♡ - Capıtuʟo 23. -Maraton 1/?TP 1- ♡

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Ya no puedo continuar con esto.
Esas fueron las primeras palabras que se me vinieron a la mente al describir toda mi situación con Ruben.
Sencillamente ya no podía seguir aguantando las mentiras.
Me sentía insultada, traicionada, decepcionada y todas las otras palabras que terminaban en ada; primero él me decía que no tuvo sentimientos por Marie, ¿y ahora me decía que hubo un tiempo en que la amó?

Estaba cansada de todo esto.
Agarré la mano de Ruben justo antes que subiera a la segunda planta de la casa y se desnudara en mi habitación, y traté de llevarlo de nuevo hacia afuera.

-¿Qué ocurre? -me preguntó- ¿Acaso ya no quieres verme desnudo? Lo miré fijamente, negando con la cabeza.

-No, no quiero verte desnudo -eso era más o menos cierto-. Por favor
hablemos en otro lado.

Ruben me examinó con atención, como intentando descifrar lo que estaba a punto de decirle.

-¿Por qué presiento que vas a romperme el corazón? -preguntó en voz baja. Luego llevó su mano hacia mi mentón y levantó mi cabeza para que lo mirara a los ojos.

Ojos verdes mentirosos, ojos que ocultaban cosas, ojos que me miraban hasta el fondo.

-Por favor... -dejó que yo lo tomara de la mano y lo guiara hacia la puerta de entrada.

Antes de que pudiera salir por completo a la calle, apareció Susan cargando una
pila de dibujos hechos por sus alumnos.
Nos miró y sonrió ampliamente.

-Pensé que habías dicho que Rita era la que llamaba a la puerta -dijo haciendo contacto visual con Ruben-, pero las visitas sorpresas siempre son lo mejor.

Me guiñó un ojo y se presentó con él. Maniobró con una mano los dibujos, y con la otra estrechó la de Ruben.

-Yo soy Susan, soy... uhmm, la madrastra de _____ -hizo una mueca ante la mención de la palabra madrastra.

Me tensé también al oírla. Nunca había asociado a las madrastras con personas buenas, o vegetarianas como Susan. Las imaginaba malvadas, come corazones y envidiosas.

-Soy Ruben, el novio -dijo él cautelosamente, midiendo mi reacción. Yo miré hacia otro lado.
Susan asintió y abrió la boca para decir más, pero la llegada de papá a la habitación hizo que ella guardara silencio.

Mi padre aún masticaba la berenjena de la cena en su boca, arrugó la nariz al ver
a Ruben de pie, ensuciando el piso con sus botas negras.

-¿Qué hace él aquí? -escupió las palabras-, ¿con qué intenciones vienes a visitar a mi hija?

-Vengo a pedirle la mano de _____ -respondió Ruben solemnemente.

-¿Qué? -Papá comenzó a ahogarse con la berenjena. Susan le tuvo que dar pequeños golpecitos en la espalda para que dejara de toser.
Le di un codazo a Ruben y él simplemente se encogió de hombros.

-Papá, Ruben está bromeando -dije para tranquilizarlo-. Es más, él ya se va ¿no es cierto, Ruben?

Le lancé miradas asesinas, que él, convenientemente decidió ignorar.

-No, señor. Me gusta ser serio sobre el asunto; quiero casarme con su hija, tener ocho hijos y vivir apartados de la civilización.

Ruben tomó mi mano y la besó frente a papá.
A Susan se le abrieron los ojos y yo tuve que arrastrar a Ruben para sacarlo por la fuerza antes de que a mi padre le diera un ataque al corazón.
Finalmente él cedió y salimos hacia el porche de la casa.

-¡No seas tonto! ¿Por qué le dijiste eso a mi padre? -le dije una vez que estábamos fuera.

-Tranquila nena. Yo sé que tu padre no me acepta, solo quería bromear un poco con el. - Resoplé.

-Deja de hacerlo. Para ti es gracioso. Para él significa una embolia o la planeación de un asesinato en la próxima semana.

Ruben rió alto y claro.
-Está bien, por ti lo que sea, nena.

Eso me molestó.
¿Por mí lo que sea?

-Sencillamente no te entiendo -dije exasperada-. Vienes y eres capaz de decirme cosas bonitas, cosas que quiero escuchar, pero también te contradices tú solo. Ya no sé qué pensar de ti Ruben.

-¿En qué me estoy contradiciendo? -se cruzó de brazos y apoyó su cadera contra la pared más cercana. Yo imité su gesto.

-Con todo, pero principalmente con Marie. Me dijiste que te acostabas con ella porque era sólo un cuerpo más entre el montón, ¿pero luego vienes y me dices que la amabas? ¿Qué por eso te tatuaste su nombre? Además, me estás escondiendo tantas cosas que ya perdí la cuenta.

-_____...

Levanté un dedo para detenerlo.

-Si no quieres perderme será mejor que me digas todo.

-Te lo he dicho y dado todo...

-No, no lo has hecho. O al menos soy codiciosa y quiero más.

-Mmmm, me gusta la _____ codiciosa.

-Por favor Ruben, detente. Si no querías lastimarme, lo estás haciendo ahora.

-¿Te estoy lastimando? ¿Cómo? Dime para darme patadas y no hacerlo nuevamente -me tomó de los hombros pero yo fui más rápida intuyendo su movimiento y me moví lejos de su alcance.

-Quiero que nos demos un tiempo -eso salió de mi boca.

Por primera vez, desde que conocí a Ruben, se quedó sin palabras. Su boca se abría y se cerraba pero no decía nada.

-¿Por qué? -fue lo único que preguntó. Me removí incómoda en mi lugar.

-Porque estoy confundida, por eso.
Minutos de silencio pasaron hasta que finalmente habló

-Está bien. Te voy a dejar en paz si al menos me das una buena razón -descruzó los brazos y no dejó de verme fijamente, esperando mi respuesta.

-¡Porque estoy harta que no me digas la verdad acerca de nada! Me costó un mundo hacer que me hablaras de Nicole, y te apuesto a que si Elena no hubiera sacado el tema el otro día en la playa, tú nunca, jamás, me hubieras contado sobre ella -estaba gritando ahora, histérica-. ¡Tienes demasiados misterios de los cuales
no me has dicho absolutamente nada, cuando yo siempre he sido un libro abierto fácil de leer para ti! ¡No confías lo suficiente en mí! ¡Eres ciento cincuenta misterios de Doblas, en persona! Y tal vez, tal vez no quiera ser la protagonista de tu libro. Eres demasiado con lo que aguantar... y... -mi voz perdía intensidad ya para el final-... y no creo que haya una sola chica que pueda soportar subirse a esta montaña rusa o ser el plato de segunda mesa que dejó Marie. Yo solo quiero una relación normal con alguien que no esté tan jodido como tú o como Mason.

[ eso me dolió asta ami xD bai ]

Después de decir todo lo que tenía que decir, Ruben se quedó bastante callado, silencioso. Me daba miedo verlo a los ojos para medir su reacción.
¿Tal vez me pasé de la raya?

-Me duele que no me digas la verdad -hablé cuando noté que el silencio continuaba espesándose entre nosotros-; esto no es acerca de un estúpido tatuaje, Ruben. Esto es porque no estoy segura de si estamos en la misma página, o si voy a soportar tus mentiras por más tiempo. O porque probablemente tu y yo no seamos el uno para el otro.

Después de un minuto entero de contener la respiración, Ruben finalmente habló... o más bien lo escuché tragando saliva.

-¿Quieres terminar conmigo? ¿De nuevo? -Sonaba herido.

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❤️❤️Prohibido enamorarse de Ruben doblas ❤️❤️ [[TERMINADA]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora