"Debiste tocar la puerta..."

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—¿Entonces esto es lo que querías?— le pregunté a Zusi al ver en como ella manchaba toda su boca con helado— ¿Arrastrarme hasta acá para calmar tus antojos?

—Por supuesto— me responde ella con una sonrisa— Y porque mi papá no está en la casa, llega el domingo por la tarde.

¿Qué?

¿Zusi Cox insinuando tener casa sola?

—¿Y...?— le dije haciéndome el desentendido.

—Pensé que podríamos invitar al resto de los chicos, nos vendría bien una noche de amigos.

Bien. No era lo que yo pensaba.

—Eso estaría bien— le dije para luego tenderle una servilleta para que limpie su boca— Hay algo que debo decirte.

—¿El qué?

—Harry sabe sobre nosotros— solté a lo que ella abrió sus ojos de par en par—Y creo que me amenazó.

—¿¡Qué!? ¿Y por qué no me habías dicho nada? Harry no puede llegar y tomar el rol de hermano maternal, está bien que sea cercano a mi pero no es para tanto...

—Hey— la interrumpí— Tampoco creo que sea algo tan grave, sólo se molestó porque yo no le había contado que estaba contigo y tiene miedo de que yo te vaya a lastimar.

Ella parpadeó un par de segundos y luego se quedó en completo silencio, todo esto mientras el helado se derretía en su mano. Zusi miraba hacia la nada y la verdad era que yo no sabía que decirle exactamente, porque estaba demás decir de que era una situación sumamente incómoda. 

—Lo siento.

—No tienes porque disculparte, Louis, sólo estás siendo honesto— me dijo con una sonrisa— ¿Qué te parece si vamos a mi casa y me enseñas a manejar?

—¿Hablas enserio?— le dije completamente entusiasmado por la idea.

—Es un acto suicida, si, pero de verdad quiero que me enseñes, y luego de eso podemos discutir sobre que haremos para invitar a los chicos y luego nos podemos besar en la sala de estar de mi casa.

—Suena como un plan.

(...)

—¡Estás loca! ¡Loca! ¡Tienes que soltar el embriague primero!—exclamé— ¡Dios mío tu padre nos va a matar cuando se entere de que su auto está en el taller!

—¡Estúpido Louis! ¡Ni siquiera está el auto malo!

—¡Lo estará si no sueltas el puto embriague!

—¡Esta fue tu idea Louis! ¡Te dije que no soy buena manejando!

Solté un gruñido de desesperación al escuchar las últimas palabras de la chica que estaba a mi lado. Estuvimos así por treinta minutos seguidos y una hora intentando explicarle a Zusi sobre como funcionaba el sistema.

Me estaba desesperando. Zusi Cox estaba colmando la poca paciencia que tenía.

Ella avanzó un poco más para luego frenar de golpe y hacer que me golpee contra la guantera del vehículo. 

—Lo siento— susurró como si se tratase de una chiquilla traviesa, la miré con cara de pocos amigos para luego volver a incorporarme en mi asiento.

Mi respiración estaba más que agitada debido a toda la adrenalina que la chica me había hecho tener. Es entonces cuando la miro y veo en como sus labios estaban fruncidos mientras ponía en mi una mirada suave y llena de nerviosismo.

—¿Te parece si mejor nos saltamos a la segunda parte de nuestro plan y nos vamos a besar en el sillón?— me preguntó en un susurro con voz nerviosa. 

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