Capítulo 9: El E.D

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Narra April:

Las cosas no salieron según lo previsto, tres días después de nuestra reunión en las Tres Escobas, Umbridge anunció la creación de una nueva norma: Quedaban terminantemente prohibidos todos los clubes, asociaciones o equipos que no tuviesen su visto bueno. Además, creó la Brigada Inquisitorial, conformada básicamente por alumnos de Slytherin, que tenían más poder que los prefectos y podían descontar puntos a los demás estudiantes. No tuvimos más remedio que dejar a un lado nuestra idea, pues ahora nos vigilaban más que nunca y, por supuesto, nuestras reuniones nunca estarían aprobadas por Umbridge.

Pronto llegaron las vacaciones de Navidad, todos se marcharon a casa y yo volví a quedarme sola en el castillo. Aprovechando todo el tiempo libre del que disponía, lo recorrí prácticamente entero.

En una ocasión, me encontraba paseando por el séptimo piso, mientras pensaba en la necesidad de encontrar un lugar donde llevar a cabo nuestras reuniones. Pasé frente a un tapiz y en él apareció una puerta, ésta conducía al interior de una gran estancia. Al verla comprendí que había llegado a la Sala de los Menesteres. Muy pocos conocían de su existencia, yo recordaba haber leído su historia en uno de los libros de la Sección Prohibida el año anterior.

Cuando terminaron las vacaciones, llevé a Hermione a esta sala, le expliqué su funcionamiento, y ambas estuvimos de acuerdo en que era perfecta para lo que nos traíamos entre manos. Conseguimos ponernos de acuerdo todos y, el viernes de la primera semana del trimestre, nos encontrábamos reunidos en la Sala de los Menesteres.

-Estos días, he ideado una forma muy discreta de poder decidir la fecha de las reuniones- comenzó Hermione orgullosa mientras nos repartía unas monedas-, pueden parecer simples galeones a primera vista. Pero nos serán de mucha utilidad, brillarán cada vez que Harry decida convocar una nueva reunión, indicando la fecha y la hora de la misma. Ahora solo necesitamos un nombre.

-¿Qué os parece, Ejército de Dumbledore?- propuso Ginny.

-Suena bien- corroboré yo.

-A mí me gusta- dijo Bonnie.

-Bien, decidido, a partir de ahora, seremos el Ejército de Dumbledore- anunció mientras lo copiaba en una hoja de pergamino-, ahora si no os importa firmad todos.    

Harry comenzó por enseñarnos unos encantamientos básicos de desarme y, poco después, nos puso por parejas para que practicáramos.


El ejército de Dumbledore➳ Neville LongbottomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora