Hola, Extraño

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— ¡Ginevra! –Gritó su padre –se te hará tarde para ir a la escuela.

—Ya voy papá –contestó subiéndose los pantalones.

Se terminó de vestir, eran las siete treinta y nueve de la mañana, se le había hecho tarde ya que no había podido dormir muy bien.

—Nos veremos al rato papá –se despidió y salió muy a prisa.

Era un Jueves bastante soleado, por eso se había vestido tan primaveral, salió al patio y se subió sobre la mesa viendo hacia el edificio esperando a que Neville saliera, pero se recostó un momento sobre la mesa, tenía mucho sueño.

— ¿Muy cansada? –le preguntaron.

— ¡Neville! –gritó emocionada al chico que estaba delante de ella.

—Hola –sonrió.

—Me alegra mucho verte –admitió feliz –te he extrañado tanto últimamente.

—Bueno, mi hermana tuvo un bebé y fuimos a verla a Londres –se encogió de hombros –perdón por no avisarte, pero no recordaba el número de teléfono de tu casa.

—No te preocupes ¿está bien tu hermana y su bebé? –preguntó Ginny emocionada.

—Sí, todo bastante bien, creo que le caí muy bien a la niña.

—Me alegro –sonrió y volteó hacia el edificio.

Algo en él llamó su atención, un chico estaba hablando con un profesor, traía jeans azul marino, converse negros, una playera blanca y una chaqueta de cuero, las gafas de gota las tenía aun puestas, le llamó la atención en ese momento, él sólo asentía a lo que le decía el profesor, y sonrió cuando se percató que ella lo estaba viendo tan atenta, que había ignorado a Neville.

— ¿Qué llamó tanto tu atención? –le preguntó Neville y volteó hacia el edificio.

—Bueno, ¿sabes quién es el chico que habla con aquél profesor? –le sonrió.

—Sí, es mayor, su hermano tiene nuestra edad –contestó Neville encogiéndose de hombros.

— ¿Y quién es su hermano? –preguntó sorprendida.

—El de allá –señaló Neville al chico.

— ¿Es en serio? –preguntó con una sonrisa.

—Sí, es en serio.

—Pues son completamente diferentes –le admitió.

—Se llama Orión –comentó Neville.

—Tener sus años aquí tiene sus ventajas ¿no es así? –sonrió.

—Ciertamente si –comentó sin darle importancia.

—Luce bastante atractivo –señaló Ginny –al menos de lejos.

—Bueno, pronto lo veras de cerca, porque ya nos vio y viene hacia acá.

— ¿Qué? –volteó asustada para ver a Neville.

—Es cierto, y que evites voltear no hará que cambie de opinión Ginny, ya te vio observándolo.

—Demonios –masculló nerviosa y le dio un trago a su jugo.

—Hola –escuchó la voz del chico — ¿Por qué tan sola? –indagó.

— ¿Disculpa? –Ginny volteo a verlo sorprendida.

—Sí, porque estás tan sola ¿cómo te llamas? –la interrogó.

—Sólo dile que se vaya por donde vino –murmuró Neville y Ginny volteo a verlo molesta haciendo que el chico volteara también –bueno, si te gusta deberías decirle tu nombre y no mirarme de esa forma.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora