Prólogo.

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Claro que no había pensado en él.

Claro que no tenía su estúpido y lindo nombre en mi mente. Claro que no, no sentía atracción por el.

Vale, yo era heterosexual, ¿cierto? -quizá no tanto- Pero, vamos, era Gerard, el tonto e idiota niño al que todos molestaban. Vaya, no tenía nada en contra de el, no por su aspecto de niño bueno, no por sus altas notas, no, el era diferente. Con su cabello negro, lacio y un poco largo, su piel pálida como las hojas del estúpido libro de biología, y su sonrisa -un tanto tonta- al verme. Sí, Gerard Way, ese bicho raro. Aún más raro que yo. Sí, Gerard Way, ese que siempre se sienta en el pasto a leer cómics (a mí me gustan los cómics, eso no significa nada, ¿verdad?). Sí, Gerard Way, ese horrendo pero hermoso idiota que me asignaron para mis clases de verano.

Frank, Frank Iero, en verdad eres un tonto.

Opposites? | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora