CAPÍTULO 11 LE HABLO DE MI

48 7 1
                                    

*** DOM ***

Permanecí sentado en la cama, con la cabeza hacia abajo y mis manos tomando la misma. La cabeza me daba vueltas y sentía la garganta seca. ¿¡Qué diablos pasó!? 

Trataba de recordar que pasó la noche de ayer. Lo primero que paso por mi mente fue su departamento; los dos bebiendo; después riendo, pero solo fue eso. ¿Acaso pasó algo más? ¿Cómo llegamos aquí?

Y otra gran pregunta ¿Yo bebí? ¿Y con él? Jamás he hecho tal cosa y mucho menos con un sujeto que me cae en los huevos. Porque hay que ser sinceros, Matt y yo no somos los mejores amigos, es más, ni a amigos llegamos, o eso creo yo.

Entonces me levanto, basta de darle vueltas al asunto y dejar de pensar que Matt y yo tuvimos... ¡NO! Además si hubiera pasado no podría ni sentarme. No solo existe ese tipo de sexo, además, que tal y tú le diste a él. Mi morbosa conciencia había regresado. ¡Basta! Seré positivo y tendré la certeza de que nada pasó

Y ¿Matthew donde estará? Tomo mi teléfono para llamarle y preguntarle donde se encuentra, pero me indica que no hay señal, camino por la habitación rogando porque halla, pero nada.

Me visto rápido, veo una puerta al fondo de la habitación, la cual es de un baño, ingreso en este, me lavo la cara y veo un rostro pálido y desnutrido. Parece ser que de la noche a la mañana he perdido mi belleza y elegancia. Tomo mi saco, meto la cartera al pantalón y estoy por salir de la habitación con e celular en la mano. Vuelvo a revisarlo y aparece una pequeña linea de señal, busco rápidamente su número y comienza a sonar.

- Dominic - contesta con un voz ronca pero irónica la cual me hace estremecer y volver a pensar qué paso

- ¡Matthew! - grito - quieres decirme dónde estas

Mi teléfono vibra, lo miro y en la pantalla aparece "Bye" indicándome que me he quedado sin batería y entonces se apaga ¡Maldita sea! De acuerdo tengo encontrar algo, lo que sea.

Mi mente vuelve a recordar y logro ver que él y yo salimos del condominio en su auto. Bien tengo que encontrar el auto e irme de donde sea que este, con o sin Matt.

Debo admitir que el primer lugar que se me vino a la mente donde nos encontrábamos era un hotel, incluso un motel, pero no es así, al salir de la habitación observo un corto y estrecho pasillo y al final de este del lado derecho un par de sillones y del otro lado sillas que al parecer están acomodadas alrededor de una mesa?

Comienzo a avanzar lenta y sigilosamente sobre el pasillo con piso, el cual no me había percatado que es de madera. ¿Acaso es una casa o una cabaña? Cuando estoy apunto de salir hacia la gran habitación del final, escucho ruidos del lado izquierdo, del lado del comedor. Me detengo de inmediato y de nuevo silencio. 

Finalmente salgo y observo del lado proveniente del ruido, hay otra puerta detrás de esa mesa y sillas, ademas de una grande alacena. Camino hacía ella, tiene una ventana en medio un poco pequeña. Pego mi rostro a esta y veo una hermosa pero pequeña cocina, observo de izquierda a derecha, comenzando con una estufa, mas alacenas, un lavabo, y seguido de este... una persona, me da la espalda, no puedo evitar asustarme y abrir mis ojos junto con mi boca. 

La persona es encorvada y más pequeña que yo, lleva un chal el cual también cubre su cabeza, así que no puedo saber si es hombre o mujer, pero lo que es seguro es que es de una edad mayor a la mía. Camina hacia la derecha, donde hay un refrigerador, lo habré y entonces no la veo más. Es mi oportunidad para entrar y descubrir quien es.

Empujo la puerta y entro, entonces, la persona cierra el refrigerador y se queda estática, como si sintiera que la observo. Entonces gira su cabeza hacia a mi, y su expresión es de asombro, y después sonríe. Es cuando me doy cuenta que es una mujer, no menos de 70 años, piel blanca, pero algo que me mantiene quieto y sin decir nada es su mirada, porque me observa con unos ojos azules que juraría son hermosos, deslumbrantes, y demasiado idénticos a los Matt.

- Estaba terminando de preparar tu desayuno, me sorprendiste, creí que seguías durmiendo

Frunzo las cejas, ¿Quien es ella? y ¿Por qué hace eso? Debo admitir que eso me espanta, cuida de mi, pero con que derecho. Ni siquiera se donde estoy y donde esta Matt

- Tranquilo, no me conoces, me presento, soy Miriam, Miriam Bellamy - eso me hizo abrir mis ojos sorprendido - si, soy abuela de Matt

- Un gusto - no soy descortés y me acerco para estrechar mi mano - soy Dominic Howard

- Lo se - sigue sonriendo - Matt me dijo - toma la bandeja con comida que tenía a sus espaldas, sale de la cocina y yo tras de ella, la coloca en la mesa - siéntate, debes tener hambre

- Gracias, pero no en realidad, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Dawson City, Yukón - sonríe

¿Yukón? Bueno no estoy tan lejos de lo que creí, quizá 6 horas en auto. Entonces Matt no estaba tan ebrio como lo veía ayer. 

- ¿No sabes como llegaste aquí cierto? - niego con la cabeza algo apenado - llegaron en la madrugada, tú estabas dormido pero balbuceabas y llegue a la conclusión de que tenias alcohol en la sangre. Y me sorprendí bastante. Matt viene a visitarme siempre, pero jamás a esas horas y menos acompañado.

- ¿Él dónde esta ahora? - me sentía ansioso

- Fuera

Camino hacia la sala y la seguí nuevamente, hay se encontraba otro enorme ventanal y que dejaba observar un maravilloso paisaje, todo lleno pasto con flores distintas, arboles alrededor, un cielo azul tan claro que deslumbraba y pequeños rayos de sol, y también se observaban más cabañas a lo lejos. 

- Cuando Matt era pequeño le encantaba explorar cada centímetro de este pequeño bosque, así como le encantaba imaginar nuevos mundos, sentirse el príncipe apuesto del lugar 

Sonreí al escuchar aquello, podía imaginar a Matt de pequeño, sintiéndose el ombligo del mundo tanto como lo hace ahora. Lo imaginaba mirándose en los lagos como Narciso lo hacía. Es que Matt en verdad es apuesto.

- Entonces me tendré que introducir a las profundidades esplendidas del bosque para encontrarlo - ella me miro

- A veces le gusta explorar fuera de aqui, en la centro de la ciudad

- ¿Se ha llevado el auto?

- Parece ser que si

- ¿Sabe como puedo ir a su encuentro?

- ¿Por qué quieres ir con él? Según lo que me contó anoche de ti, tú no lo buscas ni para una junta de trabajo - me quede callado, Matt le hablo de mi. ¿Qué más tramaba aparte de secuestrarme? - Calma, no debe tardar. Él aveces solo sale para tomar aire y regresa

Quizá si estoy demasiado ansioso por irme, pero es que si no llego a tiempo a la fiesta de mi suegra, Nina va a matarme y jamás me va a perdonar. Pero bueno, casi es medio día, Matt no debe tardar y desde Vancouver, en avión no me haré demasiado 

Después de una hora de calmarme, decidí comer, ella me acompaño. Su abuela es muy amable, jamás ha sido irrespetuosa ni entrometida, si fuera así, ya estaríamos hablando, diciéndole lo mal que me cae su nieto en ocasiones. Solo platicamos de mi trabajo y lo bien que nos esta yendo en el nuevo proyecto, la película.

Me senté en el sofá a leer algo que encontré en la estantería, no me quedaría a esperarlo con los brazos cruzados. Mis ojos comenzaban a pesar y no supe en que momento me quede dormido.

Desperté, me levante del sillón y observe la hora en el  reloj de la sala. ¡5:00 pm! El sol comenzaba a tener su posición más hermosa, el atardecer. Talle mi rostro, me quede dormido demasiado tiempo. Observe el paisaje, en verdad era hermoso, jamás había estado en un lugar igual.

Camine hacía la entrada y salí, tenía ansias, pero ya no eran de querer irme, eran de encontrar a Matt y disfrutar de este lugar al que jamás había visitado. El clima se sentía cálido, aunque a la vez soplaba un aire no tan fuerte. Pasando los minutos ya estaba dentro del bosque, aunque en realidad no lo era, solo eran filas de arboles y después más pradera y lo vi, sentado sobre un roca y mirando hacia el horizonte, el viento revolvía su cabello y los rayos de sol iluminaban su rostro. Camine despacio todos esos metros que nos separaban y por fin llegue a sus espaldas.


¡HOLA! Bien algo... aburrido, pero Cal-ma. Bien salí de "vacaciones" el viernes pasado y después de una semana de labores domésticos ¡ha trabajar en mis historias! Espero les este gustando y votten y comenten que me hacen feliz. Nos seguiremos leyendo

Entra en mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora