15 de Abril de 1966

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Ya se había hecho una costumbre pasar por el mismo lugar a la misma hora diariamente, mi trabajo de medio tiempo como estilista ayudaba a mi carrera como estudiante de periodismo, ya que la beca no abarcaba lo suficiente y mis padres no estaban de acuerdo con que yo estudiase la universidad, ya que preferían que me quedara como encargada del restaurante de la familia.

Las luces de la calle eran muy tenues, siempre que pasaba por los estudios podía ver a Keith Richards o a Mick Jagger fumando un cigarrillo desde la ventana del segundo piso, más nunca llegué a hablarles por el temor a que pensaran que era una groupie o una tonta fan. Sin embargo, en el transcurso del mes pude ver de cerca o al otro lado de la acera caminando a Brian Jones, con las manos en los bolsillos, parecía muy concentrado en su propia mente, hasta que por asares del destino le tocó a él tropezarse y caer en el mismo charco en el que había caído yo un mes antes.

Ésta vez estaba en un dilema si pasar de largo o ayudarle, pero no era así, por lo que crucé la calle y me acerqué a él extendiéndole mi mano para que pudiese levantarse. Parecía no verla y tuve que hablarle un par de veces para que me prestara atención... Agitó un poco su cabeza y volteó a verme con un poco de molestia como si no quisiera que estuviese ahí para ayudarlo, algo me decía que no era un buen día para él.

- ¿Vas a levantarte y tomar mi mano o te quedarás ahí toda la noche? –pregunté un tanto ansiosa, tratando de bromear con él, pero al parecer no le había hecho ninguna gracia mi comentario-

Tomó mi mano con cuidado levantándose lentamente y me agradeció para luego seguir su camino... Cuando volteé a mirarlo me di cuenta que de su mano brotaba sangre y con la poca luz que llegaba hasta mi, pude ver que mi mano también tenía sangre, por lo que decidí seguirlo para preguntar si estaba bien, pero él apenas había dado un par de pasos cuando volteó a verme y se desplomó en el suelo.

Yo estaba asustada y corrí a ver si estaba bien, pasé mis brazos por detrás de su espalda para poder levantarlo con firmeza y llevarlo hasta mi auto, traté de despertarlo dándole unos leves golpecitos en las mejillas pero no despertó, me di cuenta de la gravedad de su herida y me quité el lazo del cabello para hacerle un torniquete en el brazo, para poder llevarlo al hospital.

Una vez ahí, los paramédicos lo llevaron adentro y me quedé en la sala de espera, parecía interminable el tiempo, ya que lo tuvieron que intervenir en una cirugía por que al parecer se había cortado con una roca filosa en la muñeca.

Loving you... Brian JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora