Calma y tempestad

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   Es raro despertarse luego de un sueño así. Es raro. Eran las 11 AM y parecía que él había dormido menos de lo normal. ¿Porque? Porque sentía que su cuerpo no descansó, pero se alivió sabiendo que solo fue un sueño.

  Un suspiro corrompido salió de la boca de Ángel, que todavía sentía el fuego quemando de su sueño lúcido, unos recuerdos del dolor de su enfermedad le volvían como destellos en su cabeza. 

   Iba a abrazar a su compañero en la cama siguiente, pero algo lo detuvo. Al levantarse notó que su cama estaba ensangrentada. Sus muñecas estaban bañadas en sangre. Pudo ver que la raíz de esto eran cortes en sus muñecas. ''Me recuerda a mi pasado emo'' Soltó entre risas. 

  Raramente no le importaba. Prosiguió a levantar a su compañero. Nico estaba temblando, algunas hipótesis vinieron a la mente del joven venezolano. Lo despertó y Nico sonrió como lo hacía siempre. Hablar dos minutos con este joven chino - argentino, te alegraba, será por su buen ánimo o por su optimismo incorruptible.

   Algo raro pasaba.

  Nicolás se levantó para ponerse sus pantalones y soltó un grito desgarrador. Sus piernas estaban fuera de lugar. Ángel no entendió hasta que se acordó que Nicolás sentía dolor. A todo esto, Ángel se estaba desangrando más de lo normal. Decidieron ir al hospital.

   La imagen de un chico de 14 años con cortes en las muñecas portando a otro de 16 años con piernas más largas de lo normal no era algo tan agradable a la vista. Por suerte o gracias a Dios, un hospital estaba enfrente del hotel. Es como si sus vidas fueran un escenario. Solo tuvieron que cruzar una avenida, a Ángel le pareció raro que la avenida y la gente circulara normal. Llegaron y estaba normal, era raro pero no importaba. Unos doctores se acercaron y comenzaron a gritar cosas en alemán. Los chicos confiaron en la empatía de esta gente.

  Los separaron, él pensó que a Nicolás lo llevarían de urgencias y a él a una simple curación. Pero no, Ángel estaba muchísimo peor. Había perdido muchísima sangre y estaba a punto de morir. A los doctores les extrañaba la sorprendente fuerza de este adolescente. El flacucho había cargado a otro joven de su mismo peso hasta acá y sin quejarse por su dolor. Lo acostaron en una pobre cama en una hermosa habitación, le recordaba a los presos que le dan un último deseo antes de morir, antes hubiera deseado no sentir dolor, pero ahora hubiera deseado sentirlo, o morir. 

   El resto es negro para Ángel. 

  -Desearía que pudiera escucharme. - Dijo Nicolás entre llantos.

Por reacción Ángel se sentó en su cama y intentó abrazarlo. Nicolás complementó la acción estirando sus brazos, los dos estaban felices de que los dos estaban vivos, estos momentos son lindos para Ángel, sabía que todo estaba bien, aunque estaba en Berlín en busca de su dolor.

 - Recuestate amigo, necesitas descansar, el sábado tendremos un día de lindas actividades. - ''¿Sábado? ¿Lindas actividades?''  

Los dos sabían que esto recién estaba comenzando y que quedaba mucho por vivir... 


El dolor se fue de viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora