Capítulo 1

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Me miré al espejo redondo y sucio que colgaba en la pared y suspiré emocionada. El vestido de manga larga y espalda al aire de color blanco que me llegaba hasta los pies estaba bien colocado y mi pelo estaba recogido en un moño arreglado que domaba hasta el último pelo pelirrojo rebelde. Por fin había llegado el momento que llevaba esperando toda mi vida. El ritual de iniciación. Estaba expectante.

– Ya estás lista – murmuró Liv apoyada en el marco de la puerta.

El ritual es el momento que toda bruja ansía, el pistoletazo de salida hacia las profundidades de la magia.  Es por eso por lo que estaba tan emocionada. Nerviosa, pero feliz. Ambas cosas al mismo tiempo. Liv se acercó y me dio un ligero abrazo para tranquilizarme. Mi hermana mayor era terriblemente empática y eso a veces no suponía más que un problema. No podías esconder casi nada – Feliz cumpleaños hermanita.

– Aún no es medianoche – musité incapaz de ocultar mi amplia sonrisa.

– Salgamos, todos nos están esperando – Liv me devolvió la sonrisa y se marchó esperando que la siguiera.

Eres valiente Dahlia, enfréntate a tu destino – me repetí a mí misma durante todo el camino. Ambas salimos de la casa y el aire de la noche me golpeó en la cara. El tiempo había cambiado sutilmente desde esta mañana, como si la naturaleza supiera que algo grande estaba a punto de ocurrir. Atravesamos los árboles del bosque con la intención de llegar al claro, donde todo el aquelarre nos estaba esperando.

El bosque era un lugar peligroso al que ningún humano se atrevía a entrar. Las leyendas sobre hombres que se transformaban en bestias eran conocidas por todo el pueblo. Sin embargo, lo que para muchos eran leyendas y cuentos, para mí eran una realidad. Los hombres lobo existían y pertenecían al mundo oculto de lo sobrenatural, justo como yo.

Esa noche la luna llena estaba en lo alto, y los aullidos de los lobos se escuchaban con claridad a lo lejos, poniéndome los pelos de punta. Los lobos eran impulsivos y agresivos, y las batallas entre las manadas para controlar el territorio eran sangrientas y arrasaban con todo y con todos.

Sólo destruyen, no construyen. Existía un Consejo en el que los líderes de todas las razas se reunían para que el equilibrio sobrenatural no se viera demasiado alterado. Había normas que todos debían respetar, incluso en la guerra.

Esto no siempre había sido así. Hubo un tiempo en que las distintas razas trataban de imponerse unas frente a otras hasta que tuvieron que detenerse por un enemigo común. La raza humana había formado a los cazadores con un único objetivo: eliminar aquello que les asustaba. Así es como el Consejo fue formado, hacía tan solo 140 años para dar un alto al fuego entre las razas y poder enfrentarnos a ese poder que amenazaba con destruirnos a todos. Aunque lo hicimos separados, porque lobos y brujas no se juntaban, no confiaban... Me estremecí de solo pensar en ser quemada en una hoguera.

Otro aullido rasgó la noche devolviéndola a la realidad. Los lobos eran peligrosos a pesar del pacto que "aseguraba" que cada raza fuera por su cuenta. Había que ser cuidadosos pues el odio arraigado durante siglos no se había abandonado, ambos conspirando para conocer los secretos de los otros. De hecho, me pregunté cuanto tiempo duraría la tregua.

Tragué nerviosa al ver como todos me observaban con detenimiento. Supuse que se estarían preguntando que es lo que hacía allí plantada sin hacer nada y mirando hacia ninguna parte. Todos vestían de colores vivos y alegres salvo yo. El blanco significaba que era una no iniciada, me marcaba como la persona a quién se dirigía la celebración.

Me dirigí al centro del semicírculo que se había formado y rápidamente me rodearon con las manos cogidas formando un círculo completo. De ese modo la magia que iba a ser convocada no se esfumaría y se canalizaría hacia mí. O al menos eso me había explicado mi madre mientras crecía.

El diario de DahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora