4. La perdición que tanto haz esperado

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Le doy un sorbo a mi cappuccino y vuelvo a poner toda mi atención en el libro que estoy leyendo, no llego a leer ni una palabra cuando suena el celular y me interrumpe, veo que es Kimberly quien llama y contesto para reclamarle porque no ha llegado—. Llevo quince minutos esperándote, me imagino que ya tienes que estar llegando.

Escucho un breve silencio de su parte y luego como suspira—. No voy a poder ir, mamá esta ajetreada con todo esto del lanzamiento de la nueva colección, sabes que es hoy y tengo que ayudarla.

—Entiendo, pero tenias que llamarme con tiempo Kim, llevo rato esperándote.

—Lo siento, no te enojes conmigo.—Me despido de ella un poco enojada por haber hecho que no desayunara en mi casa para hacerlo con ella y luego haberme dejado plantada.

Me levanto del asiento con el vaso de cappuccino aún en la mano, me acerco al zafacón y lo boto ya que estaba vacío, en mi camino a la salida creo ver de reojo al señor que estaba en la exposición de arte pasada, sentado cerca de la puerta con una cámara tomando fotos en mi dirección, al tener la cámara cubriendo parte de su rostro no puedo asegurar si es el, pero cuando ya estoy mas cerca de su mesa me doy cuenta de que si.

Camino hacia el, trato de respirar profundo varias veces antes de llegar para así poderle hablarle mas calmada, no me gusta faltarle el respeto a las personas y mucho menos si son mayores que yo, pero con el enojo que tengo con Kimberly por haberme dejado plantada es suficiente como para que el venga a tomarme fotos sin consentimiento.

Cuando estoy frente a su mesa puedo notar que esta nervioso—. Hola, me fije que estaba tomando fotografías mías, ¿o me equivoco?

El pone la cámara en la mesa y luego me mira—. No señorita, no se equivoca, lo que pasa es que-e.. me gusta mucho la fotografía y estoy trabajando en un-un proyecto, discúlpeme si le molesto que la fotografiara.

Afirmo mis dudas sobre su nerviosismo luego de ver como tartamudeó—. No se preocupe, pero debería de pedir permiso a las personas antes, puede que otros si lo tomen a mal, hasta luego.—    Me despido del señor y salgo del local.

***

Camino hacia al aula con rapidez ya que voy tarde, en el camino diviso como Andrew se abre paso entre la gente, lleva entre sus manos una laptop y por un momento pienso en acercarme a el para darle el pésame de mejor manera, mas sigo mi camino y me olvido de la absurda idea, entro al aula, me disculpo con el maestro por la tardanza y este me pide que sea mas puntal para la próxima.

Tomo asiento y escucho la voz del maestro lejana cuando los recuerdos de como deje a Alexander anoche con la palabra en la boca se hacen presentes, revivo nuestra conversación en mi cabeza y pienso en las tantas cosas que le puede haber dicho en vez de lo que le dije, también en lo cautivada que me dejo con su actitud, con su acento ingles tan pronunciado, luego pienso en el cobarde de Andrew, en como ahora viene a atosigarme para que lo perdone después de tanto tiempo, pienso en tantas cosas a la vez, dejando que mi mente vuele y desconectándome del mundo por un instante, pero salgo rápido de mi trance cuando el maestro me llama la atención, vuelvo a enfocarme en lo que el dice y por poco me quedo dormida, es que el es de estos maestros que son tan aburridos que infunden pereza, pasan los minutos lentamente, torturándome, y luego de un milenio por fin salgo de clase.

Me dirijo a la biblioteca a paso apresurado, esta queda un poco lejos de donde estoy por lo que me tardo unos minutos para llegar, cuando finalmente llego empiezo a caminar entre las diferentes secciones que dividen a los estantes de libros por genero y seguido encuentro la sección que me interesa, camino de lado a lado en el pasillo, observo nuevamente cada uno de los libros en el estante, uno de mis maestros me dijo que en la biblioteca podía encontrar libros con buen material para mejorar mi tesis, aun así estoy aquí y me encuentro en duda, sin saber que libro seleccionar, hay miles de ellos con miles de teorías y no se cual es el adecuado, pienso en preguntarle a la bibliotecaria ya que se que ella me puede ayudar, me acerco al recibidor, que es donde ella se encuentra, para que me de su consejo sobre cual libro me seria mas útil.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora