Mis labios tocaron los suyos,Damon el chico de los ojos verdes al que amaba tanto, tome entre mis manos su cabello tan negro que me encantaba como combinaba con sus ojos, era perfecto y yo lo tenía, se apodero de mi boca con pasión y amor, me trasmitía muchos sentimientos a través del beso, yo lo amaba estaba segura.Damon el chico de las noches, que me brindaba calor, no tenía que elegir yo ya lo había escogido a él. Al despiadado, arrogante, egoísta, Damon.
Acaricio mis piernas, mis brazos, toco todo lo que quería, era mío y yo era suya, al menos por las noches podíamos ser solo uno.
Mientras que en el día escondíamos lo que sentíamos, en la noche a través de la oscuridad podíamos vivir.
-¡Hey! ¡Sky!.-grito Rafael a través de mis sueños.- ¡Si no te levantas llegaras tarde a la Universidad!
¡MIERDA!
Hoy tenía un examen importante de Matemáticas que no podía reprobar o me quedaría las vacaciones del semestre en esa asignatura, le había pedido a Rafael que viniera para que me llevara en su auto.
Aun no entendía porque Samuel vivía en un edificio con una acompañante, vamos, que el podía tener un cuarto para él solo, había descubierto de Rafael las muchas cosas que poseían, hasta podía tener todo el edificio para él solo, Rafael había castigado a su hermano menor y tenía curiosidad de lo que había hecho.
Cuando por fin me levante, fui directa el baño sin siquiera mirar a Rafael, si era una pésima amiga, que no saludaba a su hermoso, atractivo y generoso amigo.
Pero yo era así cuando me levantaba, tenía un horrible dolor de cabeza, que sabía que no se me quitaría hasta dormir de nuevo.
Aun así, me bañe y me vestí en tiempo record, Rafael ya me esperaba sujetando mi bolso.
-Ahora, si hola.-dije siendo tierna, me salía fenomenal y las personas me disculpaban por mis pésimos modales.
-Vamos, chica linda.-dijo con un sonrisa, como dije las personas me perdonaban muy fácil.
En el camino en el auto, me dejo cambiar de emisora , yo sabía por revistas que los chicos no dejaban a sus amigas-novias cambiar la emisora, claro que no eran todos los hombres del mundo.
A Rafael no le importaba.Coloque una canción de Lady Gaga, "Millions Reasons" que me encantaba, y Rafael no me regaño.
Como siempre era el perfecto chico, me encantaba.
Llegamos a la entrada de la U, y me despedí de el con un beso en la comisura de la boca.
La cara se me puso roja, pero salí antes de que reaccionara.
Como siempre confundiendo a otras personas y a mi misma.
Eres toda un joyita, Sky.
Camine hasta la sala donde me tocaba dar la maldita prueba de matemáticas, me senté en la última fila y noté que Samuel no había llegado, ¿Porque me preocupaba donde estaba, ahora? Es verdad que cuando me levante sabía que no estaba en el apartamento, pero no me importó ¿Porque ahora si?.
No llego en todo el examen, cuando termine pude irme a casa ya que no tenía más clases por ese día.
Camine viendo por todos los lados, no sabía si lo que buscaba era a mi ex "el acosador" o a Samuel, que aunque lo negara, estaba preocupada por su paradero ni siquiera había vuelto la noche anterior, o eso creía.
Llegue al edificio, subí al ascensor, porque era una floja, y solo pensaba en estar acostada en mi cama, cuando llegue a la planta, abrí la puerta del apartamento y cerrándola después de mi,me giré para dejar mi bolso cuando una cosa tapo mi visión, cayo de la nada justo en mi cabeza, olía a hombre.
Cogí la prenda con mi mano, destapándome así la cara y ¡Dios mío lo que estaba viendo!
Samuel estaba desvistiéndose delante de mí, su espalda era una vista increíble, bajo sus manos hasta sus pantalones y se los quito mostrándome su bóxeres negros.
Todavía sostenía la camisa entre mis manos cuando se percató de mi presencia, hice una rápida mirada desde sus pies hasta su gran torso, su cuerpo era magnifico.
-¿Te gusta lo que ves, cielito?-Si, estaba borracho, pero aun con los ojos rojos y ese olor desagradable a alcohol yo no le quitaba los ojos de encima.
-Buen cuerpo.-pronuncie.
-Y todo es todavía tuyo.-dijo.
¿Mío? Si eso fuera mío ya lo hubiera tomado todo, no eso no era mío.
¿Todavía? rayos y centellas estaba demasiado ebrio para funcionar y solo eran las tres de la tarde.
-Vamos Samuel que te ayudo a acostarte.-cerré la puerta de puerta reforzando la cerradura, coloque su camisa con olor fantástico en mi cama junto con mi bolso y le ayude a acostarse en la suya.
-Eres mi cielo.-acaricio mí mejilla y no pude evitar cerrar los ojos.
¿Que? fue un maldito impulso.
Esta vez no fue el quien se aprovechó de mí, me apetecía tanto besarlo que acabe por hacerlo y Oh Dios esto era el maldito cielo.
Justo como en mi sueño.
Aumento la intensidad del beso, esto no era el cielo, el cielo era según mi criterio un sitio donde no había fuego, el Infierno era perfecto para describir a Samuel, mi piel estaba tan caliente debido a sus caricias, era la perfecta forma para arruinarme.
Si tuviera que morir, no me importaría morir con unos besos como los de Samuel.
Había descubierto algo, y era que era una maldita perra, porque besaba a los hermanos Hunter en un mismo día.
¿Y sabes? .
Mientras este besando a Samuel, no me importaba nada.-Eres mía.-dijo y no le recrimine por eso.
El estaba borracho y se puede decir que hasta un punto yo estaba loca.
Éramos la combinación perfecta para equivocarnos.
-Y tú eres el maldito Infierno.-dije entre sus labios acariciando todo su torso, quemaba me fascinaba la sensación, todo él era fuego.
-Y tú eres mi Sky.-dijo mientras me sacaba la ropa.
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Me Enamoré de su Infierno.
Teen FictionSky por fin tenía vida, y estaba convencida de que las cosas se arreglarían y ella triunfaría. Quería hacer de todo, iría a la Universidad, tendría un compañero de apartamento y sería genial, trabajaría, estudiaría y sería feliz por primera vez. Ena...