Día 1,099

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A pesar de que esperé varias horas y envié otros mensajes a ese tal "tío", no recibí respuesta alguna. No puedo negar que entré en pánico y analicé mil veces las posibilidades de hablarlo con Eric y/o la policía, pero estaba muy enojada con él y el orgullo me pudo más que el miedo. Sí, estoy loca.

Sin duda alguna el día de ayer fue muy negativo en mi vida, pero no puedo permitir que me arrastre a un espacio en el que no había vida ni felicidad. Por ello decidí seguir como si nada hubiese pasado. Si mis amigos decidían volver, los recibiría, pero mientras; iría trabajando en mi inteligencia emocional.

No es que el día de hoy fue el mejor de todos, pues dentro de todo el rollo con Edgar y Nicol, me tocó la presentación de salsa de salón con ellos y Adrián.

(...)

Al llegar a la escuela me dirigí con pesar al salón de actividades. Quería salir de este día lo más rápido posible, pues se me haría muy difícil estar bailando con ellos en medio de tanta tensión; y probablemente los resultados no sería buenos.

Entré al salón e inmediatamente los vi, estaban hablando muy animados sin mí, se me hizo un nudo en la garganta. Yo y mis sentimentalismos... La verdad que soy el final. Ni me molesté en acercarme.

Fui directo a prepararme para terminar con aquello de una buena vez. Di gracias a Dios porque solo faltarían dos presentaciones con Edgar después de esta.

Como en las presentaciones anteriores, sin explicación lógica, fuimos los primeros en presentar. De todas formas debimos esperar unos minutos porque el profesor recibió una llamada de su hija.

Me senté en una esquina de la tarima a esperar a que el señor Hastings regresara, y entonces recibí otro mensaje de ese tal "tío" que me envió correos. Me puse nerviosa al vuelo, y debatí internamente si abrirlo o no en ese momento.

Mi curiosidad ganó la batalla y me apresuré en abrirlo para ver qué me ponía en esa ocasión. Fue desconcertante lo que vi. O sea, yo esperaba un mensaje en el que esa persona me explicaba quién era y qué quería, pero no fue así.

To: Amalia Hitch
From: El tío
Re: Niña curiosa

Mientras menos sepas de mí, por ahora, es mejor para tu estabilidad emocional.

-Muy bien chicos, -dijo el profesor- a lo que vinimos.

Nos colocamos en nuestras respectivas posiciones: Nicol a mi lado izquierdo frente a Adrián, y yo frente a Edgar. No estaba segura si mirarlo o desviar la mirada, pero finalmente lo hice... y él también me miraba. Me miraba con tristeza, con deseos de parar todo y correr a mi encuentro y abrazarme. ¿Pero cómo es posible? Si quien decidió dejar de hablarme fue él. ¿O acaso había confundido las cosas? Claro que no, no soy estúpida.

Sonó "Palabras del alma" de Marc Anthony y nos acercamos para bailar. Nuestras miradas se encontraron, se fundieron y nos dijimos cuánto nos extrañamos, y tratamos de hacer nuestro el momento; pero yo lo arruiné al mirar a otro lado. Sus manos tomaban mi cintura con firmeza y su mirada iba de mis labios a mis ojos una y otra vez.

(...)

Al terminar la presentación salí disparada de allí. Vi con el rabillo del ojo que Edgar me siguió hasta el pasillo principal, pero no se atrevió a llamarme, y en lo que a mí respecta; fue lo mejor.

En mi hora libre fui a la cafetería y me encontré con James. Bueno, él me encontró a mi. Yo intenté pasar desapercibida, pero como mi suerte es tremenda...

-Hola Amalia.

-Hola. ¿Cómo estás?

-Bien, gracias. ¿Y tú? Te noto algo decaída... ¿Todo bien?

Diario de una romántica empedernidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora