Capítulo 19 - NO NECESITO MÁS

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NO NECESITO MÁS


Narra Natalia:


Me giro y lo veo ahí plantado delante de mí. No puedo creerlo. Esta ahí mirándome con tristeza y a la vez lo veo preocupado. ¿Qué hace aquí? No entiendo nada.

—¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me seco las lagrimas que recorren mi cara.

—He venido a buscarte para hablar y llevarte a casa —me dice seguro acercándose a mí.

—Ya estoy en casa —respondo tensa— ¿Por qué lo haces? ¿No te lo dejé ya claro? —pregunto enfadada.

—Tu casa ahora está junto a nosotros —me replica evitando las preguntas que le he hecho.

—No voy a irme contigo —respondo sin mirarlo a la cara.

Me levanto del banco y me alejo de él. Cuanto más lejos esté de él mejor. Mucho mejor para ambos.

Quiero que se vaya. ¿No entiende que lo único que hace con su presencia es hacerme sufrir más? ¿Acaso no le importo nada? Mis lágrimas vuelven a salir sin que pueda evitarlo. Una mano se cierra sobre mi brazo para detenerme.

—Para por favor —me pide David—, necesito hablar contigo —se coloca frente a mí.

—Pero yo no quiero hablar contigo, quiero estar sola y olvidarte —respondo mientras me suelto de su agarre.

Salgo corriendo de allí y no paro de correr hasta llegar a casa.


Ha pasado una semana desde que volví a casa con mis padres, una semana desde que hablé con él por última vez. Pensé que David se había ido de vuelta a Madrid pero estaba equivocada. Cada vez que salía de casa me lo encontraba e intentaba hablar conmigo pero huía en dirección contrario o lo ignoraba.

No entiendo que es lo que hace aquí, ¿no debería de haber vuelto a casa ya? Hay cosas que no entiendo. ¿Por qué sigue aquí? Es mi amigo y entiendo que se preocupe por mí, pero debería de haberse ido ya. Aunque puede ser que si sea cierto y tenga algo importante que decirme, pero a saber qué. Lo que tengo claro por ahora es que no quiero hablar con él, si lo hago sé que me derrumbaré delante de él y no quiero que me vea así de débil.

Un mensaje en el móvil capta mi atención, lo cojo y veo que es un mensaje de Laura.


"Natalia cielo, necesito verte, ve a la playa, la que está más cerca de tu casa. Por favor".


El mensaje que me manda es muy raro y escueto, no entiendo nada pero quiero verla, a ella sí. Así que me visto con un vestido rojo y unas sandalias blancas. Me dejo el pelo suelto y me maquillo levemente. Al terminar cojo el bolso y salgo de casa para dirigirme al lugar acordado. No hemos quedado a una hora en concreto pero supongo que está ya allí, así que intento ir lo más deprisa posible para no hacerla esperar más.

Llego a la playa, las luces están apagadas y no hay nadie. Todo esto es muy raro, siempre hay movimiento y hoy no. Camino un poco hacia las escaleras de la playa y entonces veo que en el suelo hay unos pétalos rojos. Entro en la arena tras descalzarme y sigo el camino, cuando doy unos cuantos pasos se iluminan unas pequeñas luces que hay junto a los pétalos. Sigo andando hasta que me encuentro con una toalla en el suelo.

La confusión me inunda desde hace un buen rato pero ahora me estoy poniendo muy nerviosa por lo que decido mandar un mensaje a Laura para saber dónde está. Me estoy asustando al estar aquí sola. Unos segundos más tarde me llega un mensaje.


"Siéntate en la manta y mira hacia el mar".


Sigo las indicaciones de su mensaje a pesar de que estoy algo reticente pero al final me siento. En cuanto lo hago, unas luces aparecen en el agua y dejan todo iluminado, es precioso. Sigo mirando y veo como poco a poco se van formando unas palabras.

Al cabo de unos segundos comienzo a distinguir las palabras que se han formado. Me asombro aumenta al leerlo, no puedo creerlo. ¿Es una broma verdad? Eso o mis ojos me están jugando una mala pasada, ¿por qué el destino es tan cruel?

Las palabras que se han formado son: TE QUIERO NATALIA.

Me hago una idea de quién ha podido hacer todo esto pero si es él, no entiendo nada. ¿Él no se supone que estaba con otra?

Una música comienza a sonar de repente por lo que me giro siguiendo el sonido y es entonces cuando lo veo. Está allí tan guapo como siempre. Se acerca a mí lentamente y se sienta a mi lado. Me mira a los ojos y comienza a cantar siguiendo el ritmo de la música. La canción es absolutamente perfecta y maravillosa. Cuando acaba me vuelve a mirar aunque no ha apartado la mirada ni un momento de mis ojos. Lo miro y no dejo de sonreír, esto ha sido lo más bonito que me han hecho.

—Te amo —me dice—, eso es lo que llevo intentando decirte desde que he llegado —habla mirando a mis ojos.

—Yo... —no sé qué decir.

—Laura y yo lo dejamos el día que te marchaste. Ese día iba a decirte que te quería con locura. Cometí un error al estar con Laura, solo la veo como una amiga, como mi mejor amiga, nada más —me explica—. Siento mucho haberte hecho daño y que hayas sufrido mucho por mi culpa —se disculpa—. Si hubiera abierto antes los ojos... si no hubiera negado desde el principio mis sentimientos... Tú no habrías sufrido y ambos habríamos estado juntos. Lo siento mucho —dice arrepentido.

—No tienes nada que disculparte —digo algo abrumada por todo lo que me ha confesado—. Muchas gracias por eso, ha sido lo más bonito que me han hecho nunca —cambio de tema y dejo un beso en su mejilla.

—Te mereces esto y mucho más —me responde sonriendo.

Sus palabras me hacen sonrojar. Lo quiero, lo quiero mucho. Veo como David se acerca lentamente a mí. Sus manos acarician mis mejillas. Comienzo a ponerme nerviosa cuanto más se acerca a mí. Junta su frente con la mía sin dejar de mirarme a los ojos, esos ojos que hacen que me pierda en ellos. Nuestros labios están a punto de tocarse.

—Te amo —me dice en un susurro, rozando nuestros labios.

Veo la mirada de deseo en David, igual que la mía, por lo que acorta la distancia que nos queda y me besa. Un beso absolutamente maravilloso, dulce, perfecto y a la vez apasionado. Con el beso que nos damos expresamos todo lo que sentimos en este momento, todo lo que nos queremos pero sobre todo, lo que hemos añorado a que esto sucediese.

Al final no separamos por la falta de aire y lo miro a los ojos.

—Yo también te amo David —contesto a las palabras que me ha dicho antes.

Lo veo sonreír y seacerca de nuevo para besarme. Después se coloca detrás de mí para abrazarme porla cintura, terminando apoyada en su pecho. Así nos quedamos, abrazados ymirando como rompen las olas de mar. Aquí y ahora ya que no necesito nada más.









Autora:

Espero que os haya gustado el capítulo. Dejad vuestros comentarios abajo.

Hasta aquí la historia de David y Natalia, ahora seguiré con una de las dos que me faltan pero no os preocupéis no me he olvidado de Blas y María.

Una vez más os doy las gracias por vuestros comentarios, por leerla y por ser unas fieles lectoras.

Muchas gracias.

Besos, María.

Un amor de verano || Auryn || Blas √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora