Pensamientos Peligrosos

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Ginevra observó atenta como la lluvia caía sobre la ciudad, era tranquilizador el sonido de las gotas golpeando el suelo, y hacia tanto tiempo que no se sentía tranquila, completamente tranquila.

—No sabía que te gustaba la lluvia –comentó Draco detrás de ella.

—Hay muchas cosas que no sabes –respondió –me gusta ver el agua caer desde el cielo desierto hasta el fin de la nada –sonrió.

—Científicamente eso es imposible, la lluvia cae de las nubes, y cae al suelo, donde una gran cantidad se evapora y otra cuanta llega a los mantos subterráneos –Ginny volteó a verlo –estoy bromeando –sonrió.

—Claro, algo me decía que no eres tan inteligente –comentó y volvió su vista a la lluvia.

—Si sigues con eso, nuestros algo terminaran en una batalla interminable y en verdad me gustas como para dejar de verte sólo porque mi algo se pone histérico por tu algo metiche.

—Pues mi algo, en este momento no sabe de qué habla tu algo y se siente un poco ofendido por tu algo agresivo –se burló.

—Dejemos de involucrar a nuestros algo y hablemos tú y yo sin máscaras –caminó hasta ella.

—Draco –Ginny contuvo la respiración al verlo tan cerca.

—Ginevra –habló él –puedo ver tu algo y sé quién es.

— ¿De qué hablas? –preguntó sorprendida.

—Sé que desde la cena con tu padre puedes ver mi "algo" pero no lo distingues como yo al tuyo.

—Bueno, esa sombra que no distingo... ¿me sigue a todos lados? –preguntó Ginny sorprendida.

—Sí –contestó.

— ¿Quién es tu sombra? –inquirió.

—Es mi abuela –expresó Draco –necesita algo para cruzar, algunos espíritus se aferran a las personas que más las quisieron en vida, y acuden a ella para que les ayude a cruzar...

— ¡Eso quiere decir que mi sombra es mi madre! –Expresó Ginny feliz y las lágrimas comenzaron a descender –pero si es ella... no entiendo la razón por la que me asusta su presencia.

—Es un poco raro que no distingas a tu propio "algo" –observó a las espaldas de Ginny y luego a ella –y es más raro que yo si lo haga.

—Bueno, creo que es porque en el fondo, no he perdonado a mi madre por abandonarme... aunque sé que ella no se fue porque así lo quiso, sino porque la enfermedad se la llevó.

—Ginny –suspiró Draco y sus ojos grises perdieron un poco el brillo normal.

— ¿Qué ocurre? –Investigó preocupada –quiero que sepas que... me alegra saber que tú también sufres lo que yo y que no estoy loca.

—Hay muchas veces, que las personas son demasiado propensas a lo sobrenatural, aunque muchas veces no se den cuenta de ello.

— ¿Yo soy una de esas? –Curioseó Ginny.

—Sí, pero lo que te sigue no es tu madre Ginny, es algo que...

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Ginny despertó por el fuerte golpe que provenía del patio, observó el reloj, eran cerca de las siete quince de la mañana, por suerte era sábado y no tenía por qué preocuparse por la hora, observó hacia el patio, no había sido nada fuera de lo normal, sólo su padre que intentaba acomodar algo en el patio.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora