Redoble de tambores para ti

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''Cambiaste a tu rey por un alfil''

¿Ya tanto tiempo ha pasado? Parece como si solo hubieran pasado cinco minutos. Entiendo que uno como ser humano no puede lamentarse toda la vida por una equivocación, pero yo no me equivoque simplemente estaba tan enamorado para entregar todo mi ser. A este punto de la situación ya no estoy triste pero si estoy lleno de ira. ¿Cómo puedo explicarlo?

En las dulces noches cuando dormía en el pecho de Jaime, él no paraba de insultar a mi ''mejor amiga'' llegue a un punto donde me comencé a cuestionar mi amistad con Claudia y quizá en un momento más adelante tendría que elegir con quien de los dos me tendría que quedar. Ninguno de los dos se toleraba y yo claro tenía que quedarme callado escuchando las palabras venenosas de ambos,

La vida es una ironía porque hasta el día de hoy ellos están juntos compartiendo un millón de cosas. Hipócritas. ¿Por qué soy el único que está sufriendo? Seguramente es porque yo sigo teniendo el mismo amor por ese hombre como la primera vez, ya sé, no es sano pero cuando abro mi canal sentimental solo escucho su voz y veo su rostro. A lo largo de estos meses he conocido a muchas personas que me cuentan sus infiernos. ¿Él mío? Levantarme pensando en alguien que ya hizo su vida.

Mientras trabajo acomodando el material médico, mi mente da largos paseos, incluso una vez me imagine como seria la última vez que vería a Jaime. Quizá seria en un parque o un café. Me imagino como seria ver sus ojos mirándome atentamente, sus labios tratando de gesticular alguna palabra y su dura expresión. Seguramente yo estaría totalmente inmóvil, con los ojos llorosos y con un nudo en la garganta. No soy una persona tan fuerte para enfrentar ese tipo de situaciones. En un descuido yo estaría en sus brazos llorando como si no hubiera un mañana, inundándome de su perfume y escuchando los caprichosos latidos de su ingrato corazón.

¿Yo aun estoy a su merced? Si llegase a ser así entonces el único que la esta cagando soy yo. Cuando vivía en casa de mi madre podía escuchar como las señoritas de mantenimiento contaban sus trágicas comedias de amor. Una frase que se me quedo bastante en mi mente es ''Siempre vas a desear que la otra persona sea feliz a costa de tu felicidad, porque al final... eso el amor''

¿En serio eso el amor? Sufrir a para que la persona que amamos sea feliz con alguien más o ya sea lejos de nuestra vida. ¿Eso no afecta a nuestro amor propio? Excelente, si sigo así colapsare. No importa cuantas vueltas le dé al asunto, está claro que nuestros caminos se han separado por nuestro propio bien.

Los días se vuelven mas fríos y por obvia razón llegan muchos más pacientes de la tercera edad enfermos, algunos les cuesta caminar a otros no les puedo sacar ni una palabra. Este mismo lugar también sirve como refugio para la gente sin hogar y algunos abuelos que no tienen familia.

Hoy me toca cuidar a los ancianos que tienen Alzheimer, son muy grandes de edad y por desgracia no recuerdan ni quien son. Muchos de ellos son callados y siempre están en su mundo. Me encantaría saber que pasa por sus mentes, escuchar sus historias, la juventud de ahora no se toma ni cinco minutos para prestar atención a los más grandes. Por mi mente pasa un recuerdo lejano cuando mi padre me contaba sus historias en el ejército, cuando trabajaba e incluso en sus fechorías. Yo era muy niño pero me encantaba en la manera de expresarse y lo divertidas que eran sus historias. Si el día de hoy tuviera la posibilidad de volver a escucharlo lo haría con gusto, aunque me supiera las historias de memoria.

Mientras les daba su medicación a los abuelitos, puse algo de música para que por lo menos les subiera el ánimo. De repente un señor que tenía un lindo bastón con sus iniciales grabadas, me miro y me sonrió como si fuera alguien cercano a él.

—Hijo...—Toco mi hombro con mucha dulzura ­­—Gracias por no abandonar a esos pobres ancianos.

—No tiene que agradecerme nada, lo hago con gusto—Pude sentir en sus palabras mucho amor y gratitud

—Hace mucho tiempo que no escuchaba a Camilo Sexto— Se sentó el abuelo en un enorme sillón rojo —Aquí la mayoría de tus compañeros nos tratan como si fuéramos desechos.

—No entiendo el porqué —Solo pude decir esa pequeña oración con un hilo de voz.

—Piensan que estamos locos— Hizo un gesto con su mano a un lado de su cien - piensan que como estamos enfermos no vamos a recordar su trato...—Hizo una pausa mientras se tomaba los medicamentos que hace un momento le había pasado -Sin embargo— realzo la voz—No olvidaría un rostro como el tuyo jamás

—Perdón— Dije sin más —No puedo justificar su acto, pero sí le puedo pedir una disculpa

El abuelo soltó una sonora carcajada, yo aun no entendía el porqué este hombre estaba tan animado hablándome, no me molestaba en lo absoluto, me sentía contento de que por lo menos alguien de este sala pronunciara una palabra.

—Te pareces mucho a mi hijo- Menciono con un tono nostálgico—Pero hace mucho tiempo huyo de casa- En su cara se podía ver una mueca de dolor —Él es gay, pensó que yo no lo aceptaría así que un día se fue sin más

—Estoy seguro que un día el volverá a buscarlo — No sabía que decir, me sentía conmovido por tales palabras de amor

—Eso espero muchacho— Dijo mientras se limpiaba una lagrima —Antes de que me muera, quiero que el sepa que no me importa su condición, yo lo amo tanto como la primera vez que estuvo en mis brazos.

Las horas habían pasado volando y mi turno se había terminado, me despedí del señor Juan con un cálido abrazo. Ahora más que nada deseaba cuidar de esas personas y quizá algún día todas ellas me hablen.

Todos los días salgo a las 10:00 pm pero como hoy no hay mucho personal, la encargada me pidió que me quedara, fue un día largo y lo único que deseo es llegar a casa a tomar una ducha y dormir. De repente se escucha como unas enfermeras gritan con horror, salí rápidamente a la sala principal y se encontraba un hombre apuñalado, lleno de sangre. Lo primero que hice fue llamar a un medico de base y lo segundo fue en parar la hemorragia. Nunca me había encontrado en una situación así y claro estaba temblando de miedo, pero una persona se estaba muriendo.

—Tranquilo—Dije agitadamente mientras le hacia presión en sus heridas- Ya viene un doctor

—Hola —Dijo aquel hombre con mucha fuerza, casi no respiraba —Querido doble.

Me fije en su cara y era el mismo tipo que me había ofrecido una copa de helado aquel día. Me asuste porque quizá no sobreviviría y quería saber más de él.

—Mierda...


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⏰ Última actualización: May 21, 2017 ⏰

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