1. Te falto el valor

188 16 15
                                    

El sudor me cae por la frente y estoy sedienta, debo de llevar aproximadamente unos cuarenta y cinco minutos corriendo y creo que ya he llegado a mi limite, hecho un vistazo a mi reloj electrónico y, si, efectivamente llevo cuarenta y seis minutos trotando. Hoy Central Park esta mas fresco que nunca, quizás es por que la primavera se encuentra en su pleno apogeo, el verdor de las hojas de los arboles es evidente y el viento sopla suavemente las flores como si de una danza sincrónica se tratara. Miro al cielo y noto como el sol se va haciendo espacio poco a poco entre las nubes para proyectar mas su luz, son las 7:20, así que decido volver a casa ya que el desayuno será servido en unos diez minutos próximamente.

***

Entro al ático y el olor a comida hace que mi estomago se despierte, pienso dos veces en si subir a mi habitación a bañarme y desayunar luego ya que estoy ligeramente sudada, o dejar que el hambre me domine y desayunar así como estoy.

Finalmente me encamino al comedor y encuentro a toda mi familia ocupando sus respectivos asientos, al ver el desayuno servido en la mesa me alegro de haber decidido comer así como estoy, todo se ve demasiado apetitoso—. Buen día.—Tomo asiento al lado de Evelyn.

Mi padre me mira sonriente—. Buen día hija, veo que hoy haz madrugado.

—Al que madruga Dios le ayuda, George—responde mi madre con ese tono de voz dulce que la caracteriza.

—Estas en lo cierto, Addison.—Papá le sonríe y luego dirige su mirada hacia Kyle—. Hijo, deberías de copiar de tu hermana y empezar a levantarte mas temprano, haz estado llegando tarde a la constructora últimamente.

Me doy cuenta de que a mi hermano no le hace mucha gracia que mi padre saque a relucir sus faltas a primera hora del día por el gesto con el que le responde—. Entendido.

Mi madre, al escuchar su tono de voz lleno de pesadez, posa su mano sobre la de el y la acaricia suavemente.

Evelyn, con cautela, se levanta de su asiento—. Llegare tarde al colegio si no salgo ahora.

Kyle observa la falda que Evelyn lleva puesta con el entrecejo fruncido—. Mamá, la falda que tiene puesta Evelyn esta demasiado corta.

Evelyn le da una mirada llena de rabia, se acerca a papá para despedirse de el y yo intervengo para que pueda irse tranquila al colegio—. Esa falda es parte de su uniforme Kyle, déjala tranquila.—Este no queda completamente conforme con mi comentario, pero puedo ver como relaja la expresión de su rostro.

Evelyn se acerca a mamá—. Adiós, Mamá.—Se despide para luego darle un beso en la frente, hace lo mismo conmigo y todos nos quedamos esperando a que se despida de Kyle, pero esta pasa por su lado ignorándolo.

Kyle le sonríe socarrón y a la vez la mira con un asomo de burla por la actitud que ha tomado, todo gracias a un simple comentario—. Mi amor, despídete de mi, no seas maleducada.

—Adiós, Kyle.—Se despide de el con un simple movimiento de manos, y es que Evelyn, aparte de chismosa, es demasiado dramática.

Papá mira el reloj que lleva puesto en la muñeca para luego posar su atención sobre Evelyn—. Ya baja amor, el chofer te espera abajo.—Con eso Evelyn sale del salón.

Luego de desayunar, subo a mi habitación para darme un baño, antes que nada, abro el balcón para dejar que la brisa fresca circule dentro de la misma. Desde aquí puedo ver con exactitud el ático de enfrente, el edificio que queda paralelo al mío solo esta dividido por la calle y aunque rara vez me fijo en el ático que queda justamente a mi frente, hoy ha llamado mi atención, ya que llevaba meses deshabitado, pero llevo días viéndolo nuevamente amueblado, probablemente ha adquirido un nuevo inquilino.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora