La Familia de Draco

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— ¡Es una grosería de tu parte! –gritó su padre molesto.

—Papá...

—Ginevra –explicó él –ese chico esperó tanto por esto y cuando por fin llega el día en que conozcas a su familia simplemente le dices que no.

—Él dijo que estaba bien –expresó en su defensa.

—Claro, ¿Qué hubiese pasado si hubiese sido al revés cariño? –preguntó.

—Lo hubiese matado –admitió ella.

—Bien, él te tiene muchas consideraciones porque sigues aquí.

—Papá...

[O]

Ginny se puso el ridículo vestido color negro y todo lo demás acorde, había pasado una semana desde que no quiso ir a conocer a sus padres, pero Draco no parecía molesto con eso.

—No regresen tarde –pidió su padre y tomó su maleta.

—Ve con cuidado ¿bien? –indagó ella.

—Claro cariño –besó su frente –cuídala Draco –le pidió y subió al taxi que lo llevaría al aeropuerto.

—Te ves hermosa –le informó y besó su mejilla.

—Gracias, ahora vámonos o me arrepentiré.

—Vamos entonces.

Draco condujo hasta un bonito restaurante en el centro de la ciudad, entraron tomados de la mano y fueron en dirección hasta una pareja que lucía adorable, buscó por el lugar y se le hizo raro no ver a Orión.

—Papá, mamá, ella es Ginevra, mi novia –sonrió.

—Ginevra –dijo el hombre –soy Lucius Malfoy –se puso de pie y sujetó su mano con demasiada educación.

—Yo soy Narcissa –se presentó la mujer –y sonrió.

—Ginevra Weasley –informó apenada –es un placer conocerlos –sonrió y buscó por el lugar.

—Espero que te guste el lugar –habló un poco incómodo el Señor Malfoy.

—Es hermoso –sonrió, en verdad lo era.

— ¿Qué ocurre? –le preguntó Draco al oído.

— ¿Y dónde está tu hermano Orión? –le preguntó discretamente.

—Bueno, él...

— ¿Cómo se conocieron? –preguntó el padre de Draco.

—En la escuela –comentó él –fui al antiguo colegio y ahí la vi, estaba sentada en la mesa en la que solía sentarme con Orión –recordó con el semblante serio.

—Pensé que nadie se sentaba en esa mesa ya –comentó la Señora Malfoy.

—Eso mismo pensaba yo, así que... bueno, la vi, y quise conocer a la valiente que se sentó en esa mesa.

—Desde que Orión murió –comenzó Narcissa –nadie quiere sentarse en ese lugar, y bueno, desde que eso ocurrió, Draco también puso su vida en pausa, me alegra saber que encontró a alguien tan linda y agradable como tú, es como... si, bueno, Orión te hubiese enviado a su vida cariño –la mujer no pudo contener las lágrimas –estamos tan felices de que Draco encontrara a alguien.

—Yo no... sabía lo de Orión –comentó y observó a Draco que se encogió de hombros –cuando llegué al colegio, tampoco soy comunicativa, ese lugar me agrado y como era lo suficientemente alejado y tranquilo, decidí sentarme ahí, ahora veo porque nadie peleaba ese lugar –sonrió apenada.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora