Capitulo 17-Increíble

32 3 4
                                    

Su tatuaje de anillo llevaba mi nombre en letra cursiva y artísticamente diseñada. 

"______", se leía en grande y con claridad.

—¡Te tatuaste mi nombre!

—Y no solo eso —dijo él misteriosamente. Dio vuelta a su dedo para que leyera la frase que se enrollaba alrededor de éste, la que se había tatuado también en conjunto: “Propiedad de…” que se unía perfectamente con el
"______" de la parte frontal de su dedo.

—Es hermoso —susurré—. ¿Qué pasó con Bambi?

—Lamentablemente no tengo dedos anormalmente enormes, por lo que la frase no cabía por completo.

Se encogió de hombros.

—Es lo de menos. Igual me encanta —le aseguré.

El hombre de la túnica azul volvió a carraspear su garganta como por enésima vez, y sonrió cuando finalmente le prestamos atención.

—Bien. Por el poder que me declara el patrimonio greco-ortodoxo, y con el cual he sido bendecido desde los mismísimos y sacrosantos cielos, los declaro marido y mujer. Ahora sí, por favor señor Doblas, bese a su esposa.

No tuvo que decir más porque Ruben ya se había apresurado a tomarme del cuello y a encontrar la distancia perfecta entre mi barriga para besarme a su gusto. Llevó una de sus manos a mi vientre y le dio un apretón a mi estómago. Estuve tan perdida en ese beso, que no noté cuando corrieron las cortinas de seda blanca y la gente comenzó a aplaudir con entusiasmo.

Nos separamos y sonreímos estúpidamente y nos tomamos de la mano, como esposos.

Un pequeño ataque de pánico hizo que mi corazón se acelerara el doble con solo pensar que yo era la esposa de este hombre. Yo era la esposa de alguien. Yo era la esposa de Ruben.

Los nervios me atacaron y no pude evitar presionar más fuerte contra su mano. No podía parar de repetir mentalmente que yo era su esposa.

—¿Estás bien, nena?

—Creo que estoy a punto de desmayarme… o vomitar. O desmayarme y vomitar.

—Tranquila —dio un beso en mi frente—. Ahora viene la mejor parte.

—¿Entonces? —pregunté— ¿Ya estamos casados?

—Eso creo… a menos que el sacerdote, cura o pastor que contrató Evelyn no sea legal. De cualquier forma, tú y yo somos esposos ahora… le guste a quien le guste.

Besó mi mano y luego procedió a acariciar mi vientre con la yema de sus dedos. Seguidamente su mano se trasladó a mi espalda descubierta y la tocó a su antojo.

—Amor —susurró cerca de mi oído, haciéndome cosquillas cuando sus labios chocaban contra mi oreja—, este vestido enseña demasiado. No quiero que otro esté… morboseandote.

—¿Morboseandome? ¿Esa es una palabra real?

—Lo es para mí. Si alguien se entusiasma demasiado mientras te abraza, solo dime y me encargo de que no utilice esas manos por al menos dos años.

Me reí en voz alta.

—Nadie va a morbosearme mientras tenga esta barriga por delante. Tranquilízate.

—Oh, créeme. Ahora hay de pervertido en pervertido…

Me tomó posesivamente de la cadera y sonrió cuando comenzamos a movernos.

Las damas de honor y sus parejas ya estaban formando una fila para abandonar el jardín, dirigiéndose hacia el lugar contiguo a donde nos encontrábamos.

❤️❤️Prohibido enamorarse de Ruben doblas ❤️❤️ [[TERMINADA]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora