— ¿Estas despierta?—la voz del otro lado del teléfono apenas era audible por la música de fondo.
—Mmmm…
—Vamos Alf, despertate.
—No me digas Alf, imbécil—gruñí.
—Pam quiere que la vengas a buscar.
Me senté de inmediatamente en la cama, golpeándome la cabeza con el techo inclinado del ático.
— ¡Auchhhh! —Me quejé, llevando mi mano a donde mi cabeza recibió el golpe.
— ¿Alf estas bien?—soltó una risa.
—Cállate—bajé de la cama de un salto— ¿Dónde está Pamela?
—En el bar.
Me calcé rápidamente, pensando en mil maneras de asesinar a mi hermanastra por haberme despertado a las… ¡4 a.m.!
Tome las llaves de mi motocicleta de mi cartera y justo cuando abrí la puerta de mi habitación para salir, la persona del otro lado de la línea habló:
—Alf, Pam dice que sus padres creen que está contigo…
—Genial, ahora debo convertirme en spiderman—suspiré—solo, cuídala hasta que llegue.
Caminé hasta la ventana de mi habitación, la abrí y comencé a salir, pisando cuidadosamente los bordes del techo del primer piso, maniobrando con el celular en mano.
—Claro preciosa. Solo me deberás un pequeño favor…
—Ya quisieras, tarado.
Seguí caminando y al llegar al final del techo del garaje, busqué la escalera improvisada contra la pared y bajé por ella para entrar al garaje y sacar a Sassy, mi Yamaha FZ, de allí.
— ¿Cuánto vas a tardar? — ¿aún no había cortado la llamada?
—Estoy en camino—dije, mientras encendía silenciosamente mi moto.
— ¿Tan rápido? ¿Sabes? Tenía la fantasía de que dormías desnuda. Creo que debo despedirme de esa teoría—suspiró—o tener la esperanza de que sea cierta…
—Será mejor que no te cruces conmigo porque voy a atropellarte repetidamente hasta que Sassy pida clemencia.
Dicho esto, corté la llamada, no sin antes escuchar una muy sonora risa. Tomé un casco y me lo coloque, mientras tomaba otro y lo sujetaba con mi codo.
Manejé hasta el bar donde Pam, mi hermanastra, estaba. El lugar era cerrado, con un par de mesas afuera y una pista de baile dentro. Podía sentir la música sonando debajo de mis pies y apenas era capaz de distinguir a alguien con tan poca iluminación.
Estacione en la vereda, sacando el celular de mi bolsillo para llamar a Pam.
Apagado. Genial.
Bajé de la moto y dejé los cascos en los manubrios.
Supuse que Pam debe estar bailando adentro, así que me encamine entre las mesas de afuera para poder entrar. Las personas allí sentada se daban vuelta y me miraban de una forma no muy disimulada. Opte por ignorarlos y una vez dentro, estiré mi cuello lo más humanamente posible para lograr ver algo con mi metro sesenta y pico. No quería entrar en el tumulto de gente pero si no nos apurábamos mi papá se despertaría y me mataría por haber llegado tan tarde de mi “salida” con mi hermanastra. Aunque claro, nadie la mataría a ella.
Tal vez yo sí.
Camine hacia la barra, esquivando a las personas bailando.
— ¡Alejandra! ¡Tanto tiempo! —gritó Max detrás de barra, mientras servía tragos a un muchacho.
ESTÁS LEYENDO
Alf
RomanceAlejandra Gray es sarcástica, divertida y, tal vez, un poco amargada. Bueno, cualquiera seria amargada si adquiere una madrastra que no la comprende y una hermanastra que, ademas de ser una hermosa modelo, no deja de recordarselo. Y como si fuera po...