10. Lista de errores

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Me acerco a Alexander y beso su mejilla en forma de saludo—. Gracias, lo mismo digo.

Este abre la puerta del auto cediéndome el paso, entro y luego el detrás de mí—. Siempre me impresionas—comenta.

Volteo a verle desentendida—. ¿Yo? ¿Por qué?

—Porque al parecer cada día amaneces mas bella.

Me muerdo la lengua para evitar reírme en su cara ante semejante labia, Dios mío, he aquí al rey de los aduladores—. Gracias, aunque creo que eso es mental.

—No me agradezcas solo te digo la verdad, y sí, puede que sea mental, pero me agrada verlo de esa manera.

Jugueteo con varios mechones de mi cabello—. ¿A que viene esta invitación al jardín botánico?—pregunto sin rodeos.

—Quería verte, me haz negado muchas invitaciones últimamente y dicen que la tercera es la vencida, parece que es cierto.—Su tono es suave, pero su mirada es feroz y me dice mucho mas que sus palabras.

—No me he negado a tus invitaciones para hacerte el desaire, sabes que es porque no he podido.

—Lo se, pero eso no cambia el hecho de que no he podido verte.

Me cruzo de brazos—. He tenido cosas que hacer. —Me defiendo—. Y cuéntame de este sitio, el jardín botánico, ¿por qué llevarme a una cita ahí? —pregunto con un tono bastante sutil para que no se malinterprete mi pregunta.

—Es simple, en vez de mandarte un ramo de flores te llevare a ti hacia ellas.

Su respuesta enciende una pequeña llama de fuego en mi interior respecto a su personalidad y carácter, ya que su respuesta está fuera de lo común, como si él lo estuviese pensando mucho antes de que yo siquiera le preguntara. 

¿Sera qué el nunca hace algo solo por hacerlo? Porque con lo poco que lo conozco ya he notado que detrás de cada una de sus acciones hay un porqué, que él piensa y calcula todo lo que dice, y en cierto modo puede ser bueno, pero por otra parte no me gusta, porque me siento indefensa.

—¿Eres del tipo de personas que hace todo con un propósito? ¿Qué tienen todo calculado?

Se acaricia la barba reciente y me mira extrañado—. ¿Exactamente a que te refieres?

—Me refiero a que todo lo que haces o dices parece tan planeado que a veces me sorprendes.

—Ciara, si te voy a llevar a una cita obviamente tengo que planearlo, no te voy a llevar al jardín botánico solo porque si, o al menos yo soy así, si voy a hacer algo tiene que tener un sentido, si no, no lo hago.

Parpadeo perpleja—. Si, pero también es bueno dejar que las cosas fluyan, ¿no crees?

—Aun así, las cosas no fluyen si no tienen el camino libre, pero lo que yo no entiendo es si me preguntas esto por algo que hice o dije en especifico ¿o solo por la respuesta que te di respecto a tu pregunta sobre el jardín botánico?

Suelto el mechón de pelo que tengo entre los dedos—. Eso tiene que ver.

—Puedes pensar que me tomó mucho tiempo planear esta cita, pero fue todo lo contrario, la idea me surgió y de inmediato te llamé.

—Solo lo dije porque considero la idea de una cita en el jardín botánico muy ingeniosa.

Sonríe mostrando unos dientes perfectamente blancos y alineados llenándome de envidia por no tener una dentadura tan perfecta como la de el—. Lo tomare como un cumplido.

—Deberías.

—Cuando me hiciste la pregunte pensé que no te había agradado la idea.

—Todo lo contrario, es solo que me lo encontré un poco extraño al principio.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora