Friends of Therapy

3. quimera

Podría haberte dicho

te lastimaría

te amaría por un rato

Luego te desertaría

Si tan sólo hubieras preguntado

Podría habértelo dicho

Podría haberte ahorrado

Algo de llanto

Sí, te podría haber dicho que estaba mintiendo

Pero estabas enamorado

Y no querías saber

Ahora le escucho

Mientras me tiro y me giro e intento dormir

Haciendo promesas

Que nunca mantendrá

Y pronto se acabó
Y acabó con...
Encontrará alguien nuevo para divertirse
A través de todas mis lágrimas
Podría habértelo dicho

I Could have told you -Bob Dylan

No tenía ganas de ir a casa aún, no quería llegar temprano a mi casa vacía y discutir por mensajes con Hbn una vez más. Anoche él me había pedido enviarle algo y me negué, se molestó y no me contestó en la mañana, llevaba todo el día con el celular apagado, no quería hablarle, no quería nada.

Entre ello saber de Giebenrath, era divertido hablar con él y era agotador a la vez. Me mantenía nervioso y ansioso, aguardando alguna propuesta como la de Hbn, pero no, él era tranquilo y me mandaba audios de él tocando la guitarra, haciendo covers de Bob Dylan.

Él era más... y menos a la vez.

Menos intenso, pero más profundo.

Durante cuatro meses de conocernos y no hablar de nada mas que de nosotros mismos, averigüé tanto, que a su vez, significaba poco, no conocía nada de él, pero sí lo suficiente para saber que era peligroso para mí.

Yo no deseaba involucrar mis sentimientos desde Hbn con un novio del que nunca me habló, no desde mi primer beso con un chico en el campamento de verano, en medio de la oscuridad, en medio de los árboles y el silencio. Nunca supe quién fue, pero sus manos eran increíblemente suaves.

Y era un chico, lo sabía por su aroma y su cuerpo, no podía olvidarlo, estaba seguro de que si lo besaba una vez más, o tocaba sus manos al menos, sabría de inmediato que era él.

Pero había pasado un año y medio desde ello, era imposible.

El sol era cálido en éste momento, escuchaba música con mis audífonos y me dejaba recostar sobre la banca de un parque solitario.

Cerré los ojos con la mirada al cielo y cogí aire, me dejé caer en lo que pareció ser un sueño tranquilo. Sin tantas preguntas.

-¿Do? ¿Qué haces aquí? -sentí mi cuerpo ser ligeramente agitado y al abrir los ojos miré un rostro conocido.

Uno que había mirado demasiado hoy.

Me quité uno de los audífonos y tallé mis ojos con el dorso de mi mano.

-Ah, me quedé dormido. -respondí mientras él tomaba asiento a mi lado como si le hubiera invitado en primer lugar.

-Vivo cerca de aquí ¿No quieres venir? -preguntó.

-Estoy bien, ya me iba.

-Venga, seré feliz de llevar a mi amigo a casa.

-Park, no somos amigos.