16 de Abril de 1966

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Eran aproximadamente las 4 am cuando me acerqué a una de las enfermeras para preguntar como seguía y fue entonces cuando me preguntó que si era algún familiar cercano o su amiga. Al negar esto, ella pasó de largo. Me encogí de hombros y volví a sentarme algo nerviosa, el mismo paramédico que se lo había llevado se acercó a mí y me dijo que no me preocupara, que estaría estable y podía pasarlo a ver apenas llegase la hora de visita. Para mi fortuna era sábado y no me perdería de clases ni del trabajo, sin embargo me sentía insegura de quedarme o marcharme, porque al no llegar a dormir a casa, sabía que me esperaba una terrible reprimenda.

No conocía con exactitud la vida privada de los artistas y mucho menos tratándose de los Rolling Stones, pero en la televisión al menos una vez o dos a la semana salía algún artículo de Mick o Brian con sus respectivas novias o escándalos. Ni si quiera conocía a alguien allegado a ellos y por eso no había avisado que Brian estaba en el hospital.

Al parecer no era la primera vez que Brian pisaba ése hospital, ya que el enfermero encargado habló por teléfono sin dejar de mirarme, una vez colgó, se acercó para preguntar si era dama de compañía o algo parecido, la pregunta me había ofendido y me levanté con molestia.

- ¡Para su información encontré al chico tirado en la calle como vagabundo, ni si quiera lo conozco! Y si estoy aquí es porque me siento moralmente obligada a hacerlo.

El enfermero entre risas dijo que ya sabía quién era él y que le había avisado a su novia que estaba ahí.

Volví a mi asiento tratando de no morder mis uñas de la ansiedad y vi como una chica con el mismo corte que él entraba por la puerta con un vestido ceñido y un abrigo de piel, que la hacía lucir como una prostituta y de las caras. Volteé por la ventana tratando de evitar mirarla y se acercó a mí como si tratara de intimidarme, detrás de ella entraron los Stones, parecía que estuvieran en medio de un viaje con alguna droga, se sentaron a mi lado sin dejar de mirarme un solo segundo.

Trataba de cubrirme con mi abrigo cuando Mick abrió la boca y comenzó a hablar.

- Tú debes ser la chica de la que ha estado hablando Brian... -susurró- La chica que siempre se tropieza al verlo.

Keith negó entre risas y habló

- Deberías considerar el dejar de usar tacones antes de poner en riesgo tu vida de nuevo.

Los tres comenzamos a reír al unísono aunque yo estaba muerta de la vergüenza, la enfermera se acercó para callarnos y la rubia parecía muy molesta.

El otro enfermero se acercó a la chica y le habló, al parecer ya podían entrar a verlo, pasaron unos minutos y ella salió, se acercó a los chicos y les dijo que pasaran, mientras que a mí me dijo que ya podía marcharme, que ya no me necesitaba ahí.

Tomé mis cosas y estaba por salir cuando Mick me tomó del brazo y me pidió que fuera a verlo. Yo respondí cortésmente que si para qué, puesto que Anita me había dicho minutos antes que ya podía irme. El chico comenzó a reírse y dijo que jamás confiara en alguna palabra que saliera de la boca de la rubia, ya que posiblemente estaba celosa.

Cuando entré en la habitación, la muñeca de Brian estaba vendada y el aún lucía un poco débil, me senté en la silla que estaba junto a la camilla y el volteó a verme apenado.

Keith entró detrás de mí

- ¿No piensas decirle nada, desgraciado? ¡Si no fuera por ella estuvieras muerto! -dijo entre risas, despeinando su cabello-

- Gracias. –musitó suavemente-

Levanté una ceja con confusión

- ¿Tantas horas aquí preocupada esperando para que solo digas eso? ¡Me van a matar cuando llegue a casa! Pero, está bien... Ya me voy antes de que se haga más larga mi condena... -dije levantándome y tomando mi bolso y la mochila de la escuela- Espero nos veamos pronto –susurré antes de salir de la habitación-

Cuando salí del hospital, fui directamente hasta mi auto y arranqué con dirección a casa, creí que sería diferente conocer a los Stones.

Estaba molesta y decepcionada. 

Loving you... Brian JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora