Capitulo 11

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Mis ojos se abrieron con el sonido de la voz de alguien, una luz cegadora me golpeó provocando una mueca de dolor. Parpadeé y empecé a disfrutar de mi entorno: estaba en mi habitación, en mi cama, eran las 8 de la mañana y mi mamá estaba sentada a mi lado. Esperen, ¿ella ni siquiera se fue en la noche? 

"Vamos Perrie, si vas a trabajar tiene que ser ahora.. no tienes que ir si no quieres" Su voz sonaba preocupada, y es qué en verdad lo estaba. Yo ni siquiera había dormido 6 horas, estaba agotada tanto fisica cómo emocionalmente, pero no quería estar encerrada en casa todo el día llorando por Jade. Tenía que seguir adelante con mi vida o por lo menos distraerme..

"Iré." Ella me sonrió, y hice mi rutina matutina, qué constaba en estirarme cómo un cachorro y salir de la cama lentamente. Mi cabeza dio una punzada en cuanto lo hice y me derrumbé de nuevo en la cama. Recordé la noche anterior y todo lo qué bebí. Gemí y mi rió entre dientes cuándo ella me pasa un poco un vaso de agua y algunos analgésicos. Qué ya tenía preparados. "Gracias"

Después de que los dolores de cabeza se disiparon me di una ducha para despertarme y me preparé para el trabajo. No tenía hambre debido a la gran resaca que estaba teniendo, así que sólo tome una taza de té antes de caminar a la cafetería. El aire fresco era algo bueno, pero lo único que estaba deseando era un cigarrillo, pero no tenía ni un centavo después de gastarme todo el dinero qué llevaba conmigo ayer en el bar, así que tenía qué esperar a qué me pagaran por lo menos este día. No creo aguantar si soy sincera. Metí mi mano en el bolsillo de mi jean para ver si había algunas monedas sueltas, la desesperación estaba arremetiendo contra mi y entonces sentí algo. Saqué mi mano para ver que estaba sosteniendo él vapestick qué Jade me había dado, grité en silencio y lo puse en el bolsillo con el recuerdo rompiendo mi corazón. Pensar en ello era cómo echar sal a la herida. ¿Por qué me duele tanto? ¿Llevaba tan poco de conocerla y ya me afectaba tanto? Llegué a la cafetería y lentamente abrí la puerta preparándome para un día largo y  aburrido. Miré a mi alrededor reconociendo algunos clientes diarios y luego mis ojos se detuvieron en una sola persona. ¿Qué? Parpadeé y miré de nuevo para asegurarme de que no estaba imaginando, ¿qué estaba haciendo allí? Lorraine saltó delante de mí bloqueando mi visión de ella. 

"Llegas temprano." dijo con una sonrisa entregándome mi delantal. Asentí con la cabeza y puse mi delantal " Mesa 9" ella me dio un cuaderno, él qué me obligaba a usar porqué nunca recordaba los pedidos. Asentí con la cabeza de nuevo para después caminar hacia la mesa nueve, pero manteniendo mis ojos en Jade. ¿Por qué estaba aquí? Serví la mesa nueve, y me dirigí hacia donde estaba sentada rezando qué Jade no me reconociera desde el hospital. Tal vez debería llegar y "conocerla" de nuevo, ella dijo que me amaba, tal vez podría hacer que se enamore de mí de nuevo o al menos podía intentarlo. Me senté frente a ella y le sonreí. Ella levantó la vista de su libro estudiando mi cara. Me di cuenta de que ella no se acordaba de mí todavía. ¿Eso es genial entonces, no?”

"¿Puedo ofrecerle algo?" Le pregunté y ella asintió. Sin sonrisas. Ella miró el menú y luego señaló a la palabra chocolate caliente. Asentí con la cabeza y luego entré en la cocina. Estaba tan confundida, ¿por qué no me habla? Recuerdo que Jesy una vez dijo que Jade había sido siempre tímida y se tomaba su tiempo para llegar a conocer y aceptar a las personas, pero que no había sido así conmigo la última vez. Tal vez el accidente la dejó así. Le hice un chocolate caliente con mis pensamientos corriendo por mi cabeza. Cogí la crema e hice un corazón con ella.  Hice mi camino hacia su mesa, y le dejé la taza en frente suyo, con una sonrisa. Ella levantó la vista hacia mí, pero no sonrió. Echaba de menos su hermosa sonrisa que me ayudaba a pasar el día. Me miró fijamente, como en el hospital, ella realmente no estaba a gusto con la gente que no conocía. ¿Por qué estaba tan a gusto conmigo la última vez? Sus ojos se movieron de mi al chocolate caliente y parecía confundida mientras miraba el corazón. Ella abrió los ojos y recordé lo que el médico me había dicho sobre su memoria. ¿Estaba teniendo un tipo de Déjà vu? ¿Me recuerda? Ella me miró de nuevo, estudiándome. Ella parecía de pronto asustada, asustada de lo que esto significaba. Mi corazón se hundió, tal vez yo estaba igual de asustada. Me alejé de ella dándole una última sonrisa antes de girarme y alejarme. Comencé todo esto por alejarme de ella y ahora acabo de hacer exactamente lo mismo.. Pero yo no quiero confundirla o asustarla, pero tampoco quiero vivir alejada de ella. 

Al día siguiente, cuando llegué a la cafetería ella estaba allí de nuevo, llevé un chocolate caliente con un corazón y ella levantó la vista del libro a mi en cuánto me acerqué. Le sonreí, pero ella todavía no me devolvía la sonrisa. Todavía no estaba a gusto conmigo, parte de mí decía qué yo debería renunciar, qué nunca sería lo mismo, pero otra parte de mí no podía perderla. Tenía que intentarlo, no podía darme por vencida todavía. La semana siguiente continuó así, ella venía a la cafetería y yo le daba un chocolate caliente, ella me miraba, pero nunca sonreía o hablaba, pero luego, el martes siguiente ocurrió algo totalmente diferente, algo qué en definitiva estaba esperando. Cómo habitualmente lo hacía, llevé un chocolate caliente, con el mismo corazón de crema en el centro. Lo puse en la mesa delante de ella, ella levantó la vista del libro y me sonrió. Sentí que mi corazón comenzaba a acelerarse ante simple gesto, y las típicas mariposas apareciendo. No la había visto sonreír en tanto tiempo y en cuanto vi esa perfecta sonrisa me di cuenta de cuánto la había extrañado, incluso más de lo que creía. Le devolví la sonrisa. No lo podía creer, ella sonriéndome me había dado esperanza, y no había manera de qué me diera por vencida ahora.  Los días pasaron rápido, y yo no podía pedir más: le llevaba él chocolate caliente, con el típico corazón, lo dejaba en frente, con una sonrisa, preparándome para recibir la suya, por qué simplemente giraba mi mundo cuándo lo hacía, ella me sonreía y yo juraba qué tenía qué prepararme mejor al día siguiente, una medida de precaución para no morir tan joven de un ataque al corazón, y finalmente me iba a la cama en la noche pensando en ella.

Empty Cup.- JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora