Matt se encaminaba ya con bastantes ánimos a sus clases, ahora estaba solo, y era por que cuando había ido por su amigo él no se encontraba en su habitación, lo cual era raro pues en todos esos días era él quien tenia que ir a despertar y apurar a Mello para asistir a la "escuela". No le tomó mucha importancia, pues en realidad no tenía ningún mal presentimiento, o quizá era porque estaba demasiado alegre como para pensar algo negativo de no encontrar al rubio en su habitación.
En el camino correspondió a unos cuantos saludos, pudiendose decir que era un chico popular, pues era muy agradable hablar con él, y el unico defecto que la mayoria de los niños decían era que se relacionaba con alguien demasiado agresivo, osea, Mello. El pelirrojo apenas dió el último paso para entrar al salón de clases y sintió de golpe esa densidad en el ambiente, uno muy familiar; hecho un vistazo por el salón hasta detenerse en donde surgía toda esa aura negra. Sonrió de lado y suspiró levemente. Se acercó hasta su amigo y tomó asiento frente a él.
- Hola Mell... ¿Qué tienes? -Cuestionó en voz bajita mientras se inclinaba peligrosamente al chico, y la razón del peligro era que Mello podría explotar en cualquier momento y desquitarse con quien estuviese cerca, pero Matt no tenía miedo.
- Nada -Zanjó con molestia. Estaba mirando a la nada, pero su vista fue directo hasta los ojos verdosos de su amigo. - ¿Te estás riendo? -Su voz irritada se hizo muchísimo más evidente, así como sus mejillas tomaban un ligero color rojizo.
- No puedo evitarlo, es que tus mejillas están rojas... bueno, ahora lo están más -El pobre de Matt estaba jugando con fuego, pero pese a ello Mello no le tocaba ni un cabello, en vez de eso el chico sólo comenzaba a maldecirle en voz baja. - Ya dime que tienes -Insistió el mayor. Pero no era fácil decirlo.
- Solo estoy de mal humor y ya -Resopló y pasó ligeramente su mano por sus cabellos, gesto que delataba que estaba nervioso o que mentía. Por supuesto que Matt había notado eso, siendo bastante observador había aprendido unos que otros detalles por parte de su mejor amigo.
- Bueno... -Quizá no le diría nada por el hecho de estar entre más personas, por lo tanto tendria que esperar hasta el descanso, si es que a su amigo se le pasaba ese mal genio aunque sea un poco.
Matt volteó fugázmente a observar a su alrededor, notando cómo el salón comenzaba a llenarse. Y entre tantos niños que entraban al salón y buscaban asientos disponibles, se topó con una escena algo curiosa: Near estaba hablando con el chico nuevo del orfanato.
No estaba muy sorprendido, pues pensaba que por ser nuevo intentaba hacer amigos, y aunque el albino era muy asocial, era como un punto perfecto, por muy irónico que fuese, ya que el chico estaba solo y apartado, haciendo ilusión a un ambiente más tranquilo. Pero aunque fuese más tranquilo, el pequeño peliblanco no le prestaba tanta atención al nuevo, incluso se le notaba incómodo y con intensiones de bajar la mirada para terminar el intento de conversación por parte de ese otro sujeto.Nuevamente dirigió su mirada al rubio, notando cómo éste miraba la misma escena que él hace unos momentos. ¿Mello estaba inquieto por esa situación?
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El pequeño albino guardaba sus cosas, algo ansioso. Había planeado desde un principio quedarse en el salón de clases para estar con algunos de los juguetes que cargaba en su mochila, pero había cambiado de opinión. El chico de enfrente no parecía tener intenciones de guardar sus cosas ni levantarse para ir al comedor y eso le incomodaba porque en el salón solo estaban quedándose ellos dos. Tomó su mochila y se la colocó, y cuando quiso dar los primeros pasos el chico nuevo volteó a él, mirándole con tanto detenimiento.
- Enséñame llegar al comedor -Expuso con una voz tranquila, pero continuaba siendo una orden, o eso entendió Near, quien le miraba con la misma indiferencia que le dedicaba a los demás, pero con una pizca de incredulidad.
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No escuches, es mi secreto [Mello x Near]
FanfictionTodo el orfanato de Wammy sabe que Near y Mello viven compitiendo; los insultos, amenazas y miradas asesinas se convierten en parte del juego de ellos (aunque todo eso sea sólo por parte de nuestro rubio temperamental). Pero Mello logra atacar algo...