Capítulo 24 - NO MÁS DAÑO

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NO MÁS DAÑO


Me separo del abrazo que nos estamos dando y subo la cabeza para conectar mi mirada con la de él.

—Muchas gracias Álvaro —le digo—, necesitaba un abrazo —me explico.

—No tienes porque dármelas —me sonríe—, nadie debería hacerte llorar —intenta tranquilizarme.

Me acaricia la mejilla mientras sigue sonriendo. No puedo evitarlo y mi cuerpo me pide volver a abrazarle. Me siento tranquila y segura. Su olor me embriaga y me atonta pero oigo como unos pasos se acercan hasta nosotros.

—¿María? ¿Álvaro? —nos llama una persona detrás de nosotros provocando que nos separemos y lo miremos.

—¿Tú y Blas os conocéis? —me pregunta Álvaro sorprendido.

—Sí —respondo pensando en que ojalá no fuese así— ¿Y vosotros? —pregunto sorprendida porque lo llame por su nombre.

—Sí —responde Blas antes de que lo haga Álvaro que es a quién le he preguntado—. Es uno de mis compañeros de grupo —me explica— ¿Podemos hablar María? —me pregunta pero aparto la mirada.

—No —respondo seria—. No tengo nada de qué hablar contigo —le digo mientras ando en dirección contraria— ¿Sabes? —digo girándome para encararle—. Podrías habérmelo dicho, ahora no me sentiría tan tonta –intento aguantar las lágrimas—. Me marcho —digo dándome la vuelta para irme.

—No espera —me dice agarrándome del brazo—, déjame explicártelo por favor —me pide pero yo intento soltarme de él.

—No Blas —consigo separarme de su agarre—, lo nuestro se acabó —digo enfadada— ¿O no lo entiendes? —más molesta de lo que ya estaba—. Lárgate, vete, no quiero volver a verte nunca más —suelto sin dejar nada en el tintero y sin ningún reparo porque mis palabras le hicieran daño.

Me giro para mirar a Álvaro y me despido de él. Después camino en dirección contraria a ellos en busca de una parada de autobús o de metro que me lleve lejos de aquí.

Encuentro primero una parada del metro y lo cojo para que me lleve a la estación de autobuses. Al llegar saco un billete de vuelta a casa, no tenía sentido seguir aquí. Espero dos horas en la estación hasta que mi bus sale.

Me siento en el asiento que me corresponde y entonces me permito derrumbarme de nuevo. ¿Por qué me hace esto? ¿No le he demostrado siempre que le he amado? No me merezco esto. Primero Ane y ahora esta chica que no conozco. No dejaba de darle vueltas a todo, las imágenes de Blas besando a esa chica no hacen más que repetirse en mi cabeza. Aunque al final de tan casada que estoy me quedo dormida.

Me despierto por un frenazo. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que ya estoy llegando. Me froto la cara al sentirme rara, me toco los ojos apartando los rastros de lágrimas que me habían quedado. El bus finalmente se para en la estación y salgo, cojo mi maleta y voy andando hasta mi casa.

Un amor de verano || Auryn || Blas √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora