Capítulo 4

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–Narra Seth–

Llego al colegio un par de minutos antes de que empiecen las clases (a pesar de que me han dicho que llegue un poquito antes para que el alumno que me tiene que enseñar el colegio no pierda demasiada clase) para que un delegado me enseñe el colegio y caminamos juntos por los pasillos azules de baldosas blancas sueltas con las puertas de madera.

El delegado, que va a un curso superior que el mío, camina por delante de mí y me explica con qué profesores puedo hablar o con cuáles puedo copiar en los exámenes con voz desganada.

Finalmente, cuando el tour termina, me deja en el despacho del director y camina con paso ligero camina hacia su clase.

Cuando acaban las clases de la mañana, a las que me incorporé después del papeleo y de una aburrida charla del director sobre las normas del colegio, de vestimenta y de un montón de cosas que ya sabía, entro en la cafetería y veo a mi hermana con su grupo de amigos, muchos chicos populares, supongo que del club de fútbol, o de las animadoras.

Ella sonríe felizmente sentada en el regazo de un chico rubio de ojos azules, supongo, su novio.

Me siento en una mesa alejada de ellos, solo. Había tardado casi dos años en hacer amigos en mi viejo colegio, porque odiaba a las personas populares.

Y tener a una hermanastra popular no estaba entre mis planes...

Cinco minutos después, llega el comité de bienvenida. Tres chicas con suficiente maquillaje como para pintar mi vieja casa y con pinta de payasos ponen sus bandejas sobre mi msa y se sientan sin hacer ruido.

–¡Hola! –dice una con una voz demasiado aguda –¿eres nuevo?

"No, era invisible hasta ahora y por eso no me has visto" pienso.

–Sí –respondo.

–¿En qué curso estás? –pregunta una con el pelo de un tono naranja zanahoria –¿cuál es tu clase?

"Espero que la misma que tú no" pienso.

–En segundo C.

–¡La misma que yo! –dice otra de ellas demasiado delgada –Soy la delegada de clase. Si tienes alguna duda, puedes venir a preguntar, ¿vale?

Suspiro de nuevo, pensando en cuánto más durará el comité de bienvenida, cuando llega un tipo el doble de alto que yo y se sienta en la mesa.

Decido que es mejor comer y no hacerle caso, así que saco mi móvil, me pongo mi música y sigo con mi comida sin hacerle caso. Oigo murmullos, pero hago como si nada.

Entonces alguien me quita el auricular y grita en mi oído:

–¿¡Eres nuevo!?

Doy un brinco asustado y me tapo el oído, que pita tras semejante grito.

Miro al causante: un tipo que debería medir al menos dos metros, ancho como un armario y el pelo cortado a lo militar. Todo el lugar se ha quedado en silencio y entiendo la razón... se ha quedado mirándome fijamente con sus ojos pequeños y castaños, con el ceño fruncido. Me alejo de él asustado, pero se sienta a mi lado, moviendo su bandeja hacia donde está la mía.

Se queda callado, comiendo a mi lado. En cambio, yo estoy encogido en mi sitio, atemorizado de ese chico que podría fácilmente romper todos mis huesos en un instante.

–Eres nuevo, ¿verdad? –Pregunta –¿a qué clase vas?

–S-sí –respondo, temblando –Voy a segundo, a la clase C.

–Entonces vas a la misma clase que yo. –Añade –Me llamo Mike, Mike Martínez. Estoy en el club de artes marciales.

"Le pega" pienso.

Vuelve a quedarse en silencio, un silencio increíblemente incómodo en el que oímos la cháchara de las otras mesas y el ruido de los cubiertos chocando con los platos.

–S-soy Seth. –digo, sin levantar la cabeza de mi plato. –Seth Campbell. Me acabo de mudar.

–¿Necesitas ayuda con algo? –pregunta. "Es más amable de lo que creía" pienso. Niego con la cabeza y volvemos a quedarnos en silencio. Pero ya no es el silencio incómodo de antes, ahora es uno más tranquilo.

Terminamos de comer. Él se levanta y yo le sigo para no perderme por los pasillos y hasta acabar llegando a una clase, en la que me siento en la última fila junto a Mike.

Así termino el primer día, feliz por un nuevo amigo.

Vuelvo a casa, con los auriculares puestos, deseando llegar a casa para aislarme del mundo leyendo, pero sé que no volverá a pasar ahora que tengo hermanos (hermana) y hay alguien que llega al mismo tiempo que yo.

Mi hermana está "viendo" la televisión, sentada en el sofá, besándose con su novio.

-¡HOLA! –grito, para que dejen de darse el lote delante de mí, como si no existiera.

Se separan sorprendidos u me miran. Mi hermana está de nuevo enfadada, pero no es como si me importara.

Su novio la mira a ella, esperando a que diga algo.

–¿Te puedes largar? –pregunta Kate.

–Hmm... –hago como si me lo pensara y, aunque quiero irme y encerrarme en mi cuarto, la idea de fastidiar a mi hermana y a su novio me resulta más tentadora –no. –sonrío y tiro mi mochila en el recibidor, sentándome en el sofá entre ellos. –¡vaya! Es cómodo. –estiro las piernas y miro a Kate, cuya cara se ha puesto roja. He logrado lo que quería. –¿Qué pasa, hermanita? ¿Estorbo?

–No me llames así, Seth. –replica –vete.

–Tengo el mismo derecho que tú a estar aquí, hermanita.

–Oye, chico. –dice entonces su novio. Me giro para mirarle y es cuando le "veo". Tiene el pelo rubio corto, los ojos azules y la piel clara. Es guapo. Ahora entiendo por qué es popular. –Me gustaría estar a solas con tu hermana, ¿puedo? –"Por supuesto... que no" pienso. Me sonrojo un poco al mirarle tan fijamente a los ojos, así que aparto la mirada y, cogiendo mi mochila al vuelo, corro todo lo rápido que puedo hasta mi habitación, donde me tiro a la cama escondiendo la cara en la almohada.

"¿¡Qué demonios ha sido eso!?"

Fin del capítulo 4

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