Una historia interminable.

Concierto.

Llamamos un taxi y nos encaminamos hacia el Palacio de los deportes, donde iba a ser el concierto, y Sandra y yo cada vez estabamos mas nerviosas. Carlos estaba sentado a mi lado, y me sonreia para tranquilizarme, aunque no obtuvo mucho exito. Mientras tanto, Alvaro y Sandra cantaban a todo pulmon, cosa que me estaba dando dolor de cabeza.

Llegamos al Palacio, y en la entrada los chicos nos dieron una especie de pases, que nos colgamos en el cuello para poder pasar. Entramos dentro. Los chicos nos estaban esperando sentados en el escenario, cuando Sandra y yo les vimos fuimos corriendo a abrazarles, a lo que ellos respondieron avrazandonos tambien, y posando dos besos cada uno sobre nuestras mejillas.

-Ya era hora de que os conocieramos, no? jaja, Alvaro y Carlos nos han hablado mucho de vosotras. -dijo Blas con una estupenda sonrisa.

-Ah si? -pregunte alzando una ceja, y mirando a Carlos, para volver la mirada hacia Alvaro.

-Y que os han dicho de nosotras, chicos?-Pregunto Sandra divertida.

-Nada malo. Jajaja, se pasan el dia hablando de vosotras. Aunque no me sorprende, ya nos avisaron de que erais muy guapas.- dijo David. Cosa que alerto a sus amigos, que le miraron con cara de "te voy a asesinar".

Paso un rato y los chicos tenian que hacer la prueba de sonido, asi que nos quedamos calladas viendo como cantaban sus canciones y de vez en cuando soltaban alguna broma o fingian que peleaban.

Llego el momento del concierto, y el Palacio empezo a llenarse, nosotras que habiamos estado en los camerinos deseandoles suerte, nos dirigimos a la parte trasera del escenario, y desde alli, vimos a nuestros cinco anti heroes triunfar una vez mas.

El concierto termino, y Sandra y yo ya estabamos llorando como magdalenas desde la primera cancion. Los chicos volvieron a los camerinos, y nosotras decidimos salir fuera, a tomar el aire, ya que habia muchisima tension acumulada.

Cuando salieron los chicos, nos dijeron que habia una fiesta, y que fuesemos con ellos, a lo que nosotras aceptamos encantadas, asi que volvimos a coger un taxi, para ir al lugar donde se celebraba.