Sentimientos En Las Nubes

La trigésimo segunda es la vencida

Aunque sabía que nunca me correspondería, yo seguía con la tonta ilusión de que funcionaría. Todo porque esa vez me sonreíste...cuando nadie lo hacía.

Estaba muy mal, ya no lo soportaba. No hablar con nadie más que para pasar mis tareas, todos se aprovechaban de mi inteligencia y me pedían que les hiciera sus tareas. Mis padres están divorciados por lo que vivo con mi estricta madre, todo porque la ley le tiene condescendencia a la madre al establecer la custodia, siendo que ella es una bruja, yo quería estar con mi padre. Todo eso me tenía aturdida, ya no aguantaba más, no quería ver a nadie. Sólo miraba mis zapatos al caminar, como siempre hacia. Me hubiese soltado en llanto, de no ser por él.

——Oye, levanta la mirada, chocarás con un poste—me dijo mientras con su mano elevaba mi barbilla con una mirada indiferente——. Ya sabes lo que dicen, hay que mirar hacia adelante para cumplir tus sueños—dijo mientras se reía de lo que él había dicho.

Tras decir eso se fue. Nunca volví a mirar hacia abajo, era como si el mundo una vez, tan solo una, me sonriera. Mi corazón se aceleró como nunca lo había hecho. Pensé que era alguien muy amable y solidario, pero no era como pensé. Sin pensarlo al día siguiente lo busque durante el receso, aquel chico de cabellos claros y linda sonrisa, nunca lo había visto. Me percaté que era de mí mismo grado, solo que de distinto grupo. Lo seguí y en la sombra de un árbol lo alcancé.

——¡D-Disculpa!——exclamé llamando su atención.

——¿Eh, qué quieres?——me respondió sin reconocerme.

——¿M-me podrías decir tú nombre?——dije sin poder mirarlo da la vergüenza.

——Ehm, Jake, ¿qué se te ofrece?——respondió cortante mientras metía sus manos en sus bolsillos.

——E-Este, quería decirte que, ¡me gustas, Jake!——exclamé sin pensarlo mucho.

Jake se sobresaltó y se sonrojó un poco, luego regreso a su expresión indiferente mientras se acomodaba el cabello.

—¿Es una broma?. Apenas me conociste ayer, ni siquiera sabías mi nombre, no estoy interesado en una relación tan superficial como la que buscas—respondió y en eso se dio la vuelta, yéndose así lentamente.

Me sentí apenada, pero es que tenía razón, no lo conocía en lo absoluto y ya me le había declarado. Sin embargo, eso no impidió que siguiera teniendo interés en él. Ya me había dado cuenta de que no era el chico amable y noble que pensaba, pero no perdí mis esperanzas.

Así al día siguiente durante el receso lo seguí sin que se diera cuenta y observe todos sus movimientos, no era para nada como me lo imaginaba, sus palabras ese día sonaron tan entusiastas y positivas, pero verlo era deprimente. Escapando de todos, no hablar con nadie, evitar toda clase de posibilidad de crear un vínculo afectivo puro y eterno.

A la semana siguiente me le declaré de nuevo, la verdad no sé porque lo hice...su respuesta a mi anterior confesión no me había dejado satisfecha, supongo; yo estaba segura de que estaba enamorada de él, pero como era de esperarse, me rechazó de nuevo. Con el pasar de los días me fuí enamorando de cada faceta que observaba cada día, cuando se sonrojaba de los nervios de exponer en clase un proyecto, cuando estaba a punto de enloquecer por mantenerse despierto en clase, cuando le era indiferente a todos o cuando le mostraba una sonrisa a aquellas almas afortunadas que eran dignas de ella. Me sentía felíz de haber sido una de esas afortunadas, porque sabía que me había sonreído porque ese encuentro era especial, él no se iba por la vida regalándole sonrisas a todos. En total me le declaré treinta y dos veces en siete meses, había momentos en los que él ni siquiera me volteaba a ver, pero él nunca dudó en rechazarme, todas las veces que él pudiese, hasta podría vivir rechazándome siempre sin remordimiento alguno. Pero no logro comprender porque a pesar de eso yo lo seguía amando, veía algo en él que me dejaba intranquila tras decir esas palabras, él estaba sufriendo.