sí? Mmm... No puede ser... no me digas que...

-SIIIIIII!

-Acaso será... Que hoy tienes un nuevo corte de cabello? No! Espera... ya se! Te comiste las galletas de Renee!

Y con eso, mi hermano, Paolo y yo rompemos a reír mientras mi hermana se estira las mejillas con frustración y se le aguan los ojos. El suele bromear mucho con nosotros, y nosotros con él, sentimos que es más como un abuelito que un empleado, y Anya lo adora aún más aunque diría que el sentimiento es mutuo ya que Paolo se desvive prácticamente por ella.

-Tranquila mi pequeña princesa, sé que su cumpleaños es pronto, y como ese día estaré de descanso, les he traído algo- Paolo extiende sus manos y le da a cada uno una cajita. Mi hermano la abre con cuidado y encuentra en su interior un pequeño carrito a control remoto el cual se programa para usarlo también con el celular, mientras mi hermana destroza el envoltorio y chilla de emoción al ver a quien seguro será una futura Señora Pepperoni.

Al ver los dos regalos, me giro bruscamente hacia él, cuanto pudo gastar en eso? Sé que mis padres le pagan bien, pero se también cómo funcionan las cosas hoy en día, lo difícil que es para muchos conseguir regalos y cosas que no estén en el presupuesto de los hogares. El simplemente me guiña un ojo y me dirige una mirada de "no es nada" aunque trato de observar muy bien sus ojos, él se da cuenta y entra al auto para llevarnos a nuestras escuelas. Una vez dejamos a mis hermanos, y comienza su viaje hacia mi destino, no puedo aguantar más y le pregunto.

-Paolo... como lo hiciste? Que diste?

-Señorita, una vez llega a mi edad, se da cuenta que muchas cosas ya no son necesarias, y ustedes son mi familia, por lo cual no fue difícil para mí desprenderme de un pequeño porcentaje.

Me quedo en silencio viendo las calles, como es posible que diga eso con tanta calma? Acaso no le dolió dejar una parte de el para comprar objetos que no eran de su prioridad? Al sentir que se detiene, me bajo deprisa y me despido, dándole un cariñoso beso en la mejilla y diciéndole lo agradecida que estoy por tenerlo con nosotros. Él se aleja y yo entro a mi escuela, donde seguramente Nyha y Telonius me esperan cerca de los casilleros para entrar juntos a clase. Y como los conozco bien, los identifico rápidamente, quiero decir, no es difícil no ver a Nyha, con su hermosa piel blanca, su cuerpo esbelto y su cabello negro como la noche que cae en hermosas ondas hasta su cintura. Y a Telonius, con su casi 1.70 de alto, piel blanca, con cabello rubio casi plateado. Veo que están hablando y riendo, cuando Nyha me ve y agita su mano, mientras el abre los brazos en señal de un abrazo matutino.

-Hey! Como amaneces pequeña!- Dice Telo(su apodo), mientras me abraza y alza en brazos, lo cual me sonroja ya que no me gustan estas muestras de afecto en público.

-Sobreviviendo a Anya y sus gritos- Contesto sonriente mientras me suelto de su abrazo y saludo a Nyha – Además, todos somos pequeños comparados contigo, oh gran hijo de Thor!

Nyha se ríe y me jala para comenzar lo que será nuestro día de clases normal... hasta ahora.

OtorgadoresWhere stories live. Discover now