"Harry aún no sabe"

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Sábado.

Harry había decidido hacer una fiesta-junta en su casa por lo que me ofrecí en ir a ayudarle a ordenar y esas cosas. Por ende, a eso de las 6 de tarde ya me subía a mi auto para manejar hasta su casa.

Mi vestimenta constaba en unos simples jeans y un poleron negro debido a que hacía algo de frío aquella tarde. Estaba algo ansioso, debido a que ahora si que iba a ver gente ya que el equipo de la chicas y el nuestro iban a estar presentes, eso sumándole otros chicos del mismo ciclo.

Cuando llegué por fin, pude divisar a Zusi cargando un montón de bolsas que había sacado de la parte trasera del auto del papá de Harry.

—No pensé que ibas a estar aquí— le dije acercándome a ella.

—Me quedé aquí anoche— anuncia con algo de dificultad y comienza a caminar hacia el interior de la casa.

Atiné a tomar el resto de las bolsas e ir tras ella. Cuando entré, me pude dar cuenta de como Harry arreglaba un juego de luces y estaba parado sobre una silla mientras bailaba la canción de The Weeknd que sonaba por toda la casa.

—Hola— saluda alegre y vuelve a lo suyo.

—Compraron muchas cosas— digo señalando todas las bolsas que estaban sobre la mesa principal. Me acerqué al rizado y chocamos puños.

—Mi papá y el papá de Zoey compraron las cosas—dijo y siguió en lo suyo.

Hablamos un par de cosas más hasta que escuché el llamado de Zusi desde la cocina para que la vaya a ayudar. Cuando llegué donde la chica, me pude dar cuenta de que guardaba todas las botellas de bebidas energéticas, cervezas y jugos en el refrigerador.

—¿Puedes sacar esas botellas y dejarlas sobre la encimera, por favor?— me indicó y solo asentí con una sonrisa mientras la veía.

Ella llevaba unos jeans claros y rasgados mientras que usaba el poleron que le había prestado hace unas semanas atrás con unas zapatillas blancas a juego.

—Deberías usar mi ropa más seguido, te ves increíble— le susurré mientras admiraba sus grandes ojos color avellana detrás de aquellos lentes finos negros— ¿Cuántos lentes tienes?

Zusi soltó una risa.

—Tengo cinco— me contó y siguió con lo suyo.

Negué con la cabeza e hice lo que ella me pidió, comencé a sacar las botellas de tequila, vodka, ron y whiskey y las dejé sobre la encimera de la cocina de forma ordenada tal como Zusi me había indicado.

—Haremos canapés y mandé a pedir sushi a una amiga de mi papá— me dijo mientras seguía en lo suyo, pero ahora sacando las bolsas de hielo.

—Amo el sushi, sobre todo el que hace mi mamá— le dije y ella me miró con ternura.

—Supongo que algún día tendré que ir a probar el sushi de mi suegra—dijo seria y solté una gran carcajada.

—Siempre eres bienvenida en mi casa, sobre todo si entras por la ventana y me esperas en la habitación— dije ahora acercándome a ella.

—¿Con que te gustó la sorpresa?

—Sabes que si— dije y la traje hacia mi, pasando mis manos por debajo del poleron y rodeando su cintura con mis brazos.

Entonces me percaté de que ella no llevaba nada de bajo del poleron más que su sujetador. La sentí estremecerse cuando comencé a jugar con el broche de él y la besé.

—Harry nos puede ver— susurró sobre mis labios.

—Tienes razón...— dije y me alejé, aunque sin dejar de abrazarla—Vamos a otro lado.

—No, Louis...Fuera— puso sus manos en mi pecho y me empujaba mientras reía.

Le di otro pequeño beso y volví a lo mío. Cuando por fin terminamos de ordenar todas las botellas que habían sido compradas, volvimos donde Harry que aún seguía colocando las luces de colores neón.

—Iré a buscar el sushi— anuncia Zusi mientras guardaba su IPhone en su pequeña mochila.

—¿Tienes dinero?— cuestionó Harry.

—Si, voy a pedir un uber...

—Yo te puedo acompañar— dije mientras mostraba las llaves del auto. Harry me miró con el ceño fruncido.

—¿Estarán bien?

—Lo estaremos— afirma Zusi rodando los ojos.

Sin más palabras, nos dirigimos al auto y comencé a manejar siguiendo las instrucciones de Zusi para poder llegar al local.

—Creo que estaremos bien con esto— dijo la chica mientras subía una de las tantas bandejas de su pedido. Había mandado a hacer 600 piezas de sushi de todo tipo.

—Estaremos más que bien— sonreí ayudándola con la bandeja.

Cuando por fin terminamos, reí al ver a la chica sacando unos cuantos bocados más ya que tenía la boca llena. Se veía adorable.

—Tenemos que llegar a hacer los canapés así que apura— le dije mientras le daba una leve palmada en su trasero.

Y así luego de todo el ajetreo, logramos llevar a la casa de Harry nuevamente en donde ahora él y yo sacamos las bandejas de sushi mientras Zusi iba a hacer no sé que cosa.

—Ustedes ya no pelean mucho— afirmó Harry con una bandeja en manos.

Hice una mueca para luego encogerme de hombros, él frunció más el ceño y me pregunté interiormente si es que Harry sabía o había visto algo entre Zusi y yo. Pero descarté aquella posibilidad debido a que si así hubiese sido, no me estaría hablando tan pacíficamente.

—Supongo que hemos pasado más tiempo juntos— me encogí de hombros y él asintió no muy convencido— ¿Nos ayudarás a hacer los canapés?

—Tú y tu loca manía de cambiar drásticamente de tema— dijo riendo y entrecerré los ojos— Por supuesto que voy a ayudar.

Entramos a la casa con las bandejas en mano y las ordenamos todas en la mesa central para luego ir a la cocina en donde Zusi acomodaba los panes.

—Falta hacer la pasta de pollo y pimiento— dice la chica con voz autoritaria— Louis encárgate de eso y Harry corta el pan y pone a cocer los huevos.

—Si señora—dijo el rizado comenzando a cortar los panes mientras rodaba los ojos.

—¿Y como se hace la pasta?— quise saber, muy torpe.

—El pollo ya está cocido  y...

Sin embargo, la chica se quedó en silencio y con una expresión de miedo. Abrió sus ojos de par en par y se tapó la boca con una mano antes de salir corriendo de ahí.

Dejándonos a mi más que confundido. Por otro lado Harry siguió con lo suyo como comprendiendo todo el asunto.

—¿Qué le pasó?— cuestioné viendo por donde se había ido.

—¿Por qué?

—Harry salió corriendo como de la nada, iré a ver que tie...

-Hey, ¿Dónde vas? Ella es así Louis, en realidad todas las chicas son extrañas pero déjala sola— comentó el rizado mientras sacaba los huevos del refrigerador— Además estamos a fin de mes, se comporta más extraña aún en estas fechas.

—¿A qué te refieres?

Pero mi amigo sólo rodó los ojos y siguió con lo suyo.


Lunch » L.T Donde viven las historias. Descúbrelo ahora