Andrea
Cuando llegamos a casa, fui directa a mi cuarto, saqué toda la ropa, complementos, colonias y maquillaje para compartir con mis amigas, ya que compartimos todo en los momentos previos de una fiesta.
De hecho, cuando ellas vienen a mí casa...
Ding dong.
-Andreaaa, han venido a verte - grita Marc desde la puerta.- O a invadirnos- ese último comentario tenía gracia, ya que siempre pasa lo mismo, son unas indecisas, y se traen maletas repletas de vestuario para elegir. El ruido de las ruedas sobre el parqué me sacó de mi ensimismamiento.
- Hola, ¿Preparada para nuestra Stc?-Silvia entró en mi habitación dando voces, seguida de las demás. Reí, stc significaba "Súper tarde de chicas".- Nací preparada para este momento.
- Pues aquí estamos, Silvi, aparta que no podemos pasar.
- Ay, no es mi culpa que estés así de gorda- Ainhoa y Silvia jugaban a picarse, pero se amaban como hermanas, bueno, todas nosotras lo hacíamos, eramos la representación perfecta del amor fraternal.
-Haya paz...
- Mire, no te metas- le advirtió Vanessa.
-Venga..., pasad hasta el fondo, que si no me quedo yo fuera-Refunfuñó Laura.
-Ayy mi pequeña quejicaaa- Abracé a Lau y acaricié su negro cabello.
-Bueno, al lío.
- Que cariñosa eres Silvi.
-Cállate, Ainhoa.
Y, entre risas, pasamos la tarde.
- ¿Este me queda bien?
- No, a ver sí, pero al estar tan pálida, y ser el vestido claro, no te favorece. Pruébate este.
Al final,Laura acabó con un vestido rojo de Vanessa con escote cuadrado y ceñido, Vanessa acabó con un vestido rosa de Silvia, cuya parte superior eran dos cintas anchas que se ataban a la espada dejando ver su escote, Silvia con uno blanco de Mireia, Mire uno con vuelo de Ainhoa, Ainhoa acabó con un vestido vaporoso azul eléctrico mío y yo con uno de Lau de color negro, que tenía el escote de corazón era por encima de mis rodillas y tenía un corte en el muslo. Nos maquillamos la una a la otra y nos peinamos también.
-Chicas, estamos rompedoras, de la fiesta volvemos con mozos.-todas reímos ante el comentario de Laura.
-Todas, no, una de nosotras ya no puede- Espetó Silvia. Nos miramos las unas a otras, buscando a la que se diese por aludida. Encontramos a la susodicha roja como un tomate.
-¿Algo que contar, Ainhowi?- Preguntó Vanessa.
- Silvia, eres gilipollas.
-¿Es Nacho?
-¿Cómo lo sabes?- Ainhoa se sorprendió ante la respuesta acertada de Mireia.
- Porque se notaba a kilómetros cariño.-Dije.
-¿Tanto?
-Sí.- Contestamos al unísono todas.
-Joder, y yo que pensaba que disimulaba.
-No, yo creo que hacer manitas en clase no es disimular.
-Bueno, dejemos el tema- Mireia salió en su defensa, al ver que Ainhoa se ponía colorada.
-¡A por todas!
Al salir de la habitación vimos a Marc y Sergio en el salón. Y, al vernos pasar, se les salieron los ojos de las cuencas.
- Silvia, estás preciosa -la piropeó Sergio.
-Vaya, gracias- Dijo ella con la mirada fija en Marc, que estaba trabajando con el portátil. Se había puesto las gafas. Él decía que se veía ridículo, pero en realidad, volvería loca a cualquier chica con ellas.
-Bueno, nosotras nos vamos, Sergio, tienes la cena en la nevera, Marc, como te traigas a alguien... te juro que te corto los huevos.
-Adiós a tí también preciosa. Chicas, pasaoslo bien y que no beba mucho.
- Marc, sabes que cuando te la devolvamos no va a saber ni donde vive. -Le contestó Silvia. Lo que hizo reir a Marc.
-Bueno, pues devolvédmela viva.
-Lo intentaremos.
-Adiós chicos.
Y nos dirigimos a casa de Mireia para inaugurar la fiesta.
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Si la vida es una caja de bombones, no vuelo a probar el chocolate
RomanceHola soy Andrea y tengo 18 años, no son muchos, pero si los suficientes para saber que la vida es una mierda, sobre todo si eres el desliz de una noche tonta con mucho alcohol por medio.