Capítulo 1

73 21 18
                                    

Busco desesperada con la mirada a Jev, pero no le veo por ninguna parte. Falta muy  poco tiempo para mí discurso y aunque él debería estar aquí, no le veo por ninguna parte.

Camino de un lado a otro desesperada y con ganas de tirarme de los pelos, quitarme el vestido e irme a cualquier lado que no sea aquí. Cosa que haría si no me hubiera pasado dos horas para hacerme el recogido, tres semanas para encontrar el vestido perfecto, y casi un mes para hacer el discurso.

Lo único que sé es que necesito un café, y necesito también que sea muy rápido, ya casi no queda nada para que me llamen para dar mi discurso.

En mi estado de nervios me suena el móvil,  un mensaje de mi mejor amiga diciéndome que está en la cafetería y que me está esperando con un café sólo sin azúcar, amo a está mujer, siempre sabe lo que necesito.

Me dirijo a la cafetería odiando el ruido que hacen los tacones contra el suelo, pues esto hace que todo el mundo se fije en mi, y de momento es lo último que me apetece.

Al pasar al lado del baño oigo unos gemidos pero no les hago mucho caso, es el último día y no es de extrañar que dos alumnos estén celebrando sus notas de forma íntima en el baño. Pero no tengo mucho tiempo para pensar en ello tampoco, pues la cafetería está al lado y ya estoy oyendo como mi queridísima mejor amiga está montandole un escándalo a alguien que probablemente no tenga la culpa de nada.

Entro en la cafetería lo más rápido que puedo y efectivamente ahí está Mary reprendiendo a lo que parece ser un alumno de segundo o tercer curso.

- Y Bien, ¿dónde está mi café?- le pregunto por la espalda dándole un susto.

-Aquí está, bestia mala- dice ofreciendo un vaso de café para llevar.

El adolescente al que Mary  me da las gracias con la mirada en cuanto me la llevo de la cafetería y no puedo evitar reirme muy alto.

— Oye ¿interrumpimos a la parejita? En menos de cinco minutos tienes tu discurso, y yo no quiero que nadie se pierda el grandioso discurso de mi mejor amiga.- Los gemidos del baño siguen sonando cada vez más fuertes y está vez si que no puedo evitar reirme.

Abrimos la puerta del baño y en el estaban Jev y Suzanne. Mi corazón se encoge a un punto en el que casi ni lo siento. Siento como mis piernas tiemblan y mis ojos se llenan de lágrimas.

-¡Eres un tremendo hijo de puta!- la voz que sale no es la mía, por más que quiera parece que se ha ido de mi cuerpo.

Mi mejor amiga ya se ha dispuesto a entrar al baño y a coger a Jev, mi futuro ex-novio, por el cuello.

Y yo sin embargo soy incapaz de hacer nada.

Salgo de ahí todavía sin dar crédito a lo que acabo de ver, como si todo lo que estuviera pasando fuera un mal sueño del que me voy a despertar.

Me encierro en el baño contiguo y las lágrimas empiezan a caer solas. Sin embargo me limpio, salgo del baño y sin esperar a nadie me dirijo al escenario para dar mi discurso. He pasado mucho tiempo de lo último mes escribiendo discurso tras discurso hasta escribir el correcto, he tirado muchos antes y no pienso dejar que nadie me arruine mi momento, por muy dolida que esté.

Busco a mis padres pero no los encuentro por ninguna parte, supongo que la graduación de su hija no es lo suficientemente importante como para dejar su trabajo ni por un minuto.

La decepción inunda mi cuerpo a parte de la tristeza, debería ser uno de los días más felices de mi vida, pero está siendo el día más desastroso.

Subo al escenario cuando es la hora de mi discurso y veo que hay un montón de gente, pero sigo sin encontrar a mis padres, y a Jev la verdad ya no quiero ni verle. Solo luchi para que las lágrimas no salgan de mis ojos y mi voz no decida romperse frente a tanta gente.

La gente me mira impaciente y veo como mi mejor amiga está ahí, en los asientos, alentandome con la mirada.

Siento que las palabras no me salen y carraspeo un par de veces para intentar aclararme la garganta.

-Hace cuatro años empecé una aventura, todos nosotros la empezamos. Juntos, algunos nos hicimos amigos y otros no nos tragabamos los unos a los otros. Hoy todos somos una gran familia. Algunos nos seguimos odiando y otros nos hemos hecho inseparables, pero todos los momentos que hemos vivido juntos estos años, jamás los van a borrar de nuestra memoria. Hemos llorado y hemos reído juntos, hemos ido de fiesta y muchos otros se han querido matar entre ellos, pero al final, cuando uno ha estado mal todos nos hemos apoyado y esto es lo que ha hecho de este curso, algo increíble. Y por eso siempre seremos una gran familia. A pesar de todo, nos hemos reído y hemos llorado, nos hemos ayudado los unos a los otros, hemos tenido guerras de comida y nos han castigado limpiando después, pero siempre juntos y esto es lo que nos va a diferenciar y a marcar en nuestros próximos pasos a partir de ahora. Muchas gracias por todo, a todos, por todo lo que nos hemos enseñado los unos a los otros y eso me lo llevaré para siempre.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 10, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Lista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora