Nicol y yo quedamos en pasarnos el día juntas en su casa. Así que al despertarme, lo primero que hice fue arreglar la habitación para luego prepararme, hacer el desayuno y esperar para que Eric me llevara.
-Vaya, -soltó mi hermano en tono de burla y sarcasmo- debiste dormir en su casa.
-No seas necio. -me reí- Hace mucho que no tenemos un día solo de chicas.
-Me adelanté y preparé el desayuno, -dijo con las cejas alzadas- así que venga, señorita.
-¿En serio? -le reté- Wow... ¿A qué se debe tanta generosidad?
-A veces podría sorprenderte, hermana. Pero sí, tenía hambre. Y como saldré con Karla, nos eché una mano por conveniencia propia.
-Oh... ¿y adónde van?
-La llevaré a nuestra casita en la montaña y... Le pediré que sea mi esposa -me miró con cara de perrito, esperando mi reacción-.
Me puse a brincar y gritar como loca. En serio no me lo creía, el loco de mi hermano pensando en casarse. ¡Nunca lo había imaginado!
-Eric, ¡por Dios! ¡Qué lindo! De verdad, Karla llorará cuando se lo pidas. Ya me imagino el momento.
-Ya lo creo... Debo confesar que estoy nervioso.
-Supongo que es normal. Pero ya verás que todo saldrá bien... Por favor, ¡graba todo! Te lo suplico.
-Está bien. Ahora vámonos, tengo que pasar a buscarla.
Pasamos todo el camino escuchando y cantando canciones de Andrés Cepeda, mi poeta; ¡lo amo! Recuerdo que en uno de mis sueños más locos, mis amigos junto a mi hermano, mis padres y Marcos, consiguieron que yo lo conociera y pasara un día con el.
En el radio sonaba una de sus mejores canciones, "para dar contigo", ¡es súper profunda! Y justo cuando llegó el coro ("para dar contigo, tuve que empeñar en otros brazos el abrigo. Para dar contigo, al correr, dejé pedazos de piel por el camino. Aprendí a volar entre tanto abismo. Y ahora soy feliz porque di contigo"); llegó Edgar a mi mente. ¿Dónde estaba? ¿Qué estará haciendo? Me gustaría pasar un día completo con él así como con Nicol, y como Andrés Cepeda en mi sueño loco.
(...)
Al llegar a casa de Nicol, me despedí de mi hermano y le deseé mucha suerte y felicidad en este gran día. Luego caminé con decisión hacia el interior de la casa, convencida de que el día prometía cosas buenas.
-¡Amaliaaa! -me recibió Niki con mucho entusiasmo- ¿Cómo estás, nena?
-Muy bien, gracias. ¿Qué tal tú? ¿Lista para conquistar?
-Por supuesto. El día es nuestro... Pasa y ponte cómoda.
Pasamos una mañana increíble. Nos bañamos en su gran piscina mientras escuchábamos canciones de Rihanna, hablamos de nuestra excursión para las vacaciones, y como siempre; hablamos de Edgar. ¿En serio? Ya nadie se me acerca para otra cosa que no sea hablarme de él.
-Nicol, sabes que solo somos amigos.
-Eso es lo que tú quieres que creamos... La realidad es otra, y lo sabes.
-Dejemos el tema, ¿sí? No vine a tu casa para hablar de nada que no sea nosotras.
(...)
Bailamos libremente y practicamos una y otra vez la coreografía para la presentación final de salsa de salón. Solo faltaron Edgar y Adrián, quienes son nuestras respectivas parejas, para los movimientos claves.
Aproximadamente a las 10:00 recibimos una llamada de los padres de Nicol avisando que tenía que ir al hospital, pues su abuela materna había sufrido una ruptura en la pierna izquierda al caer por las escaleras. Mi amiga se puso loca de nervios.
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Diario de una romántica empedernida
RomansaTres años después de un accidente en el que pierde a su novio Marcos, Amalia Hitch encuentra el amor verdadero en su mejor amigo Edgar. Después de tanto luchar con sus sentimientos hacia el, y con la culpa de amar al amigo de su novio muerto; se con...