Sueño no, realidad.

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"No tuve ningún tipo de temor al apuntarte con aquella arma, menos temor tendré al tomar todo de ti, al usarte como un estúpido objeto, por qué, ¿Sabes qué? Me encantará. Ver tus  mediocres ojos gimiendo y suplicando, ver cuan estúpido que te verás.... Lo amaré, no voy a negar eso, por una única vez en tu vida fuiste util, Kick Ass."  

Sujetaba la carpeta que contenía el montón de logos y planes y dibujos que entre él y Red Mist habían creado. El muchacho de cabello rubio se sentía emocionado y consideraba que su compañero vestido de rojo también lo estaba. Apenas había llegado al automóvil había  tomado aquella carpeta para poder ocupar el lugar del copiloto mientras el contrario se encargaba de conducir. 

Se suponía que por ese tarde irían sólo a negarse a la propuesta recientemente hecha por Big Daddy y la que parecía ser su hija Hit Girl, Kick Ass confiaba en la palabra del más alto creyendo que estarían bien, y era que completamente los amigos confiaban unos en los otros, y con un absoluta sinceridad Dave consideraba como su mejor amigo  a quien estuviera detrás de esa mascara , sin saber que este era Christopher D'amico, nadie lo sabía... Por más torpe que era Chris había hecho un gran trabajo en ocultar su verdadera identidad... O al menos eso hasta esa noche.  

-Hey Kick Ass...-El muchacho de la barba desalineada llamó ya  con la dirección recientemente dada hacia Chris y después de haber sido puesta en el  GPS. Tenían unos 15 o 20 minutos de sobra antes de que John y sus hombres llegaran a este lugar, suficiente tiempo para que Chris pensara en algo bueno que hacer con el contrario... Aunque al ver su entrepierna con disimulo y por debajo de ese disfraz ya se podía hacer una idea de lo que quería.  

-¿Mm?- Dave volteó al escuchar como pronunciaban su nombre, o al menos el de súper héroe, hipnotizando por un segundo al otro con esos ojos azules que naturalmente eran así a diferencia de los del mismo Chris.  Recientemente habían dado vuelta en una esquina y en esas calles extrañamente poco transitadas parecía que Red Mist iba bajando la velocidad... Y la bajaba... La seguía bajando hasta que enfrente de un edificio aparentemente abandonado se detuvo por completo.  

Chris tomó una larga respiración y observó sus ojos en el espejo para luego llevar esta mirada hacia el muchacho en el traje verde, había tenido demasiado tiempo para pensar en lo que quería hacer y por fin había tomado una decisión -...Súbete la mascara...- ordenó mientras se acomodaba encima del asiento.  

-¿Eh?- lo primero que obtuvo fue una mirada del desconcertado Kick Ass. 

-Súbete la mascara...- añadió nueva y rápidamente, las calles estaban demasiado desoladas como para que les vieran y vistiendo un traje que básicamente dejaba ver la mitad de sus genitales Chris ya había perdido todo tipo de vergüenza, sabía lo que quería y lo obtendría.  

Por un segundo Dave dudó de lo que debería hacer, aun que había cierto cosquilleo en su abdomen, cosquilleo que sólo aparecía antes de la  erección cuando pensaba en la Señorita Zane o en Katie, y recientemente también desde que había besado al contrario... Ese beso incomodo  y que apenas se podía llamar beso. 

-Jaja...No... Vete a la mierda...- con una risa nerviosa y juntando demasiado las piernas que era raro Kick Ass se negó, provocando únicamente que Red Mist mostrara una expresión de intriga por debajo de la media mascara que servía para cubrir su rostro, o al menos eso hasta la mitad. 

-Súbete la mascara...- el moreno volvió a pedir, completamente decidido y confiado en que iba a obtener lo que quería. -...Quiero besarte , compa, súbete la mascara...- fue completamente directo con esas palabras, sintiendo como si de alguna manera al escucharlas Kick Ass pudiera sonrojarse o algo similar a esto, igual le excitaba, le encantaba y a sobre manera el pensar que podía avergonzar a alguien con unas simples palabras, unas simples y sencillas palabras. 

Entonces Dave lo meditó, por increíble que pareciera no era tan simple negarse, menos cuando se trataba de Red Mist. La atracción entre los dos era mínima pero existente, pues antes que amantes eran amigos... Sin embargo esto no significaba que Dave sentía algo por su compañero al igual que Chris, no, sino todo lo contrario; Las palabras recientemente pronunciadas vaya que le habían hecho sentir nervioso. 

Pasando saliva se subió un poco la mascara al igual que en ese primer día en el había compartido un beso por de más incomodo, ganando así la sonrisa ladeada en el rostro del moreno. -...Perfecto...- murmuró el menor de los Genovese moviéndose rápidamente para terminar colocando una mano entre las piernas de Kick Ass, ese espacio libre en el asiento que quedaba gracias a la delgadez del contrario. Ya en ese momento la distancia entre los dos apenas y existía, sus rostros estaban tan cerca y de alguna forma extraña parecía que Red Mist estaba examinando el rostro ajeno, y era que de hecho de una u otra forma se podía decir que estaba haciendo esto.  

Era ilógico, extraño e inexplicable. La atracción que sentía Chris hacia Kick Ass era obvia, desde que había visto su video en Youtube no había podido dejar de pensar en él, en los huevos que tenia o en lo estúpido que se veía... Al final pensaba en él. Y Dave sentía algo extraño por Red Mist, en un principio lo había considerado como una especie de amenaza o algo similar a esto, pero al final, y algo que había pasado con ambos era que se habían dado cuenta de que los dos no eran más que unos pendejos jugando a ser súper héroes.  

Y así de rápido como Dave se había subido la mascara y Chris había encontrado esa posición sus labios se habían visto involucrados de nuevo en un beso menos torpe del que antes habían compartido. Red Mist había ido directamente hacia el labio inferior del contrario, tomando este entre sus labios para atraerlo y continuar con el superior al ver lo dispuesto que el rubio se mostraba. 

El beso de a poco se iba convirtiendo en algo más fuerte, algo más digno de admirar o como se le pudiera llamar a esto, pues con un orgullo enorme Christopher seguía apoderándose de esos labios como si no pudiera pensar en nada más, la mandíbula del otro cada vez caía más hacia abajo permitiéndole el poder ingresar esa lengua a gusto y cuanto podía, saboreando hasta el último rincón de esa boca que se sentía tan virgen por extraño que esto pareciera o se escuchara. Dave tampoco se quedaba atrás y con cierto esfuerzo lograba aportar algo para ese beso, utilizando su lengua como si intentara empujar la del contrario hacia afuera y al final sólo logrando el que Red Mist mostrara más resistencia, comenzando con una lucha de lenguas o lo que fuera esto, algunos gemidos tenues escapando de los labios de cada uno mientras la cercanía entre los dos era cada vez más y parecía que Red Mist estaba a punto de caer por la manera en la que se había acomodado.  

¿Cuánto tiempo podían tardarse las ventanas del Mist-Mobile en empañarse? Pues nada, exactamente, pues conforme ese beso había tomado esa intensidad la perdió, esto gracias al celular del más alto que vibraba encima del tablero del automóvil. 

-...Mierda...- separándose de los labios del rubio Chris se quejó para tomar el celular y echar una mirada rápida a este, notando únicamente que era un mensaje de su padre informándole que la "misión" había sido exitosa. La sonrisa de Red Mist  era causada por dos cosas: Había vuelto a besar esos labios y por primera vez estaba siendo útil para su padre. No se podía sentir más satisfecho consigo mismo. 

Tenía una decisión y de esta no se iba a arrepentir.  

Y no lo hizo, no desde ese momento en el que tuvieron que caminar ese largo recorrido conversando como si nada hubiera pasado, no hasta que estaba apuntando con una pistola hacia la cabeza de Kick Ass y parecía que su padre acababa de moler a golpes a ese que parecía ser "Big-Daddy". Ni siquiera lo hizo cuando al rubio le estaban electrocutando los huevos, ¿Por qué? Por que Christopher había tomado una decisión... Él era un Genovese... La sangre que corría por sus venas le gritaba que él debía ser malo y no iba a discutir con ello, menos después de tantas decepciones que ya le había dado a su padre.

Desde la primera nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora