Capitulo 2

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Me desperté, era un domingo, así que tuve que levantarme temprano otra vez para ir a la cafetería. Me arrastré fuera de la cama y me preparé. No me moleste en desayunar algo, porqué podría desayunar allá, como normalmente lo hago, me dirigí a la cafetería, en realidad, no era que me gustara caminar, sin embargo, el camino era relativamente corto.

Eran casi las ocho cuando llegué allí, así que llegue a tiempo. Entré y me puse mi delantal.

-Llegaste a tiempo- dijo Loraine al verme.

-Sí- Le respondí riendo. Siempre llegaba tarde, no se por que ella nunca me despidió, era muy mala en esto, y normalmente andaba derramando cosas por allí, como ayer, sin embargo, estoy enserio agradecida por que ella no se haya deshecho de mi. Nunca he sido una persona de la mañana, así que por eso siempre llego tarde, mi mama siempre me tiene que sacar de la cama, literalmente hablando.

El café estaba lleno de gente hoy, los domingos siempre son así. Tomé unas cuantas órdenes y serví unas cinco mesas diferentes, algo agotador, al caminar de regreso de la cocina pude notar cómo entraba Jade, llevaba pantalones ajustados, y una camisa de manga corta, con su cabello suelto, acompañado con un moño, que le daba un aire infantil a su personalidad. Contuve la respiración mientras la miraba, se veía tan tierna pero a la vez muy sexy.. Mierda, muy sexy. Se puso unas gafas de sol y saco su teléfono del bolso que llevaba colgando en el brazo, y por ende, miró a su alrededor, dándose cuenta de que estaba ahí, mirándola descaradamente. Oh no, ¿por qué tenía que mirar? Fui a la cocina, ignorando completamente que acababa de avergonzarme, y regrese con dos desayunos completos para una mesa. Entonces, fue cuando me di cuenta como un chico, creo que de mi edad, entraba y se sentaba junto a Jade, para después que ella lo saludara con un beso en los labios, que el chico rápidamente devolvió... Por supuesto que tenía un novio, era demasiado linda y estaba claro que las sonrisas de ayer solo fueron por cortesía, ¿Quién no lo sonríe a la chica que te atiende? ¿Por que soy así? ¿Por que siempre me ilusiono de esa manera? Claramente me sentía mal, y esto estaba aun peor, ¿porqué? Mierda, Perrie, eso te pasa. Comenzaron a hablar, vi como aquel chico hacia una mueca y los dos se pusieron de pie, aquel chico tomándola por detrás por la cintura para después caminar a una mesa mas alejada, ella reía, cielos, esa risa no la podía escuchar pero de tan solo recordar la de ayer, hacia que mi corazón latiese, y a la misma vez, me sintiera increíblemente patética. El dolor, si así se le podía llamar, volvió inmediatamente, y ya era suficiente. Regrese a la cocina, dejándome caer recargada a la pared. Soy patética. Se que no es solo por ella, pero aún así, es patético.

-¿qué pasa?- Preguntó Loraine mientras veía solo sus piernas, acercándose hacia mi, y en cuestión de segundos, levante mi mirada, dándome cuenta que mis ojos ardían. ¿Porqué? Maldición, ni siquiera la conozco.

-Nada, es solo que cayo agua caliente en mis ojos- Perfecto, Perrie. Me puse de pie, luchando porque ella me creyera, pero, cielos, ni siquiera yo pude creerme. Ella tiro de mi en un abrazo, así como yo hundí mi cabeza en su hombro. Ok, si, además de ser mi jefa, también era como una tía para mi, la conozco desde pequeña, ella siendo una de las mejores amigas de mi madre.. Tal vez por eso aun no me ha despedido.

-¿Puedes servir a la mesa 8?.- preguntó al separarse del abrazo. Me limpié los ojos y una sonrisa forzada apareció en mi rostro

-Claro.- dije tomando el cuaderno que sostenía, volví a la cafetería y miré hacia la mesa ocho. Ok, entonces, ¿el destino siempre actuara de esta manera? Tomé una respiración profunda, no podía hacerlo, no podía caminar a su mesa, pero luego aquel chico se puso de pie, caminó hasta otra mesa y tomo una servilleta, al regresar, antes de sentarse por completo, se inclino hacia Jade.. Sabía lo que venía, probablemente dolería un poco más, sin embargo, no pude apartar mi vista de ellos. Por fin sus labios se encontraron, enviando esa sensación horrible a mi corazón. Finalmente  aquel chico se separo de ella, para después salir de la cafeteria. Logré apartar mi vista, solo cuando una lágrima rodó por mi mejilla. Cielos, deja de llora Perrie, ¡ni siquiera la conoces!

Me acerque a la mesa lista para atenderla, y antes de que llegara, ella me noto.

-¡Hey, Perrie!.- dijo alegremente. Mi corazón se agitó al saber que recordaba mi nombre… O tal vez ella solo miro mi tarjeta de identificación que Loraine me hacia utilizar. Si, debe ser.

-¿Puedo traerte algo?.- Le pregunté un poco más duramente de lo que pretendía. Su sonrisa desapareció.

-Oh, ermm un chocolate caliente por favor- dijo, y me aleje sin decir alguna sola palabra. No tenía intención de ser cruel con ella, es sólo que una parte de mi corazón me decía que ella me traicionó, pero ¡obviamente no lo hizo! ¿Porqué creer eso? Es algo completamente estúpido...

Hice un chocolate caliente, sin tener ningún cuidado al hacerlo, mi mente estaba en otra parte, así que ni siquiera le prestaba atención, pero entonces, instintivamente, como ayer, tome la crema para hacer un corazón como la última vez, pero luego me arrepentí y no lo hice.. ¿Porqué hacerlo?

Lleve el chocolate caliente hacia su mesa.

-¿sin corazón?.- Pregunto, espero, o tal vez no, bromeando, haciendo una cara de perrito regañado que casi me derretía por dentro ante la ternura que estaba justamente en... No, Perrie. Ella tiene novio. Nada con heterosexuales, ¿recuerdas?

-Ese es el trabajo de tu novio.- Ni siquiera pensé antes de decirlo, el filtro que coordinaba mis palabras pareció haberse apagado ante la idiotez que acababa de decir, y antes de que alguien pudiese decir algo, yo ya caminaba decidida lejos de aquella mesa. Mierda.

Empty Cup.- JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora