Querido no querido:
Hoy te escribo para poner fin, a tantas odas innecesarias que compuse por ti.
Ya no quedan razones,
Sentimientos ni rencores,
Se esfumó,
Como humo,
Mi corazón no saltará cuando te desveles.Mírame. Molestándome en crear complejas síntesis, formulando paradojas al aire de lo que eramos y fuimos.
Vimos, vivimos y compartimos historias dignas de un buen desenlace.
Y si al menos intentaras leer mi paratexis y entenderme,
habríamos hecho de este relato una novela.Velas alumbran el ataúd de nuestras metas.
Brillan débil,
luz tenue,
evoca la tristeza.Pido perdón por no percatarme antes de tus anáforas con la palabra "yo".
Pido perdón por adentrarte en metáforas cuando la realidad roza la comparación.
Pido perdón por usar seudónimos incorrectos que el tiempo disipó.
Ahora discúlpate por no dar la talla del personaje.
Discúlpate por no estudiar literatura antes de presentarte.
Que una bonita sonrisa no es más que la ortografía.
La tinta corre por mis venas con la furia de mil dragones,
tachando poemas, recuerdos, canciones.Solo quedan miradas frías para corresponder ese corazón de hielo.
Tomando pausas para consumir cada interrogación mía, cada exclamación.
Porque así eras tú, poniéndole comas a todo.
Hoy en día te atreves a concluir que quiero continuar lo interminable.
¿Cómo osas?
No estoy rota.Ya no haré énfasis en tu espera a la hora del ocaso.
Que vengas o no, ya no es el caso.Ni Antonio Machado ni Julia Navarro
podrán retratarte como te he retratado.Todo ha pasado.
Es hora de silencio, de un punto final.
No más rimas sin sentido, no más cartas sin destinatario.Y aunque no sea difícil para ti,
olvídame.
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Treinta y cuatro cartas sin destino
RandomEste pequeño libro no es mas que un delicado enlace de palabras. Quiero que comprendas a cada persona en el interior de estas páginas, que te bañes en sus sentimientos. Ellos abrirán sus corazones. Así que pido, por favor, que tú hagas lo mismo.